Alexander Sutherland Neill. Fundamentos Ed. primaria PDF

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Alexander Sutherland Neill Escuela Summerhill

Realizado por: Ángela Pascual Trueba, Ángel Fontaneda, María Casas, Pilar Llanderas, Paula González Zayas. Curso 1ºC. Profesora: Estefanía Santurde del Arco Asignatura: Fundamentos Teóricos de la Educación Primaria

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ÍNDICE 1.

Introducción. ......................................................................................................................... 3

2.

Movimiento pedagógico: Movimiento libertario y autogestionario...................................... 3

3.

Modelo pedagógico. .............................................................................................................. 4 a)

Principios pedagógicos...................................................................................................... 4

b)

Metodología (proceso de enseñanza aprendizaje) ............................................................. 6

c)

Rol del maestro y del alumno............................................................................................ 7

4.

Valores más significativos subyacentes al modelo ............................................................... 8

5.

Proyección del autor en nuestro actual sistema educativo .................................................... 9

6.

CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 10

ANEXOS..................................................................................................................................... 11 BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................... 12

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1. Introducción. Alexander Sutherland Neill (1883-1973). Fue un famoso pedagogo escocés. Estudió en la Universidad de Edimburgo. Recibió la influencia de Sigmund Freud, del cual aprendió mucho acerca del pensamiento libertario, y de Jean-Jacques Rousseau, a quien admiraba profundamente. Neill fundó la escuela Summerhill, un proyecto que fue prohibido en sus orígenes y que sufrió de numerosas dificultades hasta su reconocimiento en 2007. Sus ideas se divulgaron gracias a su obra Summerhill, que muestra un punto de vista radical sobre la educación de los niños (1960). Pretende demostrar que un método fundado en la libertad y en la autodeterminación puede tener éxito. Para Neill, la educación debía trabajar básicamente con la dimensión emocional del alumno, para que la sensibilidad sobrepasara siempre la racionalidad.

2. Movimiento pedagógico: Movimiento libertario y autogestionario A.S Neill, se enmarca en lo llamado movimiento libertario, es un partido que surgió en siglo XX, tiene sus antecedentes en la escuela nueva con autores como María Montessori, Rousseau, Pestalozzi, Ovidio Decroly, autores estudiados en clase. Este partido nace como crítica a los aspectos autoritarios o represivos que surgieron en siglos anteriores. En el siglo XX, nos encontramos con una educación diferente, un estado de bienestar. Respecto al principal objetivo de este movimiento es conseguir un desarrollo integral, existe un alumno activo y un educador pasivo que actúa como guía de este. Como antecedente de este movimiento nace la escuela nueva, con autores con un movimiento de renovación, nace como crítica a la escuela tradicional, es decir, son dos polos opuestos. La escuela nueva tiene relación con el movimiento libertario, ya que en ambos casos el alumno es el elemento principal de la educación y el educador queda en un segundo plano, como guía. Este movimiento es defendido por mas autores estudiados, como es el caso de F. I. G. Francisco, Illich, Reimer, Goodman Desescolarización, (iniciada en la década de los 60) y el autor del que hablamos como es A.S Neil (1883- 1973) Escuela de Summerhill.

Las distintas características en las que se basa el movimiento libertario son: -El niño es el principal elemento de la educación, alumno activo frente a un el educador pasivo que queda en un segundo plano ya que es el guía de este. Esta característica era una crítica a la escuela tradicional, ya que en esta escuela se percibía al docente como el elemento principal de la educación, donde el niño adquiría unos conocimientos presentados por el docente. - No se plantean aspectos autoritarios o represivos.

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- Se basa en una educación integral, racional, mixta y participación asamblearia. El niño tiene que ser competente, era importante no solo aportar conocimientos que es lo que denominaríamos como enseñanza si no también valores que es lo que se denomina educación. - La defensa de un modelo de educación que se basa en la libertad personal de cada individuo y la primicia del interés sobre la atención del terreno didáctico. - El niño no solo adquiere unos conocimientos, sino que ya interacciona con el medio que le rodea. - Se defienden unas ideas anarquistas, una línea básica del conocimiento, individualista. - Se defiende un desarrollo libre del alumno, la libertad y la solidaridad como dos principios fundamentales para la educación. La libertad como meta y objetivo, pero también como instrumento para conseguirla. Este concepto era muy importante, el niño es libre y esto le lleva a ser más competente, pues este está desarrollando ideas por sí solo, y potencia su creatividad algo muy importante en los niños para llegar a ser competente. -El trabajo manual e intelectual es fundamental para este movimiento. - Se apoya una educación específica, los educadores debe ayudar a cada individuo de forma diferente a sacar su potencialidad y a descubrir sus intereses y posibilidades. Existió una educación específica para las mujeres. - Se plantea la imbricación de lo individual ante lo colectivo. - Crítica a la escuela tradicional, el papel del profesor, la falta de interactividad, el formalismo, la importancia de la memorización, la competencia entre el alumnado, pero principalmente el autoritarismo del maestro, pues en el movimiento libertario el niño es el centro de la educación en cambio en la escuela tradicional, el docente es el principal. 3. Modelo pedagógico. a) Principios pedagógicos Como ya hemos mencionado antes, Alexander Sutherland Neill fundó la escuela de Summerhill en Leinston, Suffolk, Inglaterra. ¿En qué pedagogía se basaba su escuela? En ella puso en práctica sus principios pedagógicos basados fundamentalmente en el filósofo Jaques Rousseau y los psicoanalistas Sigmund Freud y Wilhelm Reich. Nuestro autor pensaba y defendía que el autoritarismo de las escuelas tradicionales lo único que conseguía es la asimilación de las normas sociales y de comportamiento a través del castigo y el miedo, lo cual era negativo para el fomento de la libertad y la autonomía personal, así como conseguir llegar al objetivo final de la educación que, según A. Neill, es la felicidad. Además de esto, no respetaba la individualidad y el ritmo de cada niño. Otro concepto de vital importancia para él es la libertad como base de la educación: “Libertad es igual a tomar y dar, puesto que implica tanto libertad para los padres 4

como para los hijos” (Neill, 1976). Pero, ¿A qué se refiere cuando habla de libertad? “La libertad a que en Summerhill nos referimos es la libertad interior, la individual” (Neill, 1976). Con libertad interior, o individual, hace referencia a ser libres del miedo, de la hipocresía, del odio y de la intolerancia. En consecuencia, con esto, él piensa que ninguno de nosotros somos libres, pero podemos intentar liberarnos de todo lo falso y de los prejuicios, así como de las opiniones ajenas y de los actos “anti-vida”. De esta conclusión podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo se puede distinguir la libertad del libertinaje? En esta respuesta creemos que es fundamental hablar de la horizontalidad. Para él, una convivencia ideal surge desde las relaciones entre niños y adultos en la que ninguna parte tenga más derechos que el otro. En otras palabras, la libertad no es “hacer lo que te da la gana”, sino hacer lo que uno quiere en todo momento respetando los derechos y las libertades de las demás personas. La educación en la libertad es posible porque los niños, de manera natural, buscan el amor y la responsabilidad individual, ya que Neill confía en la naturaleza del ser humano, que describe como “buena, libertaria y afectiva”. Esta educación busca la autorregulación, la que Neill define como: “comportarse por voluntad de uno mismo, no en virtud de una fuerza externa; el niño moldeado, por el contario, carece de voluntad en sí mismo: es una réplica de sus padres” (Neill, 1976). Esta autorregulación, según él, genera la confianza que necesitan los niños en sí mismos, al igual que les ayuda en su búsqueda de la felicidad. A. Neill pensaba que todos los niños/as, de manera natural, nacían con una bondad inmensa, al igual que con ganas de experimentar el mundo que les rodea a través de la información sensorial que reciben a través de sus experiencias. Proponía que los seres humanos, de manera intrínseca, somos creativos y tendemos a buscar nuestra libertad. Todo esto se ve truncado en nuestra sociedad debido a la desconfianza en la mayoría de procesos de aprendizaje por parte de los adultos, así como el rechazo de esta búsqueda “vital” para los niños de experimentar con sus cuerpos y con el entorno que les rodea. Como ya hemos mencionado antes, en su pedagogía el objetivo final es encontrar la felicidad a través de la motivación y de los propios intereses de los niños, los cuales según Neill solo pueden ser forzados a través del miedo. Esto es una parte fundamental de sus principios pedagógicos, ya que como él mismo describe en uno de sus libros: “Preferiría ver que una escuela produce un barrendero feliz, antes que un erudito neurótico” (Neill, 1960). Para Neill es más importante el desarrollo en el campo emocional que un adelantamiento intelectual. Desde esta postura defiende que cuando los niños encuentran sus necesidades emocionales cubiertas, tales como el afecto y la confianza de las personas de su círculo, son más competentes para resolver los problemas que puedan surgirles en su vida diaria, así como hacerse responsables de su propio proceso de aprendizaje. Como hemos dicho antes, la disciplina impuesta de una manera dogmática y autoritaria genera hostilidad, convirtiendo el deseo de establecer relaciones lógicas con las personas de su entorno en “no auténtico”.

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Habla de que la culpabilidad es algo que no permite alcanzar la independencia, ya que responde a la desobediencia a la autoridad y las consecuencias negativas que esto puede conllevar. La culpa nos hace alejarnos de nosotros mismos. ¿Por qué íbamos los seres humanos a sentir culpa? Según nuestra naturaleza, hacemos lo que podemos todo el rato, y en nuestra máxima expresión natural de ser críticos y responsables de nuestro propio proceso de aprendizaje, teniendo siempre en cuenta a las personas que nos rodean, no tiene sentido que nos sintamos culpables. La culpa proviene de la reprobación aplastante de los adultos cada vez que cometíamos errores cuando éramos pequeños, cuando haber acompañado con atención y respeto aquel proceso de aprendizaje habría sido más beneficioso, siempre poniendo los límites que se requieran. Un acompañamiento de manera horizontal de los problemas que puedan surgir hace que los niños no asimilen que hacer las cosas mal es algo de lo que tenga que sentirse culpable debido a la “bronca” del adulto, en el cual confía, sino algo en lo que debería poner más atención para beneficiarse él/ella mismo/a, así como su entorno, lo cual se traduce en responsabilizarse. Sin embargo, como ya hemos resaltado, los límites lógicos y claros son importantes, haciendo referencia a que la libertad consiste en poder decidir lo que uno desea, pero respetando los derechos y la libertad de los demás.

b) Metodología (proceso de enseñanza aprendizaje) El objetivo de la escuela es hacer niños felices porque el fin de la educación y de la vida para el autor es la felicidad. De ahí, la importancia de que el niño desarrolle todas sus capacidades psíquicas y físicas, con lo que encontrar la vida más interesante. Para conseguirlo, la escuela está centrada en el niño, acomodándose totalmente a sus necesidades. Neill, consideraba que Summerhill era “una forma de vida” y no una preparación para una fase posterior de la existencia. “A menudo se me pregunta: "¿Cómo los niños que no son obligados a asistir a clases pueden, en la vida práctica, competir con la mayoría que ha sido obligada a ello?" La respuesta es muy simple: mis pupilos estudian voluntariamente y, por tanto, con gusto; mientras que miles de alumnos de escuelas oficiales han de estudiar, aunque odien la materia” (Neill, 1960). A partir de estos principios que se relacionan con el pensamiento de Rousseau y Wilhelm Reich, la escuela funciona con unas características especiales que la diferencian de las escuelas convencionales. Entre ellas destacan: -Ausencia de exámenes y calificaciones. Los exámenes no significan nada en la vida y en la felicidad del niño. De hecho, la obligatoria realización de las tareas escolares la considera causa de muchas neurosis. Sin embargo, el juego es esencial y en Summerhill piensan que sólo cuando un niño ha jugado lo suficiente puede empezar a trabajar y a encarar problemas. -Asistencia no obligatoria a las clases. Estos pueden decidir su asistencia a clase, siempre y cuando estén localizados, ya que se considera que son responsables de elegir 6

su futuro y no sus padres los que tomen decisiones por ellos. También hay que destacar que son los propios alumnos los que deben elegir las asignaturas que deseen cursar y el horario que mejor se adapte a sus necesidades y capacidades, algo que acuerdan al principio de cada trimestre con los profesores. -La asamblea como órgano de gestión e igualdad entre niños y adultos. Esta Asamblea, tiene el poder de dictar leyes, hacerlas cumplir y castigar a quienes no las respeten, mediante un tribunal. Funciona como el gobierno de la comunidad, en el transcurso de la cual, tanto pequeños como mayores, intervienen con igual peso, iguales derechos e igual voto -Ausencia de reprimendas y sermones. Neill aconseja que se manifieste tanto amor como se pueda, que nunca se castigue, que nunca se sermonee ni se regañe. La solución definitiva, pues, sería un mundo que buscara amor y no poder, ni odio ni estrictas reglas morales. c) Rol del maestro y del alumno Alexander Sutherland Neill, en su libro “Maestros problema y los problemas del maestro”, relaciona el ejército y su disciplina con el autoritarismo en las aulas por parte de los maestros. Según él, un maestro va a haciéndose mejor cada vez que va adquiriendo consciencia acerca de qué significa la infancia y la educación, así como su rol por y para los niños. Al igual que un soldado raso que solo obedece las ordenes de sus superiores y no se cuestiona “qué es la guerra” o si “están bien o están mal sus acciones”, los maestros que no cumplen bien su función no se cuestionan su metodología, simplemente reproducen “lo que siempre han hecho” los maestros en la escuela tradicional. Para Neill “un buen maestro no descubre, sino que da; y lo que da debe ser cariño” (Neill, 1978). Por lo tanto, la función del maestro debe ser hacer sentirse al niño reconocido y aprobado tal y como es. No es tanto la capacidad de enseñar ciertos conocimientos a los alumnos, sino conseguir establecer relaciones de igualdad con ellos. Si el miedo impera en estas relaciones de maestro-alumno, el alumno no es libre, por lo tanto, el maestro está cumpliendo mal su función. “El cariño es el sol que alimenta a los niños, mientras que el poder es la noche que los aterroriza” (Neill, 1978). Explica que para él existen dos tipos de maestro: los que odian a los niños, y los que los aman. En la medida del cariño que sientan hacia ellos, su metodología irá enfocada más el odio y el “hacer sufrir” o hacia el amor y el respeto, respectivamente. En todas las escuelas surgen situaciones en las que los niños quebrantan las normas de la escuela o el régimen establecido. Según nuestro autor, lo importante es conseguir descubrir que se encuentra tras esa falta y poder atender esa necesidad, y no hacer sufrir al alumno por dicha falta. Sin embargo, esta resolución no suele llevarse a cabo, no porque sea más difícil o más duro el trabajo, sino porque, según Neill, no es una manera que ponga de manifiesto el odio de la escuela tradicional.

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Para Neill un maestro siempre debe de ser sincero con los niños, ya que para él “la sinceridad es consanguínea al amor” (Neill, 1978). ¿Por qué es tan importante la sinceridad? Para que un niño pueda aprender, es necesario que cuente con la sinceridad absoluta, que es reflejo de bondad. Él relata en sus libros que los niños que provienen de escuelas basadas en la disciplina autoritaria suelen traer consigo conductas en las que las mentiras están presentes. En consecuencia, defiende que el ser honesto es el reflejo de la naturaleza humana de ser libres y estar a gusto con nosotros mismos, lo cual debe perpetuarse. Es conveniente recalcar, de forma general, cuál debe ser la actitud de un maestro, según nuestro autor, respecto al sexo. Gracias a las investigaciones de su profesor Wilhelm Reich acerca de la rigidez de los músculos en relación a represiones emocionales y sexuales, Neill empieza a observar las represiones sexuales que se generan en los niños y se mantienen hasta la edad adulta debido a posturas moralistas respecto al sexo. “si la actitud del maestro hacia el sexo es limitada, no estará en situación de comprender o de ayudar a los niños en sus dificultades sexuales” (Neill, 1978). Nos describe en sus libros como, de manera sistemática, los adultos que han recibido una educación religiosa tienen más pudor y miedo al hablar de cosas sexuales, así como de excrementos o cosas que pudiesen ser “sucias”. Sin embargo, los niños tienen ganas de hablar de esto. Como es natural, experimentan con su cuerpo y sienten curiosidad por sus genitales, por sus heces, etc. Un maestro que esta duramente reprimido en este aspecto, no podrá escuchar con naturalidad y cariño a los niños en este tema, y estos, de manera intuitiva (la cara, postura, tensiones físicas…), lo sabrán. Por lo tanto, como hemos citado, según Neill, es necesario tener una actitud relajada y natural frente al sexo para poder acompañar a los niños en sus cuestiones sexuales, así como en las dificultades que pudiesen surgirles. Neill expone que los niños son personas, en cierta medida, inconscientes. Para él la niñez se traduce en el juego, y los niños son, de manera intrínseca, alegres y “alborotados”. Por todo esto el maestro no debe guiar a los niños, sino “entrar en contacto vital” con ellos. Esto se puede traducir a que es necesario que todos los maestros vean la escuela y la vida desde la perspectiva de los niños.

4. Valores más significativos subyacentes al modelo Neill defendía una serie de valores para conseguir el funcionamiento del sistema de educación que él creía correcto. Sostenía que la libertad y la felicidad eran las bases fundamentales de dicho sistema. El valor de la felicidad era imprescindible. “Prefiero que una escuela produzca un barrendero feliz que un sabio neurótico” (Neill, 1960). El otro valor fundamental era la libertad, el niño podía elegir y decidir que aprender y con esa base desarrollarse a su propio ritmo. Otro valor a destacar era la responsabilidad, ya que tanto Neill como su esposa, tuvieron que renunciar a toda disciplina, enseñanza moral e instrucción religiosa para poder llevar acabo su idea de escuela liberatoria, donde los niños tenían la libertad 8

de ser ellos mismos. La bondad era otro valor muy representativo, puesto que creían en el niño como un ser bueno, y no lo contrario. Neill ofrecía el valor de la confianza en sí mismos puesto que así lo recuerdan sus alumnos, se sentían cómodos y seguros en Summerhill. Neill era creativo, lo cual hacía a sus alumnos creativos. Confiaba en el valor del éxito, para él “tra...