Resumen etica a nicomaco PDF

Title Resumen etica a nicomaco
Author Igna Rodriguez
Course CORE: Ética
Institution Universidad Adolfo Ibáñez
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Resumen texto etica a nicomaco...


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Resumen etica a nicomaco LIBRO PRIMERO Capítulo I: Toda actividad humana tiene un fin Toda investigación y acción están orientadas hacia un fin y por lo tanto hacia el bien. Los fines en general se pueden desarrollar a través de las acciones, las actividades o las obras. Cada arte tiene un fin como por ejemplo, el fin del a medicina la salud, de la construcción el navío, de la guerra la victoria y etc. Capítulo II: La ética y la política Si todas nuestras acciones tienen un fin, ese fin debe ser el bien supremo no entendido en general, sino más bien para nosotros. Como ese fin tiene una gran importancia en nuestra vida, es necesario conocerlo bien. Si lo pensamos de manera general, veremos que dicho conocimiento (o dicha ciencia) es la política, pues ésta es la que rige las ciudades y decide qué debe hacerse y qué se debe evitar. A causa de que la política está en todas las ciencias, el fin de ésta significará el fin de las demás (economía, retórica, educación, etc). La política es el bien moral para todos los ciudadanos, en otras palabras, la política es lo que llamamos ética pública. Por otra parte, el bien particular, es decir, de un hombre, constituye la ética privada. Evidentemente, el bienestar de todos los ciudadanos será preferible al bien estar de un sólo hombre. Capítulo III: La política requiere de experiencia La ciencia política debe llevarse a cabo por hombres que tengan experiencia y conocimiento para ejercerla. Es por esto que los jóvenes no deben involucrarse en los temas de la ciencia política, pues no poseen experiencia suficiente, además de conducirse éstos últimos siempre por las pasiones. Capítulo IV: Investigar la felicidad por inducción ¿Cuál es el fin que debe perseguir la política y todos los hombres? En efecto, la felicidad. La felicidad quiere decir vivir bien y obrar bien. Sin embargo, la naturaleza de la felicidad es difícil de determinar. Por lo pronto, podemos decir que la felicidad de un pobre será ser rico, la

felicidad de un enfermo la salud, la felicidad de un ignorante la inteligencia. Sería un trabajo tremendo investigar todas las opiniones que surgen del concepto ''felicidad'', por lo tanto, será mejor recurrir al método inductivo que va de lo general a lo particular(1). Capítulo V: Los modos de vida Principalmente, los modos de vida son tres: 1. Placer: los que se dejan llevar por los placeres y la licencia. 2. Político: el que busca el bien para los ciudadanos. 3. Contemplativa: la vida dedicada a la reflexión. La mayoría de los hombres, según Aristoteles, escogen el primer modo de vida. La vida que permite la licencia que se asemejaba a la vida de Sardanápalo. Tenemos otro tipo de hombres cuyo fin son los honores, al cuidado de la ciudad y a la virtud. Son aquellos los que se dedican a la política, pero no obstante esto hay muchas personas que tratan de alcanzar la virtud sin éxito viviendo grandes infortunios. Con respecto a la vida contemplativa, ésta se analizará más adelante. Capítulo VI: Refutación a Platón sobre el bien Antes de comenzar el argumento, Aristoteles nos dice que aunque se esté refutando las teorías de los amigos, es preferible siempre estar de parte de la verdad. El bien puede decirse de muchas formas, de hecho, podríamos clasificarlos con algunas de las categorías del ser. Cualidad: la virtud Cantidad: el justo medio o lo moderado Relación: lo útil Tiempo: oportunidad adecuada Lugar: sitio correcto De esto se desprende que el bien puede decirse de muchas formas y no sólo de una; por lo tanto, no hay una sola noción universal del bien. Es decir, es múltiple y no uno. Categorizaciones del bien Muchos de los filósofos han tratado de agrupar el concepto del bien en un grupo. Los pitagóricos decían que el bien era una especie de unidad, Espeusipo también era de ésta opinión. Los platónicos solo consideraban que el bien solo abarcaba un aspecto de las cosas.

Para Aristoteles el bien es definido de dos formas posibles: los que son por sí mismos (la virtud, la honestidad, el valor) y los que resulta por razón de ellos (el ocio como condición de la virtud). Podríamos decir que el mayor bien es que se encuentra en sí mismo, pero ¿qué pasa con el placer, el honor y la prudencia? En efecto, son bienes por una parte y por otra no. Si existiera la idea del bien, entonces sería difícil (por no decir inalcanzable) que el hombre pudiera conseguirla porque recordemos que la idea, según Platón, es una separación de las cosas sensibles. Quizás, al tener la idea del bien como un modelo podremos aproximarnos a bienes más próximos, pero si es así, esto reforzaría el concepto de bien como algo inalcanzable. Capítulo VII: El bien del hombre es un fin en sí mismo Tenemos por tanto, fines que son en sí mismos y otros que nos procuramos por estos (por ejemplo, la virtud en la flauta nos dará relajo o tranquilidad). Estos últimos no resultan ser los bienes perfectos porque siempre son en vista de algo más, la idea es alcanzar el bien en sí mismo el cual es perfecto. La felicidad como bien en sí mismo Pero ¿cuál sería específicamente el bien perfecto y en sí mismo? Ese debería ser la felicidad, pues ninguna otra cosa se puede lograr utilizándose, sino que las otras virtudes se hacen para alcanzar ese bien. Por ejemplo, podríamos adquirir felicidad por medio de la inteligencia, pero inteligencia por medio de la felicidad. Por lo tanto, la felicidad es un bien perfecto y en sí mismo. La autosuficiencia como bien en sí mismo La autosuficiencia está en las mismas condiciones de la felicidad, pero no debe entenderse de manera aislada y solitaria, sino más bien dentro de una familia porque el hombre es un animal político Según Aristoteles, la autosuficiencia es lo que da más felicidad al hombre que cualquier otra cosa, es lo más deseable. El bien propio del hombre Éste bien que es propio del hombre, es la acción dirigida por el alma para alcanzar la virtud. No obstante, no es que el hombre haga una sola acción y se vuelve inmediatamente virtuoso, sino que debe practicarlo siempre y mientras más lo haga, más estará cerca del bien. De ahí la frase que utiliza ''Una golondrina no hace verano''. Capítulo VIII: La felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud

Los bienes también pueden extrapolarse al ser en su dualidad porque existen los bienes exteriores (la fortuna), del alma y del cuerpo. De estas tres los bienes del alma son los más importantes, ya que ahí se encuentra la virtud, la prudencia, la sabiduría y todo lo anímico. La virtud en sí misma es agradable y por lo tanto, lo más preferible entre los hombres y lo que lo hace ser feliz. Sin embargo, Aristoteles añade que es necesario que se tengan cosas externas para ser feliz; riqueza, familia, descendencia, etc. No podría ser feliz quien siendo virtuoso tenga hijos malos, o que siendo virtuoso haya tenido hijos buenos pero que ahora están muertos. Capítulo IX: La felicidad y la buena fortuna La felicidad es el bien más preciado que puede querer el hombre. ¿Cómo se podrá conseguir? ¿Por medio del estudio, la costumbre, los dioses o la fortuna? Conseguirla por la fortuna podría ser un error, ya que establecimos que la felicidad se alcanza por medio de los bienes del alma, es decir, la virtud. Por lo tanto, la felicidad sólo es alcanzable por medio de la virtud, si decimos que es la fortuna, entonces nos estaríamos refiriendo a los bienes externos, pero es con los bienes del alma con los que conseguimos la felicidad. Capítulo X: La felicidad y los bienes externos Solón nos decía que sólo se podía determinar la vida feliz de un hombre cuando éste moría. Seguramente, Solón lo decía porque una vez muerto, el hombre se deshace de todos los dolores y males que nos da la vida. Sin embargo, esto entraría en contradicción con lo dicho previamente porque habíamos establecido que la felicidad tenía que ver más bien con la actividad. Puede ser que a la actividad que se esté realizando para alcanzar la felicidad, muchas cosas y vicisitudes puedan obstaculizar (una tristeza, una pérdida, etc.), pero una vez superadas también podríamos llamar a esto una especie de felicidad. La superación de estos hechos hacen al hombre noble y magnánimo. Capítulo XI: La felicidad, los muertos y los descendientes Aristoteles asegura que la tristeza o felicidad de los vivos (sobre todos de sus descendientes) no afecta en nada a los muertos. No obstante, reconoce que quizás la felicidad o infortunio de los amigos pueda afectar a los muertos (sólo en un grado ínfimo), pero éstos últimos no pueden hacer nada para que sus amigos sean más felices o sean menos felices.

Capítulo XII: La felicidad y el elogio Hay dos formas de elogiar a un hombre o las facultades que este tiene. Se elogia por una parte porque hay cierta naturaleza que hace ser elogiable algo, y por otro, se elogia a algo por relación a una cosa. Así, los dioses son elogiados porque son divinos y magnánimos; por otra parte, también se elogian a los hombres más próximos a lo divido y magnánimo. Por lo tanto, la felicidad es digna de elogio porque todos los seres divinos son felices. Capítulo XIII: El alma y la virtud Si la felicidad se logra a través de la virtud y los bienes del alma, entonces debemos decir que la felicidad tiene que ver más con el alma que con el cuerpo. Es aquí donde reside la virtud humana. Veamos ahora lo que concierne a las partes del alma: 1. Parte vegetativa: Una parte del alma tiene que ver con la nutrición y el crecimiento. Esta parte del alma en específico no está dotada de razón. 2. Parte sensitiva: Una parte del alma la cual se deja llevar por los deseos y los placeres. Está desprovista de razón, pero puede entrar en ella en el sentido en que el deseo y el apetito, algunas veces escuchan a la razón 3. Parte intelectiva: Una parte del alma que escucha a la razón para obrar correctamente. Obviamente, esta parte es racional. La virtud también se puede dividir en dos especies: tenemos las virtudes éticas (moderación y generosidad) y las virtudes dianoéticas(2) (sabiduría, inteligencia y prudencia). La diferencia entre las dos es que las éticas son ''sensibles'' y afectan al ser humano, mientras que las dianoéticas pertenecen a un plano más intelectual. LIBRO SEGUNDO: NATURALEZA DE LA VIRTUD ÉTICA Capítulo I: La virtud y el hábito El libro anterior terminó con la descripción de los dos conceptos de virtud: ética (generosidad o moderación) y dianoética (sabiduría e inteligencia). Para alcanzar las virtudes éticas son necesarias la

costumbre (ethos(1)) y el hábito, mientras que para alcanzar las virtudes dianoéticas se necesita la inteligencia o el pensamiento. De este modo, tenemos que las virtudes éticas no se desarrollan en nosotros por naturaleza. En efecto, estas sólo pueden ser alcanzadas por medio del hábito. La naturaleza no puede cambiarse por el hábito; por ejemplo, no podemos hacer que una piedra se acostumbre a moverse hacia arriba por más que la lancemos, ya que su naturaleza es dirigirse hacia abajo. Toda virtud ética coincide con el hábito o la costumbre de una determinada acción, por ejemplo, ser moderado sólo se podrá lograr practicando la moderación; ser justo sólo practicando la justicia; o ser músico practicando la música. Además, la constancia de práctica determinará quien es bueno o malo en cada actividad, e.g, el mal músico es el que tiene menos práctica que el bueno. Capítulo II: La moderación Queda establecido como una primera premisa que la virtud se lleva a cabo por medio de la acción. Ahora, dicho ejercicio de la virtud debe ser cuidando de las carencias y excesos que están presentes en la naturaleza. Por ejemplo, quien tiene miedo se vuelve cobarde, quien no teme absolutamente nada se vuelve temerario, pero quien se enfrenta a los peligros de manera inteligente es valiente. Exceso Justo medio Exceso Cobardía Valentía Temeridad La cobardía y la temeridad representan por una parte la destrucción y el incremento de la valentía. Capítulo III: La virtud y el dolor Pensemos ahora cómo es posible alcanzar este término medio que se encuentra en algunas acciones. Si nos abstenemos de los placeres y esto mismo nos da placer (la abstinencia), entonces podremos decir que somos personas moderadas. Por otra parte, quien se entristece por dicha abstinencia es una persona intemperante. Lo mismo pasa con las personas que se enfrentan al peligro y se deleitan con eso, a esos llamaremos valientes; por el contrario, quien teme a los peligros será el cobarde. La virtud moral está directamente relacionada con los placeres y los dolores, hacemos lo malo a causa del placer y nos abstenemos de ellos por causa del dolor que puedan tener posteriormente.

En este punto, Aristoteles concuerda con Platón en que a los niños hay que hacerlos gozar del placer cuando sea indicado y hacerlos entristecer cuando sea indicado(1). Es de ésta forma en que las virtudes son placeres en algunos casos y dolores en otros. La virtud nos ayuda a escoger de manera correcta lo que se debe hacer, lo que no se debe hacer y cuándo se debe hacer. Para que quede más claro este punto, establezcamos lo que Aristoteles considera como preferencias y desprecios: Preferencias   

Bello Conveniente Agradable

Desprecios   

Vergüenza Perjudicial Penoso

El hombre bueno y virtuoso siempre acertará con lo preferible y el hombre malo caerá en lo despreciable. Cabe destacar que por medio del placer y el dolor es donde puede conseguirse dicha virtud. Capítulo IV: Naturaleza de las acciones No solo basta realizar acciones justas o moderadas para alcanzar la virtud. También es necesario que quien realice las acciones sepa en base a qué las está haciendo, es decir, que esté consciente de que hace una acción justa o moderada. Se podría objetar que quien practica la gramática y la música se le considerará gramático y músico, pero no es el caso. Para que este tipo de artes sea alcanzada sólo basta el conocimiento de aquellas y no necesariamente, estar consciente de que se ejecutan. Por lo tanto, no sólo basta tener conocimiento de lo justo y lo moderado, sino que es necesario practicarlo tal y como lo hacen los hombres justos y moderados, de otra manera, no lo serán. Capítulo V: La virtud como disposición

En esta sección veremos en concreto qué es la virtud considerando los tres géneros del alma: pasiones, facultades y hábitos. A una de estas tres debe corresponder la virtud. Géneros del alma: Pasiones: todas aquellas que provoquen dolor o júbilo. Por ejemplo, la codicia, la ira, la saña, el temor, el atrevimiento, la envidia, el regocijo, el amor, el odio, el deseo, los celos, la compasión, etc.  Facultades: capacidad de las virtudes por las cuales somos afectados por las pasiones. Por ejemplo, la capacidad de enojarse, entristecerse o compadecerse.  Hábito: se entiende como el buen o mal comportamiento de las acciones con respecto a los placeres. Por ejemplo, excederse con los deseos (mal comportamiento) y moderarse con la ira (buen comportamiento). Las virtudes no pueden establecerse como pasiones, pues estas son cosas involuntarias que nos pasan y que no tenemos control sobre ellas. La virtud por sobre todo es algo voluntario que se hace. No nos llamamos virtuosos por tener compasión o por estar enojados, sino cuando hacemos cual y tal acción. 

Capítulo VI: La virtud como término medio Es claro que la virtud debe ser un término medio entre dos excesos. Los excesos siempre destruyen la perfección del término medio, en efecto, siempre será mejor ser valiente que cobarde o temerario. De este modo, la virtud es la que siempre tiende a ser un término medio entre dos tipos de vicios. Hay tipos de vicios que existen en sí mismos, es decir, en donde el término medio no está presente; por ejemplo, la desvergüenza, la envidia y la malignidad). En estos vicios nunca se acierta porque están sumidos en el error. Capítulo VII: Ejemplos de término medio Expongamos algunos ejemplos para describir el término medio en algunos conceptos y así encontrar la virtud. Es necesario decir que hay vicios (como en el caso anterior) y virtudes que no tienen un término medio. Conceptos Acciones Placeres

Defecto Cobardía Insensibilidad

Justo medio Valentía Moderación

Exceso Temeridad Intemperancia

Dinero Honor Deseos Ira Verdad Diversión Agrado Compasión

Tacañería Generosidad Pusilanimidad Magnanimidad Hombre sin -----------ambición Incapaz de ira Apacibilidad Fanfarronería Veracidad Bufonería Gracia Desagradable Amabilidad Envidia Indignación

Prodigalidad Vanidad Ambición Iracundo Disimulo Rusticidad Adulación Malignidad

Como vemos no hay palabras para algunos términos como para el justo medio de los deseos ni tampoco su defecto. En el concepto de ''compasión'' cabe destacar que la envidia se entiende como la aflicción de las personas por las personas que tienen mucha prosperidad, mientras que el malicioso se alegra sobre las aflicciones de otras personas. Capítulo VIII: Término medio y exceso El término medio y sus excesos son llamadas por Aristoteles como disposiciones. Puede ser que en algunos casos el término medio se parezca al exceso (la valentía se parece a la temeridad más que a la cobardía), pero la relación entre excesos es totalmente contraria. La causa de que el término medio se parezca a su exceso es porque el exceso proviene del término medio. (la temeridad proviene de la valentía). Capítulo IX: Alcanzar el término medio Con sólo ver el término medio podemos decir que la dificultad que implica alcanzarlo es considerable. Los excesos en cambio si son fáciles de conseguir porque errar se hace muchas veces. La manera para alcanzar el término medio es acercarse al extremo menos erróneo. Es posible cometer errores, pero la idea es estar en el error menos malo para que así no se juzgue con dureza; en cambio, quien comete un error tremendamente malo no pasará inadvertido....


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