5. Alfonso XIII - Tema 5 historia de España EVAU 2 evaluación PDF

Title 5. Alfonso XIII - Tema 5 historia de España EVAU 2 evaluación
Author Marcela García
Course Historia de España
Institution Bachillerato (España)
Pages 7
File Size 165.8 KB
File Type PDF
Total Downloads 29
Total Views 137

Summary

Tema 5 historia de España EVAU 2 evaluación...


Description

Tema 1. ALFONSO XIII Y LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN (1902-1931) 1. La primera parte del reinado de Alfonso XIII y los proyectos de regeneracionismo político. El sistema de la Restauración continuaba vigente a comienzos del siglo XX, basado en una monarquía liberal no democrática, había funcionado gracias al pacto de alternancia entre los dos grandes partidos, a la pasividad y desmovilización de un electorado mayoritariamente analfabeto y a un sistema electoral corrupto y caciquil. Como consecuencia de la crisis del 98 apareció la ideología regeneracionista que denunció este sistema oligárquico y realizó propuestas para la modernización política, social y económica de España. Cuando subió al trono Alfonso XIII, los partidos dinásticos habían perdido a sus dos dirigentes y vivían crisis motivadas por disputas internas y por la ausencia de un liderazgo claro, más acusada en el partido liberal, que fue causa de la inestabilidad política en la primera década de siglo; ambos renovaron sus dirigentes: Antonio Maura, por el partido conservador y José Canalejas por el liberal. La primera crisis importante fue originada por el enfrentamiento entre militares y catalanistas y la aprobación de la Ley de jurisdicciones (1906), por la que las ofensas a la patria y al ejército serían juzgadas por tribunales militares. Maura y el regeneracionismo conservador. El llamado “Gobierno largo” de Maura (1907-1909), puso en marcha el proyecto de revolución desde arriba, se emprendieron reformas para intentar dar autenticidad al sistema sin alterar las bases del régimen. Se aprobó la ley electoral de 1907 que declaraba el voto obligatorio, pero no se consiguió sanear el régimen. El proyecto de reforma de la ley de administración local, que pretendía acabar con el caciquismo, contemplaba mayor autonomía local y la posibilidad de crear mancomunidades locales y provinciales, el objetivo era satisfacer las crecientes aspiraciones autonomistas de Cataluña, pero tuvo en contra a la mayoría de los partidos y finalmente no se llegó a aprobar. Su programa de gobierno incluyó otras medidas económicas y sociales como la creación del Instituto Nacional de Previsión, el descanso dominical y legalización de la huelga. Su proyecto de ley de represión del terrorismo fracasó por la oposición de los partidos de izquierda. Marruecos y la Semana Trágica de 1909. Tras la crisis de 1898, la acción colonial se centró en el norte de África, en donde existían desde el siglo XV una serie de plazas fuertes. En el marco del imperialismo dominante en toda Europa, España intentó formar parte del nuevo orden internacional y poner fin al aislamiento exterior, Marruecos se convirtió en el eje de la política exterior del primer tercio del XX. La expansión colonial de España en Marruecos estuvo subordinada y limitada por los intereses de las grandes potencias coloniales. Tras sucesivas negociaciones internacionales (Conferencia de Algeciras de 1906), Francia y España establecieron sus zonas de influencia en Marruecos, marginando a Alemania. A España le correspondió la zona norte, cuya pieza esencial era el Rif, territorio muy accidentado y habitado por cabilas o tribus de bereberes, hostiles a la presencia extranjera y no sometidas al sultán, lo que dificultaba el dominio militar. Ello obligó a incrementar las tropas y llevar a cabo campañas militares para someter el territorio, asegurar la explotación de las minas y proteger la construcción del ferrocarril que uniría las minas con Melilla. En julio de 1909, los rifeños asesinaron a cuatro obreros del ferrocarril. El gobierno decidió enviar tropas de refuerzo y movilizó a los reservistas en Cataluña, en su mayoría

1

obreros casados y con hijos. El embarque de las tropas en el puerto de Barcelona el día 18 de julio, inició un movimiento de protesta contra la guerra, que se acrecentó al conocerse que se libraban de ir quienes podían pagar una cantidad en metálico (20006000 reales). Republicanos, socialistas y anarquistas promovieron una huelga general contra la guerra y la política del gobierno en Marruecos que se extendió desde Barcelona. Las noticias sobre la batalla del Gurugú y la emboscada en el Barranco del Lobo, donde murieron 1284 soldados, desataron la violencia. Entre el 26 de julio y el 1 de agosto, la huelga se convirtió en una insurrección espontánea conocida como Semana Trágica1. Grupos armados se enfrentaron a las fuerzas del orden, el fuerte sentimiento anticlerical dio lugar al incendio de iglesias y conventos. Como consecuencia se declaró el estado de guerra y se enviaron refuerzos militares que reprimieron con dureza la revuelta (80 muertos y 2000 detenidos), se celebraron juicios militares y hubo diecisiete condenas de muerte, entre ellas la de Francisco Ferrer Guardia, pedagogo librepensador, anarquista y anticlerical, acusado, sin pruebas y sin garantías legales, de ser el jefe de la rebelión. Su fusilamiento tuvo repercusiones internacionales. Tras los sucesos, los liberales, con el respaldo del Bloque de izquierdas exigieron la destitución de Maura. Alfonso XIII temiendo que el asunto salpicara a la propia monarquía forzó la dimisión de Maura, que se sintió traicionado por el rey y los liberales. El regeneracionismo liberal: Canalejas. José Canalejas emprendió el intento de regeneración del sistema para lograr su progresiva democratización. De una sólida formación intelectual, trató de desarrollar un programa basado en la mejora del sistema parlamentario, la secularización del Estado y la intervención estatal en materia social. La modernización del Estado implicaba la separación de la Iglesia y el Estado, la libertad religiosa, el control de la iglesia, el fin del monopolio de las órdenes religiosas en el campo de la enseñanza y la implantación de una enseñanza laica. Para ello intentó negociar con el Vaticano una nueva ley de asociaciones religiosas, mientras tanto aprobó la ley del candado (1910) que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas, lo que le puso en contra a los sectores católicos y puso en peligro las relaciones entre España y la Santa Sede. Finalmente no logró aprobarla. Mejores resultados obtuvo con su política de reformas sociales, se regularon las relaciones laborales y se mejoraron las condiciones de vida y trabajo de las clases trabajadoras con amplias medidas de protección social: reducción de la jornada, ley de accidentes de trabajo, seguridad social obligatoria, regulación del derecho de huelga y contratos colectivos de trabajo. Sustituyó el impuesto de consumos por otro progresivo sobre las rentas urbanas. La ley de reclutamiento estableció el servicio militar obligatorio sin distinciones en caso de guerra, si bien en tiempo de paz se admitía que quien pagase una determinada suma hiciesen un servicio militar reducido de cinco meses. En Marruecos la política de Canalejas obtuvo buenos resultados, ante la expansión francesa, adoptó una posición firme y ordenó ocupar Arcila, Larache y Alcazarquivir. Consiguió de Francia un nuevo tratado, base del Protectorado franco-español en Marruecos.

2. La crisis del Parlamentarismo; la neutralidad en la Primera Guerra Mundial. 1 www.bcn.cat/setmanatragica/es/

2

El impacto de la I Guerra Mundial. Al estallar la guerra, el gobierno de Dato declaró la neutralidad, respaldada por todos los partidos. Esta postura se adoptó a causa del aislamiento diplomático, la debilidad económica e incapacidad militar de España. Las fuerzas políticas y la sociedad se dividieron en dos bandos: los aliadófilos y los germanófilos. Los sectores más conservadores mostraron su simpatía por los imperios centrales, representantes de los valores de orden y autoridad; los liberales y la izquierda apoyaron a los aliados, que representaban los valores democráticos: una minoría socialista y los anarcosindicalistas calificaron la guerra como un enfrentamiento imperialista, sin decantarse por unos u otros. La neutralidad favoreció una espectacular expansión de la economía, España se convirtió en abastecedora de los países beligerantes. El alza de las exportaciones y el descenso de las importaciones tuvo un triple efecto: la creación o ampliación de empresas y una rápida expansión industrial, especialmente de la minería asturiana, la siderurgia vasca y de las industrias textiles y metalúrgicas catalanas; una fuerte acumulación de capitales y un imparable aumento de los precios. Mientras que la burguesía se enriqueció, las clases trabajadoras sufrieron un descenso de su nivel de vida, a pesar del alza de sus salarios, por la escasez y subida de precios de los productos de primera necesidad. Más grave fue la situación en el campo, lo que forzó la emigración a las ciudades. Estas circunstancias provocaron gran agitación social y el auge del movimiento obrero, intensificándose el número de huelgas. En el ámbito político, desde 1913 se puso de manifiesto la crisis del turnismo y la descomposición de los partidos dinásticos fraccionados en distintas tendencias. La crisis de 1917. En el verano de 1917, el sistema de la Restauración atravesó uno de sus momentos críticos al coincidir tres conflictos: el militar, el político y el social. La crisis militar: las Juntas de Defensa. Los oficiales de la guarnición de Barcelona fueron los primeros en iniciar un movimiento de protesta, que luego se extendió a otras guarniciones, dirigido contra la mala situación del ejército, contra unos sueldos cuyo bajo poder adquisitivo se había visto reducido por la inflación y contra un sistema de ascensos que primaba a quienes combatían en Marruecos y a los favoritos de la corte y los políticos. Los enemigos de sistema vieron con simpatía su acción porque creyeron que la protesta de los militares facilitaba un cambio político. En junio de 1917 el gobierno liberal de García Prieto, arrestó a los miembros de la Junta de Defensa de Barcelona, pero estos recibieron un gran apoyo de otras guarniciones y el rey desautorizó al gobierno, que dimitió. El nuevo gobierno conservador de Dato optó por satisfacer algunas demandas de las Juntas para desactivar la amenaza militar. La crisis política: la Asamblea de parlamentarios. La protesta de las Juntas fue interpretada por diversos grupos de la oposición (catalanistas, reformistas, republicanos y socialistas), como una señal de la quiebra del régimen. El dirigente de la Lliga Regionalista, Francesc Cambó, ante la suspensión de las garantías constitucionales, la censura de prensa y el cierre de las Cortes decretado por Dato, convocó a todos los diputados a una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona en julio de 1917. La Asamblea, a la que asistieron unos 70 diputados (catalanistas, republicanos y socialistas), acordó la formación de un gobierno provisional y la celebración de Cortes constituyentes que reformasen la Constitución y aprobasen la autonomía para Cataluña, pero el reducido apoyo a esta Asamblea y el rechazo de la Junta a sus pretensiones permitieron disolverla. La crisis social: la huelga general. En el verano de 1917 se añadió un tercer desafío, el del movimiento obrero y su disposición a lanzarse a una huelga general. Ya en 1916, UGT y los anarcosindicalistas de la CNT habían llegado a un acuerdo para promover una huelga general que forzara al gobierno a hacer concesiones a los trabajadores. En

3

junio de 1917, aprovechando el descontento militar, socialistas y republicanos llegaron a un acuerdo para convocar una huelga general que derribara a la monarquía, que se inició en agosto. La Lliga no apoyó la huelga, tampoco las Juntas militares, que participaron en su represión; los republicanos tuvieron una participación escasa y la CNT intervino activamente solo en Barcelona. Los otros tres grandes centros de la huelga fueron Madrid, Asturias y Vizcaya, donde la impulsaron los socialistas. La huelga duró una semana, y aunque estaba previsto que fuera pacífica, se produjeron violentos choques en los que murieron cerca de cien personas. Los dirigentes socialistas fueron detenidos y procesados. La expansión del movimiento obrero. La crisis social, agudizada por la recesión económica de la posguerra y el influjo de la revolución rusa de 1917, favoreció el crecimiento de los sindicatos y la radicalización de las clases trabajadoras: tanto UGT como CNT aumentaron su número de afiliados. En Andalucía, los campesinos que rechazaban el anacrónico sistema de propiedad latifundista y cuyas míseras condiciones de vida se habían agravado con la guerra, intensificaron sus movilizaciones a partir de 1918, dando lugar al llamado “trienio bolchevique” (1918-1920). La revuelta campesina se convirtió en un movimiento sindical dirigido por la CNT y la UGT, muchos municipios andaluces y extremeños estuvieron controlados por los comités de huelga y se procedió a la ocupación y reparto de tierras. El gobierno actuó con dureza, declaró el estado de guerra y se produjo una dura represión que acabó en 1920 con esta revolución social. Simultáneamente los obreros de la minería y la industria iniciaron huelgas en Vizcaya, Asturias y Madrid. El momento de mayor intensidad se produjo en Barcelona en 1919 con la huelga de La Canadiense, compañía que suministraba electricidad. Por su duración e intensidad dejó paralizada la ciudad y la producción que dependía de su energía y se convirtió en la huelga de mayor importancia de la historia sindical española (44 días). El gobierno forzó la negociación, se aprobó la reducción de la jornada laboral a ocho horas y se prometió un aumento de salarios y la readmisión de los despedidos; sin embargo, el conflicto laboral derivó en una “guerra social” cuando la patronal y las autoridades militares se negaron a liberar a los detenidos, y CNT, donde se impusieron los sectores violentos declaró la huelga general. La patronal respondió con el cierre de empresas y la contratación de bandas de pistoleros que contaron con el apoyo de los sindicatos libres para tratar de eliminar el anarcosindicalismo. Los actos terroristas y la violencia callejera sumieron a la ciudad en una espiral de violencia entre 1919 y 1921. El gobierno declaró el estado de guerra, suspendió las garantías constitucionales y cedió el control del orden público a los militares. Se impuso la represión militar y el terrorismo policial mediante la Ley de fugas. Entre 1918 y 1923 hubo más de 800 atentados. El desastre de Annual. Durante la Primera Guerra Mundial se habían interrumpido las operaciones militares en Marruecos y la zona del protectorado español se mantuvo tranquila gracias a los pactos con los jefes indígenas, pero al terminar, Francia reanudó su política colonial, que amenazaba la presencia española en la zona. A pesar del debate entre defensores y opositores a la presencia española ante el elevado coste humano, económico y político, el gobierno decidió completar la ocupación efectiva del territorio. El nuevo Alto comisario, el general Dámaso Berenguer, inició en el verano de 1921 la ocupación del sector occidental mediante la acción militar y la política de alianzas; ordenó al general Silvestre, comandante general de Melilla, que detuviese su ofensiva en el Rif hasta someter a El Raisuni, jefe indígena que controlaba el sector occidental. Sin embargo, Silvestre inició un avance precipitado sobre el Rif con el objetivo de

4

ocupar la bahía de Alhucemas y penetró en un territorio extenso, de difícil orografía y defendido por una línea débil y dispersa de fuertes militares. Abd-el-Krim encabezó y organizó el cerco a las tropas españolas en Annual. Silvestre dio la orden de retirada y, en medio del caos por la desorientación de los mandos y el amotinamiento de las tropas indígenas, se produjo la desbandada de los españoles hacia Melilla. En pocos días se perdió toda la zona que había sido ocupada durante años de guerra, y murieron o desaparecieron más de 10 000 soldados. La llegada de tropas de refuerzo a Melilla, salvó la ciudad y poco después se recuperó el territorio perdido. La tragedia de Annual conmocionó a la opinión pública, tuvo graves consecuencias políticas y fue una de las causas del fin del régimen parlamentario. La exigencia de responsabilidades forzó al gobierno a nombrar una comisión, presidida por el general Picasso, para delimitar responsabilidades. Militares, partidos dinásticos y el propio rey se vieron involucrados, acrecentando el desprestigio del régimen. El envío del expediente Picasso a las Cortes, donde se proponía el procesamiento de 39 oficiales, incluido Berenguer, abrió el debate sobre responsabilidades políticas que alcanzaban al propio rey. El gobierno de concentración de García Prieto intentó salvar el régimen con un programa de democratización y reforma de la Constitución, además aceptó formar una comisión que investigara las responsabilidades políticas. Pocos días antes de que ese informe llegara a las Cortes, el general Primo de Rivera dio un golpe de estado. 3. La dictadura de Primo de Rivera y la caída de la monarquía. Los problemas económicos. El golpe de Estado. El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, encabezó un pronunciamiento militar contra el gobierno constitucional. El profundo malestar del ejército, la indecisión del gobierno y el apoyo del rey facilitó que el golpe militar no hallase oposición. Primo de Rivera publicó un manifiesto en donde presentó a la dictadura como un régimen transitorio y afirmó que, una vez solucionados los males del país, se volvería a la normalidad constitucional; anunció su propósito de resolver los graves problemas del país: destruir el caciquismo, poner fin al desgobierno y subversión social y a la amenaza del separatismo. La opinión pública, lo acogió favorablemente o se mostró indiferente. El golpe contó con el apoyo de los empresarios, de los principales bancos y de la iglesia. Los republicanos no se opusieron y las organizaciones socialistas, PSOE y UGT, se mantuvieron a la expectativa. Sólo anarquistas y comunistas manifestaron su repulsa e hicieron llamamientos a una huelga general. El 15 de septiembre, Alfonso XIII encargó a Primo de Rivera la formación de gobierno y le concedió el cargo de presidente y ministro único. El Directorio Militar. Proclamó el estado de guerra durante dos años, suspendió la Constitución y las garantías constitucionales, disolvió las Cortes, implantó la censura de prensa y prohibió las actividades de los partidos políticos y sindicatos. Se impuso el orden público con duras medidas represivas contra el PCE y CNT y se reprimió cualquier manifestación de nacionalismo. Primo de Rivera inició su proyecto regeneracionista: liquidar la vieja estructura de poder de la Restauración y organizar el nuevo régimen mediante una reforma de la administración que destruyese el caciquismo. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por gobernadores militares y creó la figura de los delegados gubernativos, también militares, que ejercieron el control de los nuevos ayuntamientos. La aprobación del Estatuto Municipal (1924) creó una nueva administración adicta y centralizada, y la eliminación del caciquismo se limitó a perseguir a los contrarios a la

5

dictadura, el caciquismo simplemente cambió de forma. En Cataluña, ayuntamientos y diputaciones cayeron en manos de personas fieles al régimen, y con el Estatuto Provincial (1925) desapareció la mancomunidad. Ello significó la ruptura con la realidad catalana y potenció el nacionalismo radical y separatista. Primo de Rivera intentó buscar una solución negociada al conflicto de Marruecos, ofreciendo a Abd-el-Krim una amplia autonomía, pero esa postura incitó más aún a los marroquíes contra España. En 1924, un ataque a las tropas españolas que se retiraban de Xauen, causó 2000 bajas. En 1925, Francia y España acordaron una ofensiva militar conjunta por mar y tierra. El desembarco en Alhucemas fue un éxito. En 1926, Abd-elKrim, derrotado, se entregó a los franceses; un año después quedó sometido todo el territorio. El Directorio civil. Resueltos los problemas de orden público y de Marruecos en 1925, Primo de Rivera sustituyó el Directorio Militar por un Directorio Civil con la intención de permanecer en el poder e intentó construir un régimen inspirado en otras dictaduras, como la italiana. Con el fin de consolidar el régimen se formó en 1924 un partido, la Unión Patriótica, carente de programa e ideología, que solo fue ...


Similar Free PDFs