La invención del arte de Larry Shiner PDF

Title La invención del arte de Larry Shiner
Author Max O.
Course Periodismo I
Institution Universidad Autónoma de Chihuahua
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La invención del arte de Larry Shiner
La idea de los ideales y las prácticas modernas son eternos y universales. Según los antiguos modos de pensar, lo opuesto al arte humano no es la artesanía sino la naturaleza. En el siglo XVIII se estableció una distinción decisiva en el concepto tradicion...


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Nombre: ----Matricula: 303121 Materia: Filosofía del arte Fecha: Maestro: Iracema Almora Hernandez Tarea: Ensayo final

La invención del arte de Larry Shiner La idea de los ideales y las prácticas modernas son eternos y universales. Según los antiguos modos de pensar, lo opuesto al arte humano no es la artesanía sino la naturaleza. En el siglo XVIII se estableció una distinción decisiva en el concepto tradicional de arte. Tras significar durante dos mil años toda actividad humana realizada con habilidad y gracia, el concepto se descompuso en la nueva categoría de las bellas artes en oposición a la artesanía y las artes populares. A partir de esta época se comenzó a hablar de "bellas artes", objeto de un disfrute específico, mientras que las artesanías y las artes populares pasaron a ser prácticas que muestran la habilidad del artífice en la aplicación de ciertas reglas y sus obras. A finales del siglo XVIII "artista" y "artesano" se convirtieron en términos opuestos. "Artista" vino a querer decir creador de obras de arte mientras que "artesano" significó mero hacedor de algo útil o entretenido. Una tercera e igualmente decisiva división tuvo lugar en el siglo XVIII: el placer en las artes se dividió en un placer especial, propio de las bellas artes, y los placeres ordinarios que suscitan lo útil o lo entretenido. -el placer refinado o contemplativo recibió un nuevo nombre: "estético". La nueva idea de arte como creación reclamaba una actitud contemplativa. Lo mismo ocurre con el término "artesanía". A veces se dice que la idea más amplia y antigua de arte estaba próxima a nuestro actual concepto de artesanía. Ello se debe en parte a que la idea más antigua de arte contenía características compartidas por las bellas artes y la artesanía.

Coincido con Arthur Danto en cuanto a que había un concepto de arte anterior al siglo XVIII, un concepto que permitía hablar en términos de revolución, pero era un arte en el viejo sentido, en que el uso y el genio, el significado y la habilidad formaban una unidad. El arte ya no tiene "una dirección narrativa" Éste es el significado de la controvertida frase de DAnto "el dino del arte", la cual, aunque suena provocativa, simplemente significa el fin del arte en cuanto que procura encontrar su propia esencia. Para mí, si puede o no darse un tercer sistema del arte más allá del antiguo, al cual ya no podemos retornar, y del moderno, que muchos luchan por superar, es una cuestión al mismo tiempo plausible y urgente.

LOS GRIEGOS NO TENÍAN UNA PALABRA PARA ARTE. Los antiguos griegos, que tenían distinciones precisas para tantas cosas, carecían de una palabra para lo que nosotros denominamos arte bello. La palabra que con frecuencia traducimos por "arte" la cual, lo mismo que la aros romana, incluía muchas cosas que hoy en día denominaríamos "oficio". De hecho, techné y aros no se referían tanto a una clase de objetos como a la capacidad o destreza humanas de hacerlos o ejecutarlos. No obstante, generaciones de filósofos e historiadores han afirmado que las sociedades griega y romana tenían un concepto del arte semejante al nuestro aunque carecieran de una palabra para designarlo. La sociedad griega consideraba que la pintura, la escultura, la arquitectura, la poesía y la música pertenecieran a una categoría única y determinada. Las prácticas antiguas citadas siempre como anticipación de nuestra actual idea de arte son la pintura, la épica y la tragedia entendidas como artes de imitación (mimesis). Desde luego ni Platón ni Aristóteles afirmaban que todo producto del arte humano (techné) fuera indistinto; es decir, en ningún lugar de sus obras se dice que las tragedias fueran lo mismo que las herramientas d labranza o que las estatuas no fueran mejores que las sandalias. John Boardman afirma acerca de las actitudes griegas con relación a las artes visuales con anterioridad al período helenístico: "El arte por el arte" era virtualmente un concepto desconocido; no había un verdadero mercado de arte y tampoco había coleccionistas; todo arte poseía una función. Los artistas eran proveedores de una mercancía lo mismo que los zapateros.

LA NAVAJA DEL AQUINATE En el período medieval muchas artes que el mundo moderno ha dejado relegadas a la condición de artesanías y oficios eran admitidas como pintura o escultura. Los medievales no distinguían como nosotros entre artes y "meras artesanías". En el período medieval el término "artista" solía quedar reservado a quienes estudiaban las artes liberales, mientras que una persona dedicada a la producción o a la ejecución de alguna de las muchas artes mecánicas era con frecuencia denominada artices. Incluso términos que son mucho más específicos como "pintor", "escultor" y "arquitecto", no tenían el sentido que les damos en la actualidad. El pintor medieval era ante todo un artífice de la decoración, que cubría por encargo las paredes de las iglesias, los edificios públicos y las casas de los ricos y pintaba muebles, banderas, escudos y estandartes. La mayoría de los artífices medievales, picapedreros, ceramistas o pintores, trabajaban para patrones que solían especificar el contenido, el diseño general y los materiales de los encargos. Más aún, por lo general, el artífice medieval asumía los encargos no como individuo sino como miembro de un taller donde se resolvían los distintos aspectos del trabajo. Pero el artífice, era un hacedor, no un creador. Dios crea la naturaleza de la nada, la naturaleza a su vez actualiza la potencia; el artífice se limita a modificar lo que la naturaleza ha actualizado. Ésta fue la comprensión normativa durante el período medieval. Arte según: Hegel-Percepción sensible del Geist El tema fundamental de la filosofía de Hegel es lo infinito en su unidad con lo finito. Esta unidad que en los escritos teológicos se reconoce y ensalza en la religión, en los escritos posteriores la reconoció en la filosofía. Pero tanto en unos como en otros, tal unidad se entiende en el sentido de que la unidad, como única y total realidad o sustancia de las cosas, no está más allá de lo finito, sino que lo supera y anula en sí mismo. La filosofía hegeliana se propondrá tratar - desde su propia situación histórica, porque la tarea del filósofo consiste en pensar en su propio tiempo- la relación entre los dos más grandes conceptos alumbrados por el pensamiento filosófico: Naturaleza y Espíritu.

El término «Espíritu» que es fundamentar en la concepción dialéctica hegeliana, es, como tantos conceptos de la filosofía de Hegel, un concepto paradójico y oscuro. Se podría entender como Dios, aunque no sería un Dios trascendente o separado del mundo. También el Espíritu puede ser entendido desde la acción humana, una acción humana divinizada y tomada aquí como modelo por el que se concibe la misma acción cósmica. La preocupación por la Historia es fundamental. Los idealistas intentan conciliar necesidad y libertad (tercera antinomia kantiana) y es en la historia donde se opera tal síntesis, paralela a la dada entre lo finito y lo infinito, moralidad y naturaleza. La diferencia entre las tres formas reposa en la idea misma del espíritu absoluto. El espíritu, en su verdad, no es un ser abstracto separado de la realidad exterior, sino que está encerrado en lo finito que contiene su esencia, se aprehende a sí mismo, y por ello deviene él mismo absoluto. El primer modo de manifestación por el cual lo absoluto se aprehende a sí mismo es la percepción sensible [arte]; el segundo la representación interna en la conciencia [religión]; en fin, el tercero el pensamiento libre [filosofía]

Nietzsche-el perfecto equilibrio entre lo apolíneo y lo dionisiaco. Apolo es representado como dios del sueño y de la luz. En el arte, Apolo representaba la belleza serena del mundo, el resguardo de paz donde el individuo encuentra un espacio liberador del caótico universo y de los problemas existenciales. Lo apolíneo intenta transmitir tranquilidad, belleza apaciguada, la racionalidad del orden matemático que compone el mundo y que libera al ser humano del desasosiego que produce la duda. Nietzsche lo asoció con la idea del sueño que más tarde podremos observar en pintores como El Bosco o los surrealistas. A la vez, Apolo debe representar la búsqueda del conocimiento, pero también el engaño de las apariencias, es decir, el engaño de la belleza. En contraposición a esto, surge el caos, a lo dionisíaco no lo llamaríamos la fealdad, si no la belleza terrible. Esta belleza que representara Frida Kahlo en sus cuadros. La embriaguez del dios del vino representa perfectamente la embriaguez vital de la existencia. La vitalidad salvaje, la llamada de lo salvaje que diría Jack London en una de sus novelas y que, a pesar de hablar sobre un animal, representaba perfectamente los impulsos humanos que se vivían durante el siglo XX. Dionisos, dios del vino, no

representa sólo la fiesta, si no la danza, los ritos del sur. La contraposición humana entre la frialdad serena y el ardor caótico que puede verse representada entre las concepciones del mundo que existen entre Occidente y África, entre Europa y el Mediterráneo. Ambos modos de entender la experiencia vital, son como dos imanes, a la vez se niegan y a la vez se complementan. Pues el uno no puede existir sin el otro, ya que ambos se fundamentan en reciprocidad. Y es de estas dos concepciones de donde nacerán en el mundo monoteísta y especialmente el judeocristiano, las concepciones de bien y mal reflejadas en la idea de lo divino y lo demoníaco, de la mujer representada en la Virgen María y la mujer representada en Lillith o Isthtar. El Dios de lo cristiano ha sido representado de múltiples maneras en el arte, pero sin duda la más apolínea de ellas es la de la serenidad mística de las catedrales góticas. La representación del Dios de la luz como lo fue Apolo, de la bondad divina de aquel que muere por la redención humana. Igualmente, la Virgen se representa como la mujer pura, serena y luminosa de lo apolíneo, idea que a la vez esconde la negación del impulso vital dionisíaco, esto es, de la concepción carnal de Dios en la tierra. Nietzsche critica que se le de más importancia a lo Apolíneo que a lo Dionisiaco, ya que considera que es lo segundo lo verdadero de la vida. Según Nietzsche, Dionisio es el camino para alcanzar la grandeza humana. Walter Benjamín-Aura La experiencia del aura descansa en la transferencia, de una forma de reacción normal en la sociedad, a la relación de la naturaleza con el hombre. Quien ha mirado o se cree mirado | alza la mirada | responde con una mirada. Hacer experiencia del aura de un fenómeno o de un ser significa notar su capacidad de | alzar | responder con la mirada. Esta capacidad está repleta de poesía. Cuando un hombre, un animal o un ser inanimado alza su mirada ante la nuestra, nos lleva, en primer lugar, lejos; su mirada sueña, nos arrastra a su sueño. El aura es el manifestarse de una lejanía, sin importar lo muy cercana que sea. También las palabras tienen su aura; Kraus lo ha descrito con una precisión particular: «Cuanto más de cerca se mira una palabra, tanto más de lejos ella nos devuelve la mirada». En el mundo hay tanta aura como queda sueño en él. Pero el ojo despierto no pierde el arte de la mirada cuando en él se disipa el sueño. Al contrario, sólo entonces la mirada se vuelve realmente insistente. Deja de asemejarse a la mirada de la amada que, bajo la del amado, alza los ojos, y comienza más bien a asemejarse a la mirada con la que el

despreciado responde a la de quien lo desprecia, el oprimido a la del opresor. De esta mirada cualquier lejanía queda cancelada; es la mirada de quien se ha despertado de todos los sueños, tanto de la noche como del día. En determinadas circunstancias tal disposición de la mirada puede emerger en forma de masa. Esto ocurre cuando la tensión entre las clases ha superado un determinado umbral. Entonces sucede esto: a quienes pertenecen a una de las dos clases —a la de los dominadores o a la de los oprimidos— puede parecer útil o incluso atractivo mirar a los que pertenecen a la otra clase: pero ser objeto de tal mirada es percibido como desagradable o incluso peligroso. Se produce así la disposición a bloquear inmediatamente la mirada del enemigo de clase. Ésta se vuelve una amenaza, sobre todo de parte de aquellos que constituyen la mayoría. Se llega a una antinomia.

Danto-conjunto de metarrelatos Mientras Arthur C. Danto discutía sobre el fin del arte y el linde de la historia —cuando todos los relatos han llegado a su fin y ya no es posible ninguna narrativa, iniciándose de esta manera la post-historia del arte— los escritos de Baudrillard tributaban a una obsesión que ya estaba en sus primeros libros: el signo y sus espejos, el signo y su producción febril en la sociedad de consumo, la virtualidad del mundo y Latransparencia del mal. ¿Ha llegado el final del arte? Aunque, es difícil decirlo cuando todavía no se ha llegado a una definición unánime de lo que es Arte, creo que partiendo de esa base podríamos rebatir algunas de las afirmaciones que Arthur C. Danto realiza en el planteamiento de su ensayo El Fin del Arte Este hecho marcó un antes y un después no sólo en la historia contemporánea, sino en el estatuto de los estudios visuales y los modelos telecomunicativos. El atentado a las Torres Gemelas fue uno de los acontecimientos más rápidamente difundidos a través de las

televisiones de medio mundo, permitiendo que lo viviéramos prácticamente en directo, como un apocalíptico programa de tele-realidad. Sin embargo, esta hegemonía todopoderosa de los mass media estaba a punto de acabar. El nacimiento de las redes sociales unos años después trajo consigo una democratización no solo del acceso, sino también de la transmisión de la información. Hoy en día, un acontecimiento como el 9/11 sería ampliamente fotografiado y twitteadopor una gran masa social, ofreciéndonos una visión mucho más poliédrica y global de la situación, una información real que no podría ser censurada ni controlada por los gobiernos de turno. Danto, en el El fin del arte, ya anunciaba «el fin de los relatos legitimadores» y, con ello, la clausura de una era en el desarrollo del arte. Retomando los escritos de Hans Belting sobre la era del pre-arte y la era del arte , así como los de Clement Greenberg sobre la definición de lo moderno , Danto considera que los relatos del arte actual han llegado a su fin, pues ya no es posible ninguna narrativa, iniciándose de esta manera la post-historia del arte encarnada en el arte contemporáneo. Danto realiza una reflexión en torno a sus declaraciones de los años 80 en Después del fin del arte: El arte contemporáneo y el linde de la historia aclarando que el arte de esa época (fines de los noventa) es el arte después del fin del arte. Para Danto, esto no significa literalmente que el arte haya muerto, sino que lo que ha muerto es la narrativa que determina sus lineamientos. Actualmente, según Danto, en el Arte se producen cambios sin evolución, retomando fórmulas ya conocidas, y el problema radica en que dicho objetivo histórico del arte se ha alcanzado, a través de la perfección de la técnica o de las tecnologías, y por tanto el arte deja de tener tal sentido.

Postura La muerte del arte anunciada por Hegel Hegel pretende demostrar la necesidad de una filosofía del arte e indicar el modo en el que debe ser formulada. Con este propósito, recuerda el puesto del arte en el proceso del espíritu hacia el saber absoluto y su superioridad respecto a la naturaleza, pero sin considerarlo la más alta expresión del espíritu, pues hay una existencia más profunda de la Idea que lo sensible no puede expresar: es el contenido propio de la religión y de la filosofía. Si la filosofía siente la necesidad de reflexionar sobre el arte, es porque el

momento en el que el arte era considerado la máxima expresión de la Idea ha sido, según el filósofo alemán, algo ya superado. La posición del arte respecto a la naturaleza es clara para Hegel, y de ello depende su consideración de la estética como filosofía del arte. La estética debe ocuparse solamente de la belleza artística, que juzga superior a la belleza natural. El motivo de tal superioridad es su carácter espiritual. En el arte, el espíritu sobrepasa la naturaleza, porque en la obra artística su presencia es consciente y no, como en la naturaleza, una manifestación del mundo material. En el arte, el espíritu se percibe a través del mundo material, superando, sin embargo, la particularidad de la materia. Por este motivo, para apreciar el arte no basta, según Hegel, ni el sentimiento ni el gusto, porque el arte se dirige al espíritu, que no puede detenerse en su dimensión sensible. A diferencia del deseo, y como hace la inteligencia, el interés artístico busca lo universal, dejando libres los objetos que considera. Aquello que el arte permite contemplar no es el objeto en su realidad material, ni la idea pura y general, sino el aparecer de la verdad, algo ideal. El arte está situado, por lo tanto, a mitad de camino entre lo sensible y el pensamiento puro; pone en juego los sentidos ideales, vista y oído, cuya materia es lo sensible, por así decir, espiritualizado. El artista, para Hegel, no debe imitar a la naturaleza, sino presentar algo que procede del espíritu: presentar sensiblemente la unidad de lo ideal y lo real. Para alcanzar este fin, deberá recurrir a la fantasía. El verdadero artista, el genio, es aquel que sabe unir, mediante su fantasía, la espiritualidad con la naturalidad. De este modo, el arte revela la verdad. El arte, como la religión y la filosofía, pertenece a la esfera del espíritu absoluto, de la verdad. Las diferencias entre estas tres formas del espíritu proceden del modo por el cual conducen a la conciencia lo que es idéntico para las tres: el espíritu. La misión del arte, pues, es representar en modo sensible un contenido, el concepto, el espíritu. Lograr la perfección del arte, la realización de su ideal, significa para Hegel conseguir la perfecta unidad entre la forma sensible, individual y siempre concreta, y su contenido, que deberá ser también concreto. El arte debe hacer accesible a la contemplación humana, a través de una forma sensible, la Idea. El arte hace presente la Idea por medio de la belleza. La Idea como tal, absoluta,

no coincide, sin embargo, con la idea de la belleza artística, que tiene una realidad individual. La belleza no es más que una forma particular, que Hegel llama ideal, de representarse la verdad, la Idea absoluta. De alguna manera, Hegel habla de la muerte del arte. Pero la propia historia de las artes, antes y después de Hegel, contradice a veces el planteamiento hegeliano. La muerte del arte no sucede por la dialéctica, sino porque las vanguardias, que pretendieron fundir el arte con la vida, lo fundieron con el mercado, según dijo hace poco Miguel Brieva en una charla con El Roto.

Concluye tu propia definición del arte

Actualmente nadie plantea objeciones a que casi cualquier cosa sea considerada "arte". Una de las razones que explica el auge de esta calificación es que el propio mundo del arte se ha impuesto cumplir xon la vieja aspiración de que "arte" y vida se reconcilien. No faltan quienes admiten que el moderno sistema de las bellas artes está muerto. Me interesa establecer cómo se ha llegado a esta situación. Si queremos entender el auge de lo artístico como categoría y su propósito evidente de reconciliar arte y vida, hay que investigar cómo se han oiginado las ideas modernas y las instituciones de las bellas artes. El moderno sistema del arte es algo que nosotros

mismo hemos hecho. El arte es una invención europea que apenas tiene doscientos años de edad. Con anterioridad a ella teníamos un sistema del arte más utilitario, que duró unos dos mil años y, cuando esta invención desaparezca, con toda seguridad le seguirá un tercer sistema de las artes. El uso ordinario del término "arte" puede designar ya sea las artes visuales únicamente o las bellas artes como grupo; yo incluyo todos los géneros de las bellas artes, aunque me concentraré en la pintura, la literatura, la música, la arquitectura, el teatro y la fotografía. ¿Pero cómo marcar la diferencia entre la idea más antigua y amplia del "arte", y el sentido más...


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