La alienacion segun Marx PDF

Title La alienacion segun Marx
Course Historia de la Filosofía II
Institution Universidad Carlos III de Madrid
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La alienacion segun Marx...


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Andrea Palomino Alberca

LA ALIENACIÓN SEGÚN MARX. DISCUTE SU VALIDEZ COMO CONCEPTO CRÍTICO EN LA SOCIEDAD MODERNA ¿Qué es la alienación? ¿Qué relevancia tendrá el concepto de alienación según Marx en la filosofía y en la sociedad moderna? En este ensayo trataremos de resolver estas preguntas y otras cuestiones relacionadas con el capitalismo, la economía y el trabajo, pasando por las tesis de otros filósofos como Hegel o Feuerbach hasta Marx, con la idea de encontrar una solución a la sociedad capitalista o, por lo menos, para observar cómo el concepto de alienación sigue vigente a día de hoy. La alienación es el «estado por el que un individuo o colectividad, como resultado de presiones y manipulaciones sociales, experimentan un cambio que les lleva a pensar y actuar de forma contradictoria con la imagen que poseían de sí mismos y con los valores que sostenían» (La Enciclopedia del Estudiante, 2010, p. 332 ). En otras palabras, la alienación, o enajenación, es cualquier situación que vive una persona que no es responsable de sus acciones o pensamientos e incluso, que deja de ser dueña de sí misma. Este concepto es más reconocido por las teorías de Marx, pero lo cierto es que el primer filósofo que genera una opinión sobre el concepto de alienación es Hegel. Sin embargo, hay mucha diferencia entre la definición que da Hegel de alienación y la que da Marx. Por decirlo de alguna manera, la concepción que tiene Hegel en torno a este término es más positiva. Para él, el sujeto es la Idea, la cual sufre un procedimiento de experimentación en forma de “conciencia” que se separa del plano de la realidad a la que se pertenece. Así, para Hegel el concepto se enfoca más en la introspección, permitiendo a la conciencia autoconocerse. Sin embargo, para Marx el sujeto de esta alienación es el hombre, y lo relaciona con el capitalismo y la explotación que sufre este, que es sometido por una clase social distinta o superior a la suya, enfocando mucho su tesis en la propiedad privada, cuya desaparición para Marx significaría la solución a la mayoría de problemas sociales de la época. Otro filósofo del que Marx se nutrirá será Feuerbach, pero enfocando más la alienación al plano religioso. Tras esto podemos deducir que la alienación ocurre en distintos ámbitos de la sociedad, aunque todos parten de un punto en común, la alienación económica. De esta nacen la alienación religiosa, filosófica, política, social… pero para este ensayo haremos hincapié en la religiosa y, sobre todo, en la económica.

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Marx generará una opinión sobre la alienación religiosa a través de los estudios de Feuerbach, y utilizará esta como una analogía para explicar el centro de su tesis, la alienación económica. Feuerbach en La esencia del cristianismo critica el origen de la religión. Dirá que, al contrario de las creencias religiosas, no han sido los dioses los que han creado al humano sino que este ha creado a los dioses, puesto que la religión es una invención del ser humano. Es así como surge la alienación religiosa, en la que el hombre cree que un Dios le ha creado cuando él mismo ha creado a ese Dios en su imaginario. Además, este Dios pasa a ser automáticamente superior al humano y todas las acciones que realiza el hombre pasan a ser por y para Dios. En este sometimiento es cuando se consolida la alienación, puesto que el hombre llega a tratarse mal y hacerse de menos, alineándose de sí mismo y viviendo únicamente para Dios. Como podemos intuir, Marx se consideraba ateo, y consideraba el ateísmo casi como un principio. Así, aclara que esta práctica hay que estudiarla como cualquier otra y, por lo tanto, hay que relacionarla con cuestiones económicas y sociales que afectan a la sociedad. Siguiendo las palabras de Feuerbach, Marx concuerda con que la religión ha sido creada por nosotros, y no ha sido Dios el que nos ha creado. Además, dirá que es una experiencia irreal en la que el hombre proyecta lo mejor de sí mismo en una idea superior a él, como lo es Dios, y le hace vivir por y para él, prometiendo la felicidad plena si hacen felices a ese Dios, alineándose del plano de la realidad donde realmente pueden ser felices. De cierto modo, la religión es creada para ayudar al hombre a sobrellevar las desgracias del mundo, pero cómo dirá el propio Marx, «la religión es el opio del pueblo» (Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel, 2010, pág.8) , puesto que limita el sentimiento revolucionario de los humanos y las ganas de cambiar esas desgracias del mundo. Por último, y como hemos mencionado antes, no nos podemos olvidar de la parte económica y social de la religión, ya que esta solo beneficia a las clases sociales más elevadas y, de alguna manera, perpetúa su poder y legitima su opresión sobre las clases obreras. Aquí es donde se establece una disyuntiva en el pensamiento de Feuerbach y Marx, puesto que el primero aboga por la parte más intelectual del problema, diciendo que con una mayor educación se conseguirá superar a la religión. Mientras tanto, Marx cree que la supresión de la religión pasa primero por la supresión de las clases sociales, puesto que sin clase que la mantenga ésta caerá por sí sola. Si observamos el transcurso de la historia, entre las clases sociales, partiendo de los estamentos, siempre ha estado presente la religión, como con el clero, y si no de manera explícita, las clases sociales siempre han apoyado la institución, desde reyes que se creían de origen divino pasando por nobles y burgueses.

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Como he mencionado antes, Marx distingue entre varios tipos de alienación, y la religión también le servirá como analogía para tratar el grueso de su obra: la alienación económica. De esta alienación dependen las anteriores y surge cuando el hombre es explotado en su trabajo, siendo este visto como un producto del cual el burgués le expolia a la vez que es alienado del producto creado en cuestión y, en última instancia, de sí mismo. Para entender esto hay que explicar que Marx ve al hombre como un ser natural que se aprovecha de la propia naturaleza para satisfacer sus necesidades. Así, el trabajo que este realice para nutrirse o para vestirse, por ejemplo, trabajando en una prenda de ropa, no le aliena, sino que le completa, ya que el hombre es aquello que él mismo ha realizado. El problema viene cuando en la sociedad capitalista, el burgués se aprovecha del proletario en cuanto al trabajo que este realiza. El ser humano debería ser feliz con el trabajo puesto que somos seres activos y nos permite sentirnos realizados, pero en la sociedad en la que vive Marx, el hombre no reconoce el espacio de trabajo como un lugar en el que crecer y ser creativo, sino como un acto de sufrimiento. Esto se debe a que la actividad que está realizando no le pertenece ya que acaba vendiendo su fuerza de trabajo y el propio producto que fabrique a aquel que le controle. Esto acaba dominando a los seres humanos. En El capital , Marx menciona el concepto de “fetichismo de la mercancía”, con el cual se refiere a que los productos fabricados por los hombres, a la hora de ser comprados por otras personas, no muestran la explotación que ha habido detrás hacia los productores de este. Así, se acaba cosificando la fuerza del trabajador y lo que este mismo crea no le pertenece, sino que va para su amo o aquel que lo compre, puesto que tampoco generan productos dedicados a toda la población como un bien común. Es por esto, que gran parte de la tesis de Marx gira en torno a la propiedad privada y la necesidad de la abolición de esta. Con el “fetichismo de la mercancía” Marx nos dice que lo importante deja de ser el bien del trabajador y pasa a ser más importante la mercancía que se produce. A esto le acompaña una especie de alienación social que sufre el trabajador, puesto que se generan dos clases muy marcadas, los proletarios que sufren la opresión, y los opresores, que se benefician de los productos creados por los proletarios y, por ende, de la fuerza de trabajo de estos trabajadores. Este tipo de explotación y la enajenación del trabajo lleva sucediendo durante siglos, durante toda la historia de la humanidad, remontándonos casi a los primeros poblados en donde los más fuertes salían a cazar o recolectar para las aldeas en las que vivían, generando un excedente. De este excedente se tenía que hacer cargo alguien, que empezó a apropiarse de los productos generados por otros y comenzó a generar un fondo de poder que le servía para seguir explotando a los cazadores de la aldea. De aquí comenzaron a generarse las clases sociales, y como dirá Marx, «la historia de todas las

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sociedades que han existido hasta ahora es la historia de la lucha de clases» (El manifiesto comunista, 2019, pág. 47). Aún así, recalca en sus escritos que todo esto alcanza su punto álgido en la sociedad capitalista y el proletariado es la clase más alienada que ha existido nunca. Como ya sabemos, la sociedad actual sigue siendo capitalista y las cosas no han cambiado mucho. Incluso, me atrevería a decir que la sociedad actual se encuentra mucho más alienada que las anteriores, puesto que son tantos años bajo el mismo sistema opresor que ya lo hemos normalizado. Como he mencionado antes hablando de la religión, estamos tan alienados que hemos perdido esa fuerza revolucionaria que sí que existía antes. Creo que nos hemos estancado tanto y acostumbrado a vivir como vivimos que ahora nos costaría mucho reaccionar para cambiar toda la estructura social, económica y política de manera global. Aún así, creo que es algo por lo que todos tendríamos que abogar. El hecho de cobrar un salario, que muchas veces es irrisorio, no quiere decir que estemos menos explotados. Las clases sociales siguen existiendo y el proletariado, los trabajadores, siguen por debajo de cualquier otra clase. Sigue habiendo alguien superior que nos explota. Hablando concretamente de España, siguen estando vigentes muchas cosas que nos alienan, como por ejemplo, la Iglesia, puesto que aunque este país aparezca en la constitución como Estado aconfesional, sigue teniendo mucha importancia en la gran mayoría de españoles, aunque es cierto que cada vez menos. Además, este Estado sigue favoreciendo a la Iglesia sin cobrarles impuestos, en el ámbito de educación siendo la gran mayoría de escuelas concertadas religiosas…. Bajo mi punto de vista, para curar toda esta alienación que seguimos sufriendo a día de hoy, creo que todos tendríamos que ser más revolucionarios, más activos, y tendríamos que mirar más por un bien común. Para esto veo muy necesario una reforma de la educación, puesto que la alienación no deja de ser un tipo de manipulación, y para superar esta tenemos que tener una información más veraz y contrastada, tenemos que poder saber discernir y saber generar una opinión, la cual nos hará libres. BIBLIOGRAFÍA: Jose Luis Villacañas Berlanga. (1997). Historia de la Filosofía Contemporánea . Madrid, España: Akal. Marx, K., Engels, F.. (2019). El manifiesto comunista . Barcelona, España: Austral. Traducción de Lara Cortés Fernández.

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Marx, K.. (1995). Manuscritos: economía y filosofía. Madrid, España: Alianza . Traducción de Francisco Rubio Llorente. Cruz, M., Granada, M.A., Lledó, E., Molina, E., Viciana, F.J., Villacañas, J.L.. (2010) Marx y la sociedad capitalista. En La Enciclopedia del Estudiante (Historia de la Filosofía, pp.174-177) Madrid: Santillana. Sossa Rojas, Alexis (2010). La alienación en Marx: El cuerpo como dimensión de utilidad. Revista

de

Ciencias

Sociales

(Cl)

Disponible

en:

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=708/70817741003 Marx, K.. (2010) Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel , Editorial Biblioteca Nueva, Madrid. Digitalizado por http://socialismoactual.blogspot.com./...


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