Tema 6. Morfología nominal Género y Número. PDF

Title Tema 6. Morfología nominal Género y Número.
Author Ana León
Course Lengua Española y Publicidad: Saber Idiomático y Competencias Comunicativas
Institution Universidad de Sevilla
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Apuntes tema 6: Morfología nominal. Género y Número. Temario de la profesora Natalia Silva con anotaciones y apuntes de interés para la asignatura. ...


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TEMA 6. MORFOLOGÍA NOMINAL: GÉNERO Y NÚMERO.

Introducción: Fuentes para buscar info: Rodas, Diccionario panhispánico de dudas y la fundéu BBVA (medios de comunicación en acuerdo con la RAE). ● El género es una característica de la gramática y es diferente al sexo biológico ● La lengua es un producto social e histórico (el lenguaje no puede entenderse sin los conceptos historia y sociedad, por ello los conflictos sociales tienen repercusión en la lengua.

Enfoque metodológico: Mórfema género y número Hay una dualidad metodológica. Diferencias entre el morfema de género y el morfema de número. En la opinión de los hablantes (que no son, naturalmente, especialistas en lingüística o gramática española), parece predominar la convicción errónea de que el género es una categoría transparente, que corresponde siempre con el significado de sexo del referente, y que se realiza sencillamente mediante la oposición -o frente a -a, como ocurre en niño/niña. Quizá por eso muchos hablantes tratan de feminizar palabras como testigo y miembro construyendo equivalentes femeninos como *testiga o *miembra. Sin embargo, en realidad la cosa no es tan simple. Ni los morfemas de género se corresponden siempre con el sexo del referente (en ocasiones se relacionan con significados como el tamaño, por ejemplo, bolso/bolsa), ni se realizan siempre mediante la oposición -o/-a (en seguida veremos otras posibilidades). De hecho, hay incluso una cuestión previa a todo esto, y es que la oposición de género, es decir, la posibilidad de que un sustantivo o un adjetivo presenten una forma para el masculino y otra para el femenino, a pesar de lo que erróneamente se cree, es bastante excepcional en el sistema español, y apenas afecta a una minoría de unidades nominales. En síntesis, las peculiaridades de la oposición de género que están en la base de la asistematicidad de esta categoría son las tres siguientes: (1) La oposición de género afecta a un reducido conjunto de sustantivos La oposición de número, en la que dos formas dadas difieren en su carácter singular frente a plural es una oposición bastante uniforme: en principio, todos los nombres pueden aparecer en cualquiera de los dos números que permite el español. Por el contrario, la flexión de género no afecta a todos los sustantivos. La oposición de número se da en casi todos los sustantivos, mientras que la oposición de género sólo afecta a un pequeño subconjunto de sustantivos: en torno a un 84% de los sustantivos del español son invariables con respecto a la categoría de género; no presentan variación de género ni en sí mismos ni en sus adjuntos (determinantes, adjetivos...), porque designan seres asexuados. La oposición de género es más compleja que la de número porque concierne solo a un subconjunto de todo el conjunto de palabras que admiten la oposición de número. De entre todas las palabras que presentan moción de número, sólo algunas forman pares tipo del tipo gato/gata, libro/libra. (2) La oposición de género recibe múltiples soluciones formales La oposición de número recibe una solución formal única: se manifiesta en el significante del signo simplemente mediante la ausencia o presencia de (e)s. Por el contrario, la oposición de género presenta soluciones de muy diversa naturaleza: el padre/la madre; el gato/la gata; el periodista /la

TEMA 6. MORFOLOGÍA NOMINAL: GÉNERO Y NÚMERO. periodista, etc. Las diferencias formales que sirven para marcar uno u otro género no son, por tanto, sistemáticas. Hay diferentes tipos: ● ● ●





La distinción de género puede hacer uso de unidades léxicas diferentes (lo que se conoce como heteronimia): caballo/yegua, hombre/mujer, padre/madre, carnero/oveja. Sustantivos comunes en cuanto al género → la forma del sustantivo no cambia, el género se marca con el artículo: el/la periodista. Sustantivos epicenos: sustantivos de carácter sexuado en que la diferencia de sexo no se refleja en la lengua: son siempre masculinos o femeninos, independientemente del sexo del referente. Ej: ballena macho/hembra, hormiga, atún. También es posible el aprovechamiento de la oposición de género para la diferenciación de palabras cuasi-homónimas (palabras que se refieren a cosas muy distintas y que son formalmente idénticas, excepto en el morfema de género): libro/libra, suelo/suela. Hay también palabras que llevan a cabo la oposición masculino/femenino por moción: comparten la raíz, pero no la desinencia: gato/gata, niño/niña. Sin embargo, ni siquiera en este último caso las marcas que se emplean para la asignación de género son siempre uniformes. Normalmente, los sustantivos terminados en -a son femeninos y los terminados en -o masculinos. Pero podemos observar los siguientes contraejemplos. ➢ Masculinos en -a: el fantasma, el planeta, el mapa, el día, el problema, el sistema...etc No solo eso, en masculino también existe la finalización -e. ➢ Femeninos en -o: la mano, la dinamo, la quimio, la foto, la disco, la polio. *En acortamientos habrá que seguir la categoría léxica del sustantivo (quimioterapia, discoteca, fotografía).

(3) La asignación de género no responde a un criterio semántico único Acabamos de ver que la oposición de género no presenta uniformidad formal, es decir, que no es sistemática en cuanto a su significante. Pues bien, el mismo problema existe en relación con el significado. Que una palabra sea masculina o femenina no siempre tiene que ver con el mismo tipo de significado (por ejemplo, no todas las palabras masculinas se interpretan como sustantivos referidos a hombres y todas las palabras femeninas como sustantivos referidos a mujeres). Así las cosas, esta oposición también es asistemática en cuanto a su significado. Algunos de los significados con que puede estar correlacionada son los siguientes: 3.1. En los sustantivos animados, especifica el sexo del referente: En los sustantivos animados (es decir, los que se refieren a personas y animales), la especificación del sexo prima sobre cualquier otra información. En ellos, la mayoría de las variaciones de sexo en la realidad están ligadas a variaciones de género en la gramática. 3.2. En los sustantivos inanimados, la motivación semántica extralingüística del género es inconstante: Algunos sustantivos inanimados conservan el mismo género que tuvieran en latín, por lo que decimos que siguen el criterio de la etimología. Otros sustantivos se decantan por asumir el género propio de su clase léxica (adoptan, pues, el género del hiperónimo o nombre general de la clase a la que pertenecen): por ejemplo, los nombres de los días de la semana son masculinos en español porque la palabra día lo es.

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En otras ocasiones el uso de un morfema de género u otro se correlaciona con diferencias de significado que expresan matices, por ejemplo de tamaño: bolso/bolsa. Por tanto, todos los sustantivos del español tienen género gramatical, pero puede ocurrir: ● que la marca de género gramatical aluda a una distinción de sexo en la realidad o no (ya hemos visto que en los sustantivos inanimados depende, no, obviamente, del sexo de la cosa inanimada a la que se refiere, sino de la etimología de la palabra, su clase léxica, etc.); ● si alude a una distinción de sexo en la realidad, puede variar las marcas de género (como niño/niña, caballo/yegua) o no (como el/la dentista, o la víctima, palabra siempre femenina, independientemente de que la víctima sea hombre o mujer). Otra diferencia entre las categorías de género y número tiene que ver con que el género es un rasgo nominal inherente (que solo poseen las categorías léxicas nominales: sustantivos, adjetivos, determinantes) mientras que el número es un rasgo que las categorías nominales comparten con los verbos. Por eso en nuestra lengua el sujeto de las oraciones concuerda en número con el verbo, pero no lo hace en género. Con todo, sí hay un aspecto que estas dos categorías morfológicas tienen en común: en ambas oposiciones hay un término marcado y otro no marcado [el término no marcado es el que engloba a ambos]: ●



En la oposición de género el término no marcado es el masculino. Esto quiere decir que cuando se emplea en el discurso su uso puede equivaler a masculino y femenino (El hombre es un ser mortal engloba también a las mujeres). En la flexión de número el término no marcado es el singular. Esto se refleja de dos formas: - el plural debe añadir una marca, el singular no: libro-s. - se usa el singular con valor de plural.

Aunque a veces también encontramos, excepcionalmente, el empleo del plural en lugar del singular, como ocurre con los llamados plurales mayestáticos.

EL GÉNERO. Concepto de género: Categoría gramatical inherente en sustantivos y pronombres, codificada a través de la concordancia en otras clases de palabras y que en pronombres y sustantivos animados puede expresar sexo. No todas las palabras tienen género, los verbos por ejemplo no lo tienen. Los participios sin embargo sí que tienen género. No solo es útil ver el género de una palabra sino ver cómo se proyecta en el resto de palabras (cohesión). Hay que tener clara la diferencia entre género gramatical y sexo del referente:

SEXO BIOLÓGICO

GÉNERO

el sexo alude a la realidad natural, personal.

El género es un parámetro meramente gramatical, que, como ya hemos dicho, no tiene por qué

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Igual que el género de gato/gata depende del sexo del referente. El número de sustantivos inanimados como lunes y hache depende de la clase léxica a la que pertenecen. En ambos casos, se trata de asignación de género por causas semánticas, es decir, de género semántico.

corresponderse en todos los casos con un significado vinculado al sexo del referente (de hecho, en los sustantivos inanimados los referentes no poseen sexo). Por ejemplo, la palabra persona es SIEMPRE de género femenino, incluso en el ejemplo de El periodista ha de ser persona leída, aunque su referente sea de sexo masculino. Lo mismo ocurre en Luis es una persona complicada. no tiene por qué estar necesariamente motivado semánticamente, no ya sólo por el sexo del referente, sino por otras características semánticas, como el tamaño u otras propiedades de su significado no todas las palabras que tienen género semánticamente motivado poseen desinencias ni establecen pares opositivos. Por ejemplo, el lunes, el martes, la hache... son sustantivos cuyo género está semánticamente motivado (por el de su hiperónimo correspondiente), pero no tienen desinencias de género ni establecen pares opositivos (estas palabras tienen género semánticamente motivado, en este caso por la clase léxica a la que pertenecen, pero no establecen oposiciones masculino/femenino ni tienen desinencia de género alguna, por lo que sólo conocemos el género por el del determinante que las acompaña).

Tipos de sustantivos en español, según asignación de género: Según si el género es semántico o no semántico. -

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Género semántico: - Sustantivos animados: hijo/hija - Sustantivos inanimados: lunes Género no semántico: - Sustantivos animados: persona/gorila - Sustantivos inanimados: pared, muro...


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