TEMA 5. LAS Cosmovisiones Científicas (Corregido) PDF

Title TEMA 5. LAS Cosmovisiones Científicas (Corregido)
Author lus luna
Course Sistemas Operativos
Institution Universidad de Málaga
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TEMA 5. LA FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA: LAS COSMOVISIONES CIENTÍFICAS SOBRE EL UNIVERSO. 1.LA FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA Y LAS COSMOVISIONES ¿Cómo se ha formado el mundo que nos rodea? ¿Cuál es la estructura del universo? Para hacer referencia a este conjunto de ideas sobre el mundo que comparten los habitantes de una misma civilización, cultura o sociedad se recurre a la noción de cosmovisión. El término cosmovisión proviene de la palabra griega cosmos, cuyo significado es `belleza, armonía y orden'. Se empleaba en la Antigüedad para referirse al universo, entendido como una totalidad ordenada. Por tanto, cosmovisión, como sugiere la propia palabra, significa simplemente «visión del universo», que puede cambiar según la cultura o la época. Así, este término alude al conjunto sistemático de creencias y concepciones que influyen en la manera de percibir la realidad de un grupo de personas. Los mitos habían proporcionado una cosmovisión por su capacidad para ofrecer una imagen del universo, de su origen (en las cosmogonías) y del lugar que ocupa el ser humano en él y, los primeros filósofos occidentales que iniciaron el paso del mito al logos, maravillados ante la gran diversidad de objetos de toda clase que contemplaban ante sí, se plantearon si quizá podía suceder que todos ellos no fueran otra cosa que formas distintas de manifestarse uno o varios elementos fundamentales (el arjé).Con la aparición del pensamiento filosofico surgió una nueva forma de explicar el mundo mucho más consistente que los relatos míticos. La filosofía dio lugar a las cosmovisiones científicas, caracterizadas por aspirar a la objetividad y a describir la naturaleza sin recurrir a personajes fantásticos o dioses como, por ejemplo, Gea y Urano en la cosmogonía griega. El asombro que les suscitaba el mundo natural dio lugar así a la filosofía de la naturaleza, que se caracteriza por tratar de ofrecer una explicación racional a las preguntas relativas a la composición de la materia, su origen, el movimiento y las leyes que lo rigen, etc. Responden a una de las preguntas comunes a todas las culturas a lo largo de la historia. Por supuesto esta preocupación también está presente en las religiones, por ejemplo en la cristiana, que nos da una visión creacionista (el mundo es creado por Dios partiendo de la nada). Durante muchos siglos, la preocupación por estas cuestiones y las teorías que se formularán al respecto tendrán lugar en el ámbito de la filosofía, y la filosofía no empezará a separarse de la ciencia hasta el Renacimiento, de manera que podemos decir que la filosofía de la naturaleza se puede considerar la antecesora de las ciencias modernas. Además, hemos de tener en cuenta que durante la época moderna los límites entre ciencia y filosofía no estaban muy claros. Galileo cree que la labor del científico es descubrir el lenguaje matemático con el que Dios dotó de estructura la naturaleza; Descartes y Leibniz fueron matemáticos y filósofos mientras que Newton todavía hablaba de Filosofía de la Naturaleza, por ejemplo. Las cosmovisiones científicas también aspiran a dar explicaciones del mundo y hacerlo más comprensible, pero en lugar de recurrir a seres poderosos y fuerzas sobrenaturales buscan explicaciones racionales, basadas en la observación y la experimentación, que puedan ser sometidas a crítica y revisión. Estas cosmovisiones nacen de la práctica científica y contribuyen a

crear la concepción del mundo en una época determinada, por lo que han ido variando hasta el punto de que una cosmovisión aceptada hasta ese momento puede ser sustituida por otra. Veremos las tres más importantes: - La cosmovisión antigua, que estuvo vigente desde la antigua Grecia (s. IV a. C.) hasta la primera mitad del siglo XVI. - La cosmovisión moderna, que se forjó a partir de las ideas nacidas de la revolución científica, se desarrolló entre los siglos XVI y XX. - La cosmovisión contemporánea, cuyas principales ideas se han desarrollado desde principios del siglo XX hasta la actualidad.

2. LAS COSMOVISIONES ANTIGUAS Si en una noche clara observamos atentamente las estrellas durante un tiempo prolongado, apreciaremos que todas ellas se mueven al unísono alrededor de un mismo eje, como si formaran parte de una misma estructura que las obligara a dar vueltas completas a diario. Si nos dejásemos guiar por los sentidos, pensaríamos (como los griegos) que no es la Tierra, sino la bóveda celeste la que se mueve a nuestro alrededor. Y como todas las estrellas se mueven a la vez, supondríamos, también, que estas son puntos brillantes en una cúpula firme. Aparte de los movimientos regulares que hemos descrito, en los cuerpos celestes es difícil apreciar, a simple vista, otras alteraciones. Esta regularidad contrasta con la diversidad y variabilidad presentes en la Tierra. Esto llevó a los primeros filósofos a pensar que la Tierra y los cielos eran mundos diferentes, aunque se tuvieran que integrar en una explicación global de la estructura del universo.

2.1. La Tierra Explicar la forma del planeta que habitamos y dar una justificación racional de su diversidad fue la preocupación de los primeros filósofos. — Los principios de la realidad. Los antiguos estaban convencidos de que la diversidad de sustancias oculta una explicación sencilla: todas ellas proceden de la transformación de uno o de varios elementos, que pueden ser considerados los principios de la realidad. Durante la Antigüedad, proliferaron teorías acerca de la naturaleza y el número de estos principios, pero básicamente podemos resumirlas en estas dos: · El principio básico o elemental (arkhé). Los filósofos de Mileto coincidieron en considerar que las sustancias derivaban de un principio único y natural que denominaron arkhé. Todas las cosas provendrían de sucesivas transformaciones de este principio. Sin embargo, difirieron en la naturaleza atribuida a ese principio. Por ejemplo: para Tales, era el agua; para Anaxímenes, en cambio, era el aire. · Los cuatro elementos. Esta doctrina consiste en afirmar que todas las cosas se forman a partir de la mezcla de cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Lo que varía en cada sustancia es tan solo la concentración que hay de cada uno de ellos(Empédocles y Aristóteles).

— La forma de la Tierra. La información recibida por los sentidos hizo creer a los primeros filósofos que la Tierra era plana y que se encontraba rodeada por el océano. No tardaron en aparecer comunidades y escuelas, como la pitagórica, que ya en el siglo vi a. C. habían deducido que la Tierra era esférica gracias a una serie de observaciones: Por ejemplo, que al alejarse un barco de la costa lo primero que dejamos de ver es el casco y lo último las velas, hecho que solo puede explicarse si la Tierra es esférica. Además, los eclipses lunares permitían comprobar que la sombra que proyecta la Tierra sobre la Luna tiene un contorno circular. 2.2. Los cielos. Una explicación de los cielos acorde con las concepciones religiosas y culturales de la Antigua Grecia, debía reunir las siguientes características: -El movimiento de los cuerpos celestes debía de ser circular, el más perfecto y el único adecuado para seres divinos como los astros - Geocentrismo. La Tierra está estática en el centro del Universo, pues la observación cotidiana para mostrar que no se mueve y que el universo gira en torno a ella .-El universo es limitado y está encerrado en la esfera de las estrellas fijas. Esta es una especie de bóveda o cúpula en la que están incrustadas las estrellas. De entrada, para la observación sensorial esta es la interpretación más adecuada del universo, pues si hacemos caso a nuestros sentidos no percibimos el movimiento de la Tierra y sí vemos moverse al Sol y la Luna. De entre las primeras cosmovisiones de la Antigüedad, destaca la de Eudoxo, Eudoxo (408-355 a. C.) fue discípulo de Platón y desarrolló la teoría de las esferas homocéntricas. Introdujo un complejo sistema de esferas con un centro común que coincidía con el centro de la Tierra (por eso se llaman esferas homocéntricas). Estas esferas eran cristalinas y transparentes, se encontraban concatenadas unas dentro de otras, como si se tratara de muñecas rusas o las capas de una cebolla perfectamente esférica, y además, cada una de ellas se movía sobre sí misma con un eje de rotación diferente. En ellas estaban insertados los astros 2.3. Aristóteles Para Aristóteles, el cosmos es un todo organizado en dos mundos de naturaleza distinta: el mundo sublunar o terrestre y el supralunar o celeste. Veámoslo: Mundo sublunar o terrestre. Es el mundo que habita el ser humano: la Tierra. Según Aristóteles, tiene forma esférica, es muy reducida y ocupa un lugar central en el universo. Este mundo está limitado por la esfera de la Luna, que constituye la frontera entre las dos regiones: sublunar y supralunar. Está constituido por los cuatro elementos que hemos visto: tierra, agua, aire y fuego. Cada uno de ellos tiene un lugar que le es propio en el universo. Si se encontrasen en estado puro, se organizarían en esferas concéntricas en el siguiente orden: la tierra estaría en el centro, encima el agua, luego el aire y por último el fuego. Los cuatro elementos tienden de manera natural a recobrar esta posición, por lo que les caracteriza un movimiento natural de carácter

rectilíneo, que puede darse en dos sentidos: descendente, en el caso de la tierra y el agua (por su condición pesada), y ascendente, en el caso del aire y el fuego (por su condición ligera). Como el mundo sublunar está poblado de sustancias que son compuestos o mezclas de estos elementos, según la proporción que tengan de ellos, les corresponderá un movimiento natural de uno u otro signo. El movimiento de rotación de la esfera de las estrellas fijas se traslada, por fricción, de una esfera a otra hasta llegar a la esfera de la Luna, que lo transmite al terreno sublunar. Este movimiento produce la mezcla de los elementos y, por tanto, provoca que se generen y corrompan los cuerpos. Una vez generados, los cuerpos actúan como causas agentes de otros cambios Mundo supralunar o celeste. Es el mundo que está más allá de la esfera de la Luna y que tiene su límite en la esfera de las estrellas fijas. Más allá de esta no hay nada. A diferencia del mundo sublunar, el supralunar se compone de un quinto elemento: el éter. Es un elemento de naturaleza divina: perfecto, puro, inalterable y sin peso. Por eso, el mundo supralunar es eterno e inmutable. La estructura de esta región sigue el modelo de las esferas homocéntricas de Eudoxo. Estas esferas existen realmente y se componen de éter, aunque solo son visibles en las regiones en las que el éter se concentra formando los cuerpos celestes. Cada esfera se mueve con un movimiento circular uniforme, que se transmite por rozamiento de unas esferas a otras, lo que produce como resultado los complicados movimientos de los planetas.Ahora bien, ¿cuál es la causa del movimiento circular uniforme de las esferas de éter? Para responder a esta pregunta, Aristóteles postula la existencia de un Primer Motor inmóvil, lo divino, el dios, causa final de todo el movimiento que se produce en el universo. De ello se deriva el carácter teleológico de la cosmovisión aristotélica: todos los cambios que tienen lugar en el mundo siguiendo las leyes de la naturaleza, tanto de los seres vivos como de la materia inerte, obedecen a una finalidad. La divinidad ha dispuesto todo para que se mantenga el orden cósmico en erfecto equilibrio.

3. OTRAS PERSONALIDADES DE LA ASTRONOMÍA ANTIGUA. Heráclito de Ponto: la rotación de la Tierra Heráclito de Ponto(390 – 310 a. C.)En la Antigüedad hubo también quien pensó que era la Terra la que giraba sobre sí misma. El astrónomo Heráclito aseguraba que nuestro planeta giraba en torno a su eje, dado que era más sencillo suponer que la Tierra tenía un movimiento rotatorio que hacer girar todo el universo alrededor de ella. La falta de correspondencia con los datos sensoriales impidió que tales ideas prosperaran. Eratóstenes: la geografía Eratóstenes de Cirene ( 276 a. C. 194 a. C.) fue un matemático, astrónomo y geógrafo griego Concibió por primera vez la geografía como una disciplina sistemática, desarrollando una terminología que todavía se usa en la actualidad. Eratóstenes es conocido principalmente por ser la primera persona en calcular la circunferencia de la Tierra, lo que hizo al comparar las altitudes del sol del mediodía en dos lugares separados por una distancia Norte-Sur. Su cálculo fue notablemente preciso. Admitiendo que Eratóstenes usase el estadio ático-italiano de 184,8 m, que era el que solía utilizarse por los griegos de

Alejandría en aquella época, el error cometido sería de 6.192 kilómetros (un 15 %). Sin embargo, hay quien defiende que empleó el estadio egipcio (300 codos de 52,4 cm), en cuyo caso la circunferencia polar calculada hubiera sido de 39614 km, frente a los 40008 km considerados en la actualidad, es decir, un error de menos del 1%. Aristarco de Samos: Heliocentrismo. Aristarco ( 310 a. C.-. 230 a. C.) fue un astrónomo y matemático griego, Fue la primera persona conocida que propuso el modelo heliocéntrico del Sistema Solar, colocando el Sol, y no la Tierra, en el centro del universo conocido. Esta propuesta la hizo después de estudiar la distancia y tamaño del Sol (determinó que el Sol era mucho más grande que la Tierra).Aristarco fue uno de los muchos sabios que hizo uso de la emblemática Biblioteca de Alejandría, en la que se reunían las mentes más privilegiadas del mundo clásico. 3.1. Las aportaciones de la astronomía: Ptolomeo A pesar de la solidez del sistema aristotélico, los astrónomos se encontraron con observaciones sobre la posición de los planetas que no se podían conciliar con la idea de que los movimientos celestes fuera perfectamente circular.Ptolomeo fue el astrónomo más importante de la Antigüedad y su obra conocida como Almagesto recoge tanto aportaciones originales como del resto de científicos, de tal modo que se la considera el principal compendio de astronomía de la antigua Grecia. Uno de los principales problemas a los que se enfrentaba la teoría geocéntrica aristotélica, y que Ptolomeo trató de explicar, fue el de la órbita de Marte. Al estudiar el movimiento de este planeta, se observa que diariamente avanza hacia el este de forma regular, pero, en un determinado momento, parece que se detenga para retroceder (se mueve hacia el oeste) hasta que de nuevo corrige el rumbo para dirigirse hacia el este dibujando una especie de lazo o bucle. Era un movimiento inexplicable desde las concepciones aristotélicas. Por esta razón, el astrónomo griego Hiparco de Nicea y posteriormente Ptolomeo afirmaron que la órbita de Marte —y por extensión, del resto de planetas— era el producto de la combinación de dos movimientos: uno a través de una línea circular imaginaria alrededor de la Tierra llamada deferente, y otro en un círculo más pequeño llamado epiciclo, cuyo centro sería el deferente. 3.2. Implicaciones filosóficas de la cosmovisión antigua Las cosmovisiones son elaboradas por el ser humano y para el ser humano, con el fin de comprender su entorno físico, ya sea en busca de la verdad, ya sea en busca de seguridad o consuelo, o por cualquier otro motivo. Así, es natural que una cosmovisión tenga una serie de implicaciones que van más allá del terreno estrictamente científico, condicionando posturas filosóficas o religiosas, a la vez que ella misma es condicionada por tales posturas. Algunas de las implicaciones filosóficas del modelo antiguo son las siguientes: a) La realidad está perfectamente ordenada. Todas las cosas están organizadas e integradas en la totalidad del universo, y cada parte tiene una finalidad propia dentro del todo.

b) Los seres sufren cambios no solo porque haya fuerzas externas que los impulsen hacia aquí o hacia allá, sino que poseen dinamismo a causa de la materia misma de que están compuestos. El movimiento es algo inherente a la materia, no algo que le sobreviene solo desde fuera. Por esta razón, la propia naturaleza de cualquier ser lo impulsa a cambiar y desarrollarse. c) La realidad es totalmente cognoscible. Utilizando su razón, el ser humano puede comprender plenamente el funcionamiento del universo, pues este funcionamiento se basa en relaciones de causalidad que están dispuestas con relación a un fin, fin que es comprensible por medio de la observación y la reflexión. d) La perspectiva con la que se estudia la realidad es antropocéntrica. En efecto, el mundo se contempla desde el punto de vista del ser humano, como si estuviese hecho justo a su medida: la naturaleza se ajusta perfectamente a la razón humana, que la puede comprender por completo; la perspectiva que se tiene del universo es la que corresponde a un observador terrestre (la Tierra es única, inmóvil y situada en el centro), y así sucesivamente.

4. LA VISIÓN MODERNA DEL UNIVERSO La cosmovisión moderna se empezó a gestar en el siglo XVI, gracias a la contribución de un grupo de científicos y astrónomos que protagonizaron la revolución científica y que sentaron las bases de la física clásica, caracterizada por servirse tanto de la experimentación como del formalismo matemático. Una nueva física y una nueva visión del mundo aparecen paralelamente y en mutua dependencia para sustituir el antiguo cosmos griego, que había perdurado hasta ese momento como única explicación válida para entender el universo. El nuevo clima intelectual europeo del Renacimiento permitió a numerosos astrónomos y físicos cuestionarse la cosmovisión heredada y sus dogmas, lo que acabó comportando, tal y como afirma el filósofo e historiador de la ciencia Alexandre Koyré, una «destrucción del cosmos» griego: la vieja distinción entre un mundo supralunar inalterable e incorruptible (solo existe el movimiento circular) y un mundo sublunar donde encontramos constantes cambios de todo tipo, se superó sustituyéndola por un universo sin jerarquías. Esta nueva cosmovisión se formó gracias al trabajo conjunto de astrónomos y de físicos, tal y como vamos a ver ahora. 4.1. Copérnico y el heliocentrismo El astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473-1543) solo se atrevió a publicar su obra Sobre la revolución de los orbes celestes cuando estaba a punto de morir. Inspirándose en la obra de Aristarco de Samos, afirmó que el Sol se encontraba en el centro del universo y que el resto de planetas, incluida la Tierra, giraba a su alrededor. Esto es lo que se conoce como heliocentrismo. Copérnico no partía de nuevas observaciones o descubrimientos para defender

su propuesta, sino que consideraba que de esta manera se simplificaban los cálculos y era más sencillo que las observaciones encajaran en el sistema, pues veía innecesariamente complejo el sistema ptolemaico. Copérnico, por tanto, colocó al Sol en el centro del cosmos, y estableció que la Tierra realizaba tres tipos de movimiento: a) El de rotación sobre su propio eje(diario ), b) El de traslación alrededor del Sol (con una periodicidad anual, lo que tarda en dar una vuelta completa alrededor del Sol) c) Y un ligero movimiento de balanceo conocido como precesión de los equinoccios, como si se moviera igual que una peonza y provocara una leve variación del ángulo de su rotación. A pesar del cambio radical que implicó el sistema copernicano, dejó intactas numerosas creencias de la Antigüedad, como la idea de que el cosmos era finito y se encontraba limitado por la esfera de las estrellas fijas. Con todo, la importancia de este nuevo modo de interpretar la realidad fue tal que supuso un punto de inflexión en el paso de la cosmovisión antigua a la moderna. De hecho, el sistema heliocéntrico es conocido también con el nombre de sistema copernicano, frente al sistema ptolemaico o geocéntrico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las ideas de Copérnico tuvieron una acogida lenta. Ello se debió en parte a las condiciones de la época, cuando la comunicación entre los científicos era mucho más difícil (recordemos que apenas acababa de inventarse la imprenta), pero también, y sobre todo, por el profundo cambio de perspectiva que implicaban en ámbitos diversos, y la resistencia que todo ello comportaba. El alcance de estas ideas sería enorme, puesto que, en último término, al cuestionar la tradición se estaban sentando las bases para una nueva interpretac...


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