Manual Psicologia DE LA Excepcionalidad PDF

Title Manual Psicologia DE LA Excepcionalidad
Author Nazzly Nathaly Chero Vargas
Course Psicometría
Institution Universidad César Vallejo
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Manual Psicologia DE LA Excepcionalidad...


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UNIDAD I

MARCO TEORICO-CONCEPTUAL DE LA EXCEPCIONALIDAD LAS CLAVES DE LA EDUCACION ESPECIAL Según Heward (1997), la educación de los niños que presentan necesidades o habilidades especiales es una tarea difícil. Los profesores y demás profesionales que trabajan en esta área -la educación especial- se mueven en un campo excitante y extremadamente cambiante. Este capítulo introductorio trata de analizar algunos de los elementos que caracterizan este importante campo de conocimiento. A lo largo del manual se presenta información muy específica acerca de los niños excepcionales, también se describe una serie de técnicas educativas prometedoras. Así mismo, se presenta una serie de conclusiones acerca del trabajo conjunto de padres y educadores en aquellas áreas que presentan graves dificultades. Comenzaremos definiendo una serie de conceptos que son básicamente para la comprensión de la problemática de los niños excepcionales y de la educación especial.

¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS EXCEPCIONALES? A continuación vamos a definir cuatro términos diferentes: niños excepcionales, discapacidad, minusvalía y riesgo. Todos los niños muestran diferencias respecto a su desarrollo físico (algunos son más bajos, más fuertes) y a sus capacidades de aprendizaje (por ejemplo algunos aprenden muy rápidamente y generalizan con facilidad lo aprendido a situaciones nuevas; otros necesitan mucha práctica y tienen dificultades para recordar y utilizar lo que han aprendido). Las diferencias entre la mayoría de los niños son relativamente pequeñas, siendo estos niños -en general- capaces de beneficiarse de los programas educativos ordinarios. Sin embargo, algunos niños -denominados niños excepcionales- presentan diferencias físicas y/o en su capacidad de aprendizaje que difieren significativamente de la media (por encima o por debajo) y que son tan amplias que requieren de la puesta en marcha de programas de educación especial. El término niños excepcionales incluye tanto a aquellos que experimentan problemas de aprendizaje como a los que presentan una respuesta muy superior a la media y necesitan una educación especial que les ayude a desarrollar todo su potencial. Por tanto, este término hace referencia a los niños que poseen problemas de aprendizaje, problemas de conducta, discapacidades físicas, deficiencias sensoriales y a los niños superdotados. El término discapacidad se refiere a una sensible reducción de las funciones o incluso a la pérdida de una parte del cuerpo o de un órgano. Con frecuencia se utiliza como sinónimo de deficiencia. Una discapacidad limita la habilidad para responder ante determinadas tareas (por ejemplo ver, oír, andar) del mismo modo que lo hace el resto de la gente. Una persona con una discapacidad no es minusválida, aunque, las discapacidades físicas pueden generar problemas educativos, personales, sociales, profesionales y de otros muchos tipos. Así por ejemplo, un niño que ha perdido una pierna y aprende a usar una pierna artificial que le permite manejarse en la escuela sin problemas no es un minusválido. El término alumnos con discapacidad es más restrictivo que el de niños excepcionales pues no incluye a los superdotados. El término minusvalía se refiere a un problema concreto que presenta una persona con una discapacidad o deficiencia cuando interactúa con el ambiente. Una discapacidad puede generar una minusvalía en un determinado ambiente, pero no en otro. Un niño con una pierna artificial puede ser un minusválido cuando trata de competir con sus compañeros no discapacitados en un partido de baloncesto pero puede no experimentar esa minusvalía en su clase. Los individuos que poseen discapacidades a veces experimentan minusvalías que no tienen nada que ver con sus deficiencias, sino más bien con las actitudes y las conductas negativas de quienes les rodean que necesariamente

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restringen su habilidad para participar plenamente en la sociedad. Aunque hay diferencias técnicas entre los términos discapacidad y minusvalía, tradicionalmente se han utilizado como sinónimos. En la actualidad se prefiere el descriptor discapacidad.

El término riesgo hace referencia a aquellos niños que, aunque no presentan ninguna discapacidad, se considera que tienen muchas posibilidades de mostrar problemas en el desarrollo. Este término se aplica con frecuencia a aquellos bebés y niños preescolares que, por las condiciones que rodearon su nacimiento o por el ambiente en el que viven, se espera que presenten problemas de aprendizaje en un aula ordinaria y que por esta razón "corren el riesgo" de que la escuela no les identifique como alumnos con necesidades especiales. En las siguientes unidades se examinaran las características definitorias y las implicaciones educativas de cada una de las siguientes categorías de niños excepcionales: • • • • • • • • •

Retraso mental. Problemas de aprendizaje Alteraciones emocionales y de la conducta Desórdenes de la comunicación (del habla y del lenguaje) Deficiencia auditiva Deficiencia visual Deficiencia física y problemas de salud Discapacidades severas Superdotados

Sin embargo es un error pensar que existen dos tipos de niños -los niños normales y los niños especiales-. Los niños excepcionales son más similares a otros niños que diferentes. Todos los niños son sujetos únicos que necesitan una atención individualizada, cuidados físicos y cariño. Desde los primeros momentos, todos difieren entre sí en una serie de características que se disponen a lo largo de un continuo. Los niños excepcionales son aquellos cuyas diferencias son lo suficientemente grandes como para necesitar el diseño de un programa de instrucción individualizado. En otras palabras, son aquellos que para beneficiarse de la educación requieren de un tratamiento diferencial: la educación especial.

LOS PROBLEMAS DEL ETIQUETADO Y LA CLASIFICACION DE LOS NIÑOS EXCEPCIONALES Hace siglos, las etiquetas y las clasificaciones tenían muy poca importancia: lo importante era sobrevivir. Aquellos sujetos cuyas discapacidades no les permitían participar plenamente en las actividades necesarias para sobrevivir eran abandonados para que perecieran, y en algunos casos llegaban a ser asesinados. Años más tarde etiquetas despectivas como "burro", "imbécil" y "tonto" fueron aplicadas a los sujetos que padecían retraso mental o problemas de conducta. Otras palabras degradantes fueron utilizadas para referirse a las personas con discapacidades físicas o deformidades. Sin embargo, el propósito de la clasificación era siempre el mismo: excluir a las personas con discapacidades de las actividades, privilegios y facilidades de la sociedad "normal".

Los Pros y los Contras Muchos educadores piensan que las etiquetas y los sistemas de clasificación de los niños excepcionales tienen la función de excluirlos de la sociedad normal. Otros, argumentan que una buena taxonomía para clasificar a este tipo de niños (o a sus necesidades especiales de aprendizaje) es un requisito previo para poder proporcionarles los programas de educación especial que necesitan, y para poder integrarlos en la sociedad. A pesar de que los pros y los contras de la utilización de categorías diagnósticas ha sido un tema ampliamente debatido durante más de dos décadas, los investigadores no han llegado a resolver el problema. Muchos de los estudios realizados para evaluar la eficacia de las etiquetas no han llegado a resultados concluyentes, los datos que proporcionan son contradictorios o se les pueden achacar importantes deficiencias metodológicas (MacMillan, 1982). Una taxonomía, además de tener un interés científico, legal y educativo, incluye consideraciones de tipo ideológico, político y ético. Como en la mayoría de los problemas complejos existen argumentos

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válidos en ambas direcciones. A continuación exponemos las razones que se citan más frecuentemente a favor y en contra de la clasificación de los niños excepcionales.

Posibles Beneficios de las Etiquetas • • • • • •

Las categorías pueden relacionarse con estrategias educativas o tratamientos específicos. El etiquetado puede entenderse como una forma de "protección" con la cual la conducta atípica de los niños con discapacidad es mejor entendida por sus compañeros que si esa misma conducta la emitiese un niño sin discapacidad. Las etiquetas ayudan a los profesionales a comunicarse entre sí, así como a clasificar y evaluar los resultados de sus investigaciones. A menudo, los fundamentos de los programas de educación especial se basan en categorías específicas de excepcionalidad. Las etiquetas sirven para generar grupos de apoyo a los discapacitados (por ejemplo, los padres de los niños autistas), para promover programas específicos y para acelerar las acciones legales. Las etiquetas ayudan a hacer más visibles para la opinión pública las necesidades especiales de los niños excepcionales.

Posibles Desventajas de las Etiquetas •



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Dado que las etiquetas generalmente se centran en la discapacidad, la deficiencia y los déficits en la respuesta, algunas personas piensan solamente en términos de lo que el sujeto no puede hacer en lugar de pensar en lo que puede hacer o lo que sería capaz de hacer o aprender. Las etiquetas pueden generar bajas expectativas, que tendrán como consecuencia un tratamiento diferencial y que finalmente darán lugar a una profecía auto-cumplida. Por ejemplo, en un estudio se comprobó que los alumnos de magisterio hacían más correcciones a las respuestas verbales incorrectas de un niño que había sido diagnosticado como "autista", que a otro cuyo diagnóstico fue "normal". Este tratamiento diferencial puede impedir la adquisición de nuevas habilidades y contribuir a desarrollar y mantener niveles de respuesta consistentes con las predicciones del diagnóstico. Las etiquetas que describen los déficits de respuestas de los niños adquieren con frecuencia, erróneamente, el papel de constructos explicativos (por ejemplo "Sherry actúa de ese modo porque tiene problemas emocionales"). Las etiquetas sugieren que los trastornos de aprendizaje son fundamentalmente el resultado de un problema interno al niño, reduciendo la posibilidad de que se examinen las variables instruccionales como posibles causas del déficit en las respuestas. Esto es especialmente peligroso cuando el diagnóstico proporciona al educador una excusa para no enseñar de forma eficaz (por ejemplo, "Jalen no ha aprendido a leer porque es..."). Los niños etiquetados suelen desarrollar un autoconcepto muy bajo. Los diagnósticos pueden hacer que los compañeros ridiculicen o rechacen al niño etiquetado. Las etiquetas tienen una cierta permanencia; una vez que el niño ha sido diagnosticado es difícil que vuelva a considerársele normal aunque desaparezcan los trastornos. Con frecuencia, las etiquetas sirven para mantener a los niños fuera de las aulas ordinarias. Un número desproporcionado de niños de diversas culturas, razas y lenguas han sido incorrectamente diagnosticados como discapacitados, incluyéndoseles especialmente en la categoría de retrasados mentales. La clasificación de los niños excepcionales requiere el gasto de una gran cantidad de dinero, así como un gran número de profesionales que diseñen y planifiquen su instrucción.

Parece evidente que hay fuertes argumentos tanto a favor como en contra del diagnóstico de los niños excepcionales. Vamos ahora a examinar cómo la utilización de categorías diagnósticas determina el acceso de los niños a los servicios de educación infantil y la forma en que éstos se benefician de ellos.

Etiquetado y Servicios Las etiquetas que se usan para clasificar a los niños con necesidades educativas especiales pueden utilizarse como herramientas para organizar la administración de servicios especiales en la escuela. Para que un niño pueda beneficiarse de los servicios educativos especiales debe tener alguna discapacidad y debe ser incluido en alguna de las categorías legales tales como retraso mental o

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trastornos del aprendizaje. En la práctica, un alumno con una determinada discapacidad puede elegir entre diferentes modalidades de educación especial y apoyos educativos. Cuando un alumno no entra dentro de ninguna de las categorías clasificatorias no tiene derecho a recibir atención especializada y por tanto es bastante improbable que la reciba. Así por ejemplo, en 1979, la definición de retraso mental cambió y todos aquellos niños que previamente habían sido incluidos en la categoría de "retrasados mentales límite" no entraban dentro de esa definición; por consiguiente no podían beneficiarse de los servicios educativos especialmente diseñados para los retrasados mentales. Muchos alumnos que entran dentro de la categoría denominada "otras discapacidades" reciben atención especializada, sin embargo el grupo más numeroso de alumnos con problemas -el de trastornos del aprendizaje- no recibe educación especial.

UNA DEFINICION DE EDUCACION ESPECIAL La Educación Especial puede definirse de muy distintas formas. Por ejemplo, puede entenderse como una normativa legal del gobierno. Esta concepción debería centrarse en las implicaciones legales y en informar a los padres de los alumnos discapacitados acerca de sus derechos y ayudarlos a elegir los programas de educación individualizada más adecuados para sus hijos. Desde una perspectiva puramente administrativa, la educación especial debería entenderse como una parte del sistema educativo ordinario que requiere una cierta ratio entre profesor y alumnos, y que tiene unas fórmulas especiales para determinar los contenidos concretos que se han de enseñar, de acuerdo con el tipo específico de discapacidad. Desde una perspectiva sociológica o política, la educación especial es el resultado de la movilización de la sociedad civil, una demostración del cambio de actitudes hacia las personas con discapacidad que se ha producido en la sociedad. Cada una de estas aproximaciones tiene aspectos válidos, y cada una de ellas juega un papel importante tanto en la definición de la educación especial, como en la forma en que se aplica. Sin embargo, ninguna de estas definiciones capta la auténtica esencia de la educación especial. Según el D.S. No 006-2006-ED, la Dirección de Educación Especial es responsable de formular y proponer la política, objetivos, estrategias pedagógicas y normas de alcance nacional para la Educación Especial. Depende del Viceministerio de Gestión Pedagógica. Sus funciones son: a. Coordinar y orientar la aplicación de la política y estrategias para el desarrollo de la Educación Especial. b. Normar, orientar, supervisar y evaluar la aplicación de la estructura curricular básica de la modalidad, así como definir los módulos básicos del material educativo. c.

Promover, coordinar y orientar la organización y desarrollo de programas con los padres y madres de familia y la comunidad, así como proyectos de investigación e innovación y/o experimentación pedagógica, su sistematización y recuperación.

d. Impulsar, diseñar y coordinar la participación de los medios de comunicación para expandir el desarrollo de programas de prevención e integración temprana. e. Fortalecer el funcionamiento de programas especiales de atención a educandos con facultades sobresalientes. f.

Orientar, supervisar, visar y evaluar la aplicación del enfoque inclusivo en coordinación con las Direcciones Nacionales correspondientes.

MISIÓN Garantizar una auténtica formación integral y una participación activa y plena en la sociedad a todos los estudiantes con necesidades educativas especiales asociadas o no a una discapacidad y al talento y superdotación. VISIÓN Universalizar una educación inclusiva con calidad y equidad, que garantice el acceso, la permanencia y el éxito escolar de todos los estudiantes con necesidades educativas especiales, asociadas o no a

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una discapacidad y al talento y superdotación.

LA EDUCACIÓN ESPECIAL COMO ENSEÑANZA Lo que en definitiva persigue la Educación Especial es enseñar. Pero ese es en general el objetivo de la educación, ¿qué es entonces lo que tiene de especial la educación especial?. Una forma de responder a esta pregunta es analizar la educación especial en términos de ¿a quién enseña?, ¿qué enseña?, ¿dónde enseña? y ¿cómo enseña?

¿A quién enseña? Los niños que reciben educación especial son aquellos que tienen necesidades educativas especiales y deben recibir un programa educativo individualizado. Los profesores, tanto los que dan clase en el sistema ordinario como los de educación especial -aquellos que han recibido una formación especializada y desarrollan su trabajo enseñando a alumnos con necesidades educativas especialestienen que proporcionar la instrucción adecuada a cada tipo de alumno. Trabajando con los profesores de educación especial y con los profesores del sistema ordinario hay otros muchos especialistas -psicólogos escolares, logopedas, psicoterapeutas y médicos, por mencionar sólo unos cuantos- que ayudan a educar y a proporcionar los servicios educativos necesarios a estos niños. Este equipo multiprofesional trabaja conjuntamente con padres y familias, y tiene como principal responsabilidad ayudar a los niños excepcionales a aprender a pesar de sus necesidades especiales.

¿Qué enseña? La educación especial se diferencia de la educación regular en cuanto al curriculum, esto es por lo que enseña. Algunos niños con discapacidades necesitan una instrucción intensiva y sistemática para aprender las habilidades de la vida diaria como vestirse, comer y asearse; no forman parte del curriculum ordinario, pero sin embargo son una parte importante del curriculum de muchos alumnos con discapacidades severas. También, algunos alumnos reciben instrucción para compensar o reducir las minusvalías que aparecen como consecuencia de una discapacidad. Un niño ciego puede recibir entrenamiento especial para leer y escribir en Braille, mientras que uno vidente no necesita aprender estas habilidades. Por tanto, podemos decir que en el sistema educativo ordinario es el propio sistema el que dicta el curriculum pero que en la educación especial son las necesidades educativas del niño las que determinan el curriculum. No debemos olvidar, que aproximadamente el 70% de los niños con discapacidades son educados, al menos parcialmente, en aulas ordinarias, lo que significa que la mayor parte de los alumnos con necesidades educativas especiales siguen el curriculum ordinario.

¿Dónde enseña? La educación especial puede, a veces, identificarse según el lugar donde se imparte. Aunque muchos niños con discapacidades reciben la mayor parte de su instrucción en las aulas ordinarias, otros asisten a clase en aulas separadas, internados y centros de día. Muchos niños que asisten a clases regulares pasan un determinado número de horas al día en aulas especiales, donde reciben una instrucción individualizada. Los profesores de educación especial también enseñan en muchos ambientes que no forman parte de la "escuela". Un profesional de la educación especial que se dedique a la intervención temprana empleará mucho tiempo en enseñar a los padres cómo deben trabajar en casa con su hijo. Los profesionales de la educación especial, sobre todo aquellos que trabajan con alumnos que tienen discapacidades severas, utilizan una metodología que denominan instrucción comunitaria. Esta aproximación ayuda a los alumnos a aprender y a practicar habilidades de la vida cotidiana.

¿Cómo enseña? A veces, la metodología que utilizan los profesores de educación especial difiere de la utilizada por los profesores del sistema ordinario. Un profesor de educación especial puede usar el lenguaje de signos para comunicarse con sus alumnos. Otro, puede emplear un procedimiento muy estructurado y complejo para enseñarles a discriminar letras y conseguir finalmente que distingan su nombre del de otro niño. Pero en la mayor parte de los casos las técnicas que utilizan los profesionales de la educación ordinaria no difieren de las que usan los buenos profesionales de la educación regular. No hay dos conjuntos diferentes de métodos de instrucc...


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