Apuntes, leccion 2 - Rosalía de Castro PDF

Title Apuntes, leccion 2 - Rosalía de Castro
Course Literatura S. XIX (II)
Institution Universidad de Murcia
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Rosalía de Castro...


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Rosa lía de Cast ro y su lega do «Guardados estaban, bien puedo decir que poét para siempre, estos versos, y justamente ico condenados por su propia índole al eterno olvido, cuando, no sin verdadera pena, viejos compromisos me obligaron a juntarlos deprisa y corriendo, a ordenarlos y darlos a la imprenta. No era esto, en verdad, lo que yo quería, mas (Rosalía, no hubo otro 1880). remedio; tuve que conformarme con las duras circunstancias que así lo impusieron. “¡Vayan en buena –les dije entonces–, estos pobres engendros de mi tristeza!; ¡vaya t l i l i

1. Introducción Nació Rosalía de Castro en Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837. En su partida de nacimiento figura como «hija de padres incógnitos». Pese a esto, ha sido posible reelaborar sus antecedentes. La relación que Rosalía mantuvo con su madre fue muy estrecha. Vivieron juntas hasta que Rosalía se casó en 1858. Su madre murió cuatro años más tarde. Es entonces cuando Rosalía escribe un tomito de poesías, A mi madre, donde queda evidenciado el profundo dolor que siente por su madre, una mujer que fue enamorada y abandonada y tuvo que enfrentarse a la sociedad y ganarse el respeto de todos, incluido el de su hija. Cuando cuenta con 19 años se casa con Manuel Murguía quien destruyó, al final de su vida y muy a nuestro pesar, las cartas que Rosalía le dirigió. Su marido nos ha privado de conocer en mayor medida a Rosalía. Solo nos queda la impresión de que Murguía fue uno de los pocos apoyos que tuvo en su vida y el ser a quien más amó en el mundo aunque muchas veces no sentía correspondido todo ese cariño. La autora tuvo seis hijos y falleció el 15 de julio de 1885.

2. Características de su obra poética 2.1.

Lenguaje, léxico y sintaxis

En la poesía de Rosalía es posible encontrar fórmulas de tratamiento, alabanzas, maldiciones, saludos y otras expresiones conversacionales propias del pueblo. La lengua utilizada por Rosalía en sus versos fue el gallego dialectal hablado en Compostela y Orillas del Sar con fuerte influencia del castellano. Podemos hablar de una imitación por parte de Rosalía del lenguaje popular e incluso vulgar que le resulta gracioso y adecuado para aportar un toque de tipismo a sus versos. Es por ello que reproduce el modo de hablar de determinadas figuras sociales: mozos, viejos, mendigos, soldados.

2.2.

Perspectiva lírica

Hay poemas en los que el cauce que elige la autora para expresar su subjetividad es la primera persona mientras que hay otros en los que se produce un primer intento de objetivación mediante el uso de la tercera persona a modo de poesía narrativa. En abundantes casos, el yo que habla no es el de la poetisa sino que son monólogos de personas que aparecen de forma breve y desparecen tras finalizar su intervención. En estas ocasiones, la autora desempeña un papel de transmisora: escucha y reproduce las palabras de determinados seres. Respecto a aquellos poemas en los que la autora habla de sí misma en primera persona, se implica al lector intentando introducir una nueva perspectiva. Para ello se vale de la interrogación y el uso de los pronombres tú y vosotros». Otro recurso mediante el que la autora amplía esa única visión del poeta que escribe consiste en introducir en un poema de fondo narrativo las palabras de uno o más personajes en estilo directo de forma monologada o dialogada.

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2.3.

El tono

Podemos distinguir hasta seis tonalidades diferentes en la obra de esta magnífica poetisa. Aunque el paso del tiempo y la repetición de solo unos cuantos poemas han creado en la memoria colectiva una imagen de Rosalía incompleta, ella era mucho más que la idea que ha quedado de una dulce gallega que llora las nostalgias de su tierra en delicados versos. Más bien, estamos ante una poetisa con preocupaciones universales. - Tono alegre y festivo, rebosante de gracia desenfadada que aparece en poemas como la gracia y el desenfado de tantos poemas gallegos. - Otro tono que podemos encontrar con frecuencia es el irónico y sarcástico. - Tono sentencioso. - Tono popular. A veces Rosalía decide reproducir el lenguaje de personajestipo propios del pueblo gallego. Resulta sobresaliente que en ocasiones emplee voluntariamente un tono vulgar para hablar de realidades muy profundas. - Tono elevado. Su voz se hace majestuosa, digna, y procura la clásica y grave andadura del endecasílabo. - Tono violento o rudo. - Tono sentimental-lacrimoso.

2.4.

Fragmentarismo

El fragmentarismo es propio de la poesía popular y al mismo tiempo del Romanticismo. Podemos encontrar en su obra poemas que reproducen el carácter fragmentario de la poesía tradicional. En la mayoría de los casos aparecen en forma monologal: un personaje, del que desconocemos su identidad, nos habla en un discurso conciso, o bien se presenta un poema narrativo donde se ha prescindido aludir a detalles superfluos y solo queda de él lo fundamental. De esta forma tienen una apariencia de hallarse desligados de una composición más extensa, como si el paso del tiempo los hubiera dejado en su más pura esencia.

3. Temas 3.1.

Principales

3.1.1. Ansias y soledad

Son muchos los autores que se han esforzado por esgrimir el significado de “saudade” en el marco galaicoportugués: ¿«soledad»?, ¿«mal de ausencia»?, ¿«melancolía»?, ¿morriña? La saudade que tiene más amplia representación en la obra de Rosalía es la saudade de la tierra. En ciertas ocasiones, Rosalía nos muestra este sentimiento estructurado de la siguiente manera: se mencionan cosas insignificantes pero típicamente gallegas que evocan a los seres causantes del sentimiento de soledad, se vinculan objetos cotidianos a la soledad de la tierra, del amor, de la compañía. Pensemos, por ejemplo, en la aldeana que se trasladada a la ciudad se siente extraña 2

ante un entorno nuevo: los muros de las casas, las torres de las iglesias… necesita los espacios abiertos que solo pueden proporcionarle su tierra: Encontramos también en ella una saudade ontológica. En el siguiente poema se reúnen todas las saudades que Rosalía ha sentido: la de la tierra, la del amor, la del pasado, la de la amistad. Todas ellas culminan en la soledad más radical y devastadora: la soledad del ser en sí mismo: Algunos dicen ¡mi tierra! dicen otros ¡mi cariño! y este, ¡mis recuerdos! y aquel, ¡mis amigos! Todos suspiran, todos, por algún bien perdido. Yo sólo no digo nada, yo sólo nunca suspiro, que mi cuerpo de tierra y mi cansado espíritu, donde quiera que yo vaya va conmigo.

Rosalía ha superado los anteriores sentimientos pero no logra sentirse a sí misma. En definitiva, para ella, saudade significa nostalgia de un bien perdido. Esto nos lleva a hablar del deseo que la poetisa tiene de hallarle sentido a su vida, deseo que se ve quebrado por inquietudes, desasosiegos y falta de paz. Al verse su deseo quebrantado, se transforma en una visión de la existencia humana absurda, carente de sentido. La vida aparece ante sus ojos como una mera sucesión de hechos repetidos que cuyo fin inexorable es la vejez y la muerte. A un batido, otro batido, a un dolor, otro dolor, tras de un olvido, otro olvido, tras de un amor, otro amor.

De esta forma, el ansia, el desasosiego que se siente como una constante en la vida de Rosalía está producido por la lucha contra un fatum del que es imposible huir. Esto se vierte ante Rosalía, primero, en la interpretación de este sentimiento como una consecuencia de su dolorosa y difícil vida y, más tarde, como un rasgo propio de la vida de todo ser humano, un sentimiento universal de hastío e impotencia.

3.1.2. Las sombras y la negra sombra

Desde tiempos lejanos, Galicia ha sido un pueblo inclinado a las inquietudes del más allá. En la poesía de nuestra autora, este es uno de los rasgos que se muestran ampliamente representados. Para ella, es posible establecer comunicación con una multitud de seres dejando al margen lo conocido como Cielo o Infierno. Estas «sombras» intervienen según la autora en la existencia de los mortales. La poetisa hace alusión a través de esta expresión al temor a lo desconocido, a la angustia del que acaba

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de morir que no pertenece ya al mundo de los vivos ni aún al de los muertos. «Mis sombras», así las llama Rosalía.

3.1.3. La religiosidad

No faltan poemas (ni alusiones religiosas) a lo largo de toda su obra; podemos decir, incluso, que son poemas donde late un vivo sentimiento religioso. Y, sin embargo, el conjunto de su obra ofrece un desolado panorama sobre el hombre. Resumimos las manifestaciones de religiosidad que se dan en Rosalía de la siguiente manera:

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Identificación con la fe candorosa, sencilla, milagrera del pueblo. Restos de creencias antiguas, infantiles, tradicionales, a las que se aferra por estar unidas para ella a tiempos felices. La religión como valor social, comunidad de ideas y creencias. Momentos de exaltación religiosa, en los que tienen gran importancia la inestabilidad psíquica inicial y elementos sensoriales. Necesidad de creer: la figura de Cristo como lazo de unión con la Divinidad. Religión-Consuelo. Dudas. Angustia ante el silencio de Dios. La fe como venda bienhechora perdida. Conflicto entre la idea del Dios justo y consolador y los golpes absurdos e injustos del Destino: la desgracia destruye la fe.

3.1.4. La naturaleza

Son muchas las descripciones de paisajes o las referencias a la naturaleza que hallamos en la obra de Rosalía. En unas ocasiones, la poetisa proyectará sobre la naturaleza sus estados de ánimo (se producirá una plena identificación), mientras que en otras le servirá de contraste para intensificarlos (la naturaleza se mantendrá ajena y hostil al hombre). A veces Rosalía evocará también un tipo de naturaleza horaciano con un tono clásico reforzado por formas como la octava real. Por otro lado, llama la atención que Rosalía manifestase una total incomprensión hacia todo lo que no fuera el paisaje de su tierra. Así sucede en las descripciones que hace de Castilla: no soporta el calor y le molesta el brillo del sol que cae sobre la tierra sin neblinas que mitiguen la luz, la sequedad de la tierra y del aire .

4. Conclusiones Rosalía se preguntó a sí misma «e ben, ¿para qué escribo?». Queda evidenciado que, para ella, la poesía desempeñó dos funciones fundamentales: la primera, una función social, ensalzando a Galicia y luchando contra las injusticias que sufría su pueblo; la segunda, como un desahogo a su sufrimiento personal, a modo de liberación. En Rosalía, vida y obra van de la mano. Sus versos van de forma irremediable, unidos a su estado de ánimo: 4

Diréis de estos versos, y es verdad, que tienen extraña insólita armonía, que en ellos las ideas brillan pálidas como errantes chispas que estallan por instantes, que desaparecen enseguida, que se asemejan a la bruma incierta que se agita en el fondo de las huertas, y al susurro monótono de los pinos junto a la mar bravía. Yo os diré tan solo que mis cantares así salen en confusión del alma mía como sale de los profundos robledales el comenzar del día, rumor que no se sabe si es retozar de brisas, si son besos de flores, si agrestes, misteriosas armonías que en este mundo triste el camino del cielo buscan perdidas.

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