Tarea y cuestión tema 5 PDF

Title Tarea y cuestión tema 5
Author María Sancho de Pedro
Course Estética Y Pensamiento Musical
Institution Universidad Autónoma de Madrid
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TAREA TEMA 5: Resume y comenta la película de Gérard Corbiau “Le roi danse”. Los alumnos que no puedan acceder al link harán un pequeño ensayo sobre uno de estos dos temas o sobre los dos temas relacionàndolos entre sí: 1.el impacto musical y social de La serva padrona de Pergolesi y 2) La relación entre Luis XIV, Lully y Molière. ¿Qué tienen Jean Baptiste Lully y Giovanni Battista Pergolesi con su La Serva Padrona en común? La respuesta es clara: a parte de compartir el nombre, ambos cambiarían la historia de la ópera para siempre, y por tanto, la historia de la música quedaría marcada de igual manera. Para entender esta afirmación, es necesario contribuir con un poco de contexto. Jean-Baptiste Lully (nacido en Florencia en 1632, fallecido en París en 1687) puede ser declarado culpable de haber introducido el género operístico en Francia. Este músico de origen francoitaliano fue compositor. Su figura se encuentra estrechamente ligada a la de Luis XIV y su reinado. Lully estuvo al servicio del monarca desde una temprana edad. Primero, ejercería de violinista y bailarín de ballet; más tarde, sería nombrado director musical de la familia real y principal compositor de la corte; al final, y gracias al apoyo del rey, recibió el título de “Superintendente de la Música de Su Majestad”. A Lully se le puede reconocer como creador de dos géneros nuevos, ninguno de los cuales habría sido posible sin la cooperación de Jean-Baptiste Poqueline, apodado Molière. De esta brillante colaboración nació la comedia ballet, un género combinatorio de música y danza en una acción única que acompañaba a una comedia literaria. El segundo género que se le atribuye es el de la Tragedia lírica. Sin embargo, cabe destacar que el músico no se sintió interesado por la ópera hasta que vio la oportunidad de encargarse de la Académie d’Opéra. A partir de ese momento, Lully compondría una ópera al año colaborando con el libretista Philippe Quinault, dando origen y forma al tragédie lyrique. Los temas de estas solían tratar simbólicamente sobre un soberano divinizado, basándose en gran parte en mitos clásicos o romances medievales. Con su producción artística, Lully no solo contribuyó a la historia política de Francia, alabando el régimen autoritario del monarca, sino que trajo la ópera, considerada en su época como una actividad italiana, al reinado de su majestad.

La Serva Padrona, por su parte, también aporta una gran contribución al género operístico, considerándose en algunos casos como la primera ópera buffa (una ópera de temática cómica), y en otros como el eslabón imprescindible para que esta sucediera. La pieza constituía un breve intermezzo para la ópera seria Il prigionier superbo (El prisionero orgulloso) estrenada en 1733. Aunque la ópera principal ha caído prácticamente en el olvido, La serva padrona es reconocida a nivel mundial como una obra crucial en la historia de la ópera. En su momento, la obra resultaba increíblemente atractiva para todo tipo de audiencia puesto que ambas clases, la alta y la baja, podían identificarse con sus dos personajes protagonistas: una astuta doncella, Serpina, que engaña a su señor, Umberto, para que este la haga su esposa. Aunque durante todo el libreto, Umberto parece resistirse a los encantos y manipulaciones de su criada, en el desenlace, se da cuenta de que siempre la ha amado y ambos acaban teniendo un final feliz en el que están enamorados. Debido a su extremada importancia y popularidad, el intermezzo acabó desprendiéndose de la obra principal a la que acompañaba y acabó por interpretarse por sí sola.

La serva padrona también se ha considerado como la pieza que representa el salto en el que la música barroca se transforma en el clasicismo. Esta obra, además, supuso un nuevo acercamiento al espectáculo musical. Quizá el público recibió de tan buena manera esta pieza puesto que estaban cansados de los convenios ya predecibles y desgastados del género. No solo esto, sino que la versión francesa (que contaba con un nuevo final) tuvo un papel importante en la Querelle des Bouffons, una controversia que tuvo lugar en Paris entre los años 1752 y1754. La disputa fue protagonizada por los defensores de la música francesa, cuyo representante principal era JeanPhilippe Rameau («coin du Roi») en uno de los bandos y por los partidarios de ampliar “ horizontes musicales”, que seguían al famoso filósofo, aunque también músico y musicólogo Jean-Jacques Rousseau («coin de la Reine») y que no tenían problema en italianizar la ópera francesa. Todas estas razones hacen que al hablar de la ópera y de sus momentos de mayor importancia, no se pueda dejar fuera al que fuera el principal introductor del género en Francia y creador del subgénero la targédie lyrique, Jean Baptiste Lully, y al intermezzo que acabó convirtiéndose en la primera ópera buffa. Ambos cambiarían género operístico y su historia para siempre.

CUESTIÓN TEMA 5: ¿Qué imita la música? ¿ Qué posición tienes respecto a la música programática? Por otra parte, ¿te parece el principio de mímesis aún vigente y adecuado para caracterizar las diversas artes? El término de “mímesis” entendido como imitación surgió en el siglo V a.C. de la mano de Platón. Para este filósofo, el mundo sensible, el que conocemos, ya era una copia de el mundo perfecto el mundo eidético, por tanto el arte mimético constituiría una “copia de la copia”, y por lo tanto este era un arte despreciable, porque no era el camino correcto hacia la verdad. Más tarde, Aristóteles sostendría que el arte sí que puede imitar la realidad y no de forma despreciable, aunque el artista representaría esta realidad de forma obviamente subjetiva. Como se puede observar, el principio de mimésis en el arte ha estado presente desde la Antigüedad clásica y ha marcado la historia de las distintas disciplinas artísticas. En la historia de la música, esta imitación ha contribuido a su desarrollo y evolución, esto es una realidad innegable. La música siempre ha intentado imitar la naturaleza. Los sonidos que producen los instrumentos tradicionales, por ejemplo, recuerdan a realidades sonoras que podemos encontrar en la naturaleza. Un piano, por ejemplo, basa su tesitura total en la tesitura vocal que puede alcanzar el ser humano. Pero no solo encontramos este principio de mímesis en esto, sino que los temas que más abundan en las composiciones más conocidas siempre son realidades que nos suceden. Al fin y al cabo, para el compositor siempre es más fácil hablar de sus propios sentimientos o experiencias, y el oyente conectara más con la pieza si comparte lo vivido o lo sentido. Aunque algunos piensen que la música programática siempre va a constituir una degeneración de este arte, puesto que en cierto modo lo convierte en un “medio”, yo pienso que esta conclusión no necesariamente se cumple siempre. Los seres humanos no somos capaces de crear realidades nuevas desde cero. El arte es lo más parecido a esta habilidad -que yo describiría como divina- que podemos desarrollar. Sin embargo, un ser humano que no fuera consciente del mundo que le rodea, un ser humano que no pudiera conocer, no podría crear arte. Inconscientemente, hasta el más acérrimo de los defensores de que la belleza tiene que ser la mayor expresión de racionalidad que se pueda conseguir, a la hora de producir una obra de arte, siempre se imprime parte de uno mismo en ella, y eso ya la hace víctima de la mímesis. En conclusión, el ser humano no puede librarse de la mímesis en el arte porque desde un primer momento el arte jamás hubiera llegado a existir si no fuera por esto. Si el ser humano no contase con la capacidad de imitar, jamás habría llegado a crear ni la más mísera obra de arte....


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