TEMA 3, apartat 3 - El informe Beveridge PDF

Title TEMA 3, apartat 3 - El informe Beveridge
Author Alba Nieto
Course Políticas Sociolaborales
Institution Universitat Autònoma de Barcelona
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Summary

El informe Beveridge...


Description

La política del pleno empleo en el informe Beveridge El informe Beveridge, elaborado por un grupo de expertos a petición del Parlamento británico en 1942, establece la definición y el diseño de lo que puede constituir una política de pleno empleo. a)Definición del pleno empleo El objetivo de la política económica debe ser el de garantizar la subsistencia decente del conjunto de la sociedad. En una economía capitalista de mercado esta subsistencia queda garantizada por el empleo. Una sociedad de pleno empleo es una sociedad donde todo el mundo puede obtener un empleo asalariado. Asimismo, se trata de un empleo que debe cumplir dos condiciones: •el salario percibido debe ser suficiente en cuantía para garantizar la subsistencia; y •las condiciones del trabajo deben ser dignas y permitir la realización profesional de las personas. Como consecuencia, surge el concepto de subempleo. El subempleo aparece al realizar una actividad remunerada con ingresos monetarios insuficientes para garantizar la subsistencia de la persona que los percibe. El subempleo es una actividad que no garantiza condiciones de vida digna. El subempleo no garantiza una sociedad sana. Esta definición de pleno empleo es una definición inclusiva, en cuanto que plantea un modelo en el que la participación laboral garantiza a las personas la cobertura de sus necesidades vitales básicas. A su vez, sin embargo, esta definición es no inclusiva, por cuanto la propuesta de empleo generalizado no incluye a todas las personas, sino solo a hombres y a mujeres solteras o viudas. Así, el modelo de pleno empleo de Beveridge incorpora una clara discriminación de género y contempla un modelo social en el que, por una parte, estarían los hombres dedicados a actividades laborales mercantiles y, por otra, las mujeres dedicadas a tareas reproductivas en el hogar. El salario decente debiera ser un salario familiar; y el empleo femenino se contemplaba como una situación parcial e intermitente. En definitiva, la economía del pleno empleo era la economía de la desigualdad de género y de la familia victoriana.

b)Los medios para alcanzar el pleno empleo Alcanzar el pleno empleo se convirtió en el objetivo central de la política económica. La creación de suficientes empleos en la economía correspondía a las políticas macroeconómicas. Se aceptaba, pues, el enfoque keynesiano. El funcionamiento autónomo del mercado capitalista no garantiza la obtención del pleno empleo, por lo que es necesario que sea la política macroeconómica la que garantice el pleno empleo.

En definitiva, la política de pleno empleo debía garantizar un volumen de empleo suficiente. Pudiera ocurrir, sin embargo, que las características de estos empleos –su localización, o el tipo de cualificaciones requeridas – no se correspondiera con las características de las personas que buscan empleo; por ello, es necesario aplicar políticas laborales adecuadas. En este campo Beveridge introdujo sus propias ideas sobre paro friccional y paro estructural. Propuso la creación de un Servicio Público de Empleo encargado de dar información universal sobre puestos de trabajo, orientación a las personas, y promover políticas de recualificación laboral que permitiera que las personas pudieran acceder a los empleos disponibles. Sin embargo, esta política es de segundo orden, esto es, solo tiene sentido si hay verdaderamente puestos de trabajos disponibles, si estos no existen, las políticas laborales no tienen posibilidad de garantizar el pleno empleo. Para entender cómo funciona el modelo se presenta una analogía.

Imaginemos que en un municipio pretendemos construir un espacio de reuniones para que todas las personas que quieran puedan participar en los debates de los plenos municipales. La única forma de conseguirlo es que la sala de reuniones tenga suficiente capacidad para acoger a todo el mundo. Este es el papel de la política macroeconómica, el de generar un espacio suficiente para que todo el mundo tenga cabida. Pero, puede ocurrir que, a pesar de tener un aforo suficiente, la sala esté diseñada de tal modo que impida que una parte de los vecinos pueda participar efectivamente; puede ocurrir que la sala tenga barreras arquitectónicas que impidan que las personas con dificultades de movilidad accedan a la sala; o que existan columnas o una mala sonoridad del local que haga inútil seguir el debate a parte de los asistentes. Las políticas laborales tienen esta segunda función, adecuar el diseño para que sea realmente posible que todo el mundo participe. Es obvio que, si la sala es pequeña, aunque el diseño sea perfecto, mucha gente quedará fuera. Por ello, la capacidad de la sala es la condición necesaria y el diseño la suficiente; si falla la primera, la segunda no tiene sentido....


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