Tema 3 Hegel - Apuntes 3º de Sociología. Profesor Ramón Ramírez Gotor. PDF

Title Tema 3 Hegel - Apuntes 3º de Sociología. Profesor Ramón Ramírez Gotor.
Course Procesos y Tendencias en las Sociedades Contemporáneas
Institution Universidad Pablo de Olavide
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Apuntes 3º de Sociología. Profesor Ramón Ramírez Gotor. ...


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DIALECTICA DEL AMO Y EL CIERVO HEGEL –TEMA 3 IV-LA VERDAD DE LA CERTEZA DE SÍ MISMO

Lo verdadero le es a la conciencia algo otro de ella misma. A partir de ahora, se ha originado algo que no se producía en las anteriores relaciones una certeza que es igual a su verdad, pues la certeza se es a sí misma su propio objeto, y la conciencia se es a si misma lo verdadero. Con la autoconciencia nos adentramos en la verdad. Si consideramos esta nueva figura del saber, el saber de otro ha desaparecido, pero que, a la vez, sus momentos han preservado: y la pérdida consiste en que tales momentos están aquí presentes tal como son. El ser del querer decir íntimamente, la singularidad y la universalidad de la percepción no son ya como esencias, sino como momento e la autoconciencia; es decir, como abstracciones o diferencias que son nulas para la conciencia misma, o sea, no son ninguna diferencia. La conciencia tiene un objeto doble: el inmediato, el objeto de la certeza sensorial y del percibir y el segundo que es la esencia verdadera; por ahora, en la oposición del primer objeto. Pero el objeto para nosotros ha retornado hacia dentro de sí, el objeto ha llegado a ser vida. La autoconciencia hará la experiencia de la autonomía del objeto, descubrirá que este se sostiene por sí mismo. La definición de vida alcanza lo suficiente como para designarla sin que sea preciso desarrollar más su naturaleza. La esencia es la infinitud en cuanto el estar canceladas todas las diferencias. El ser no tiene ya el significado de la abstracción del ser. Los miembros autónomos son para sí. Esa autonomía aparece como algo determinado, el cancelar la escisión sucede por medio de otro. La vida en el medio fluido se convierte en el movimiento de las mismas. Pero cancelar la subsistencia individual es generar dicha subsistencia. La substancia simple de la vida es la escisión de ella misma en figuras y la disolución de estas diferencias subsistentes. Los dos lados que habían sido diferenciados en todo el movimiento coinciden cayendo uno sobre otro. Sólo en estos tres momentos queda acabado el concepto de autoconciencia: a) El yo puro no-diferenciado es su primer objeto inmediato b) pero esta inmediatez es mediación absoluta en cuanto es cancelación del objeto autónomo o es deseo. C) la verdad de esta certeza es la reflexión duplicada, la duplicación de la autoconciencia. Es una autoconciencia para una autoconciencia. A. AUTONOMÍA Y NO AUTONOMÍA DE LA AUTOCONCIENCIA: DOMINANTE Y SERVIDUMBRE La autoconciencia es en y para sí en tanto que, y por el hecho de que sea y para sí para otro; es decir, solo es en cuanto que algo reconocido. Par la autoconciencia hay otra autoconciencia. Esto tiene doble significado de que, primero, se ha perdido a sí misma. Segundo, ha cancelado lo otro, pues tampoco ve a la autoconciencia como a una esencia. Tiene que cancelar este su ser otra.

No sólo tiene doble sentido en la medida en que es una actividad tanto frente a sí como frente a la otra, sino también en la medida en que es tanto la actividad de una como de la otra. Pero la exposición de si como la abstracción pura de la autoconciencia consiste en mostrarse como negación pura de su modo objetual. Esta exposición es la actividad doble. La relación de estas dos autoconciencias está determinada de tal manera que ellas se ponen a prueba a sí mismas y a la otra por medio de la lucha a vida o muerte. En esta experiencia le advierte a la autoconciencia que la vida le es tan esencial como la pura autoconciencia. La disolución de aquella unidad simple es el resultado de la primera experiencia. El señor es la conciencia que es para sí, pero y no ´sólo el concepto de la misma, si no la conciencia que es para sí y que está mediada consigo misma a través de otra conciencia, a saber, a través de una conciencia tal que a su esencia le pertenezca el estar sintetizada con el ser autónomo o con la cosidad en general. La verdad de la conciencia autónoma es la conciencia servil. B. LIBERTAD DE LA AUTOCONCIENCIA A esta libertad de la autoconciencia se le ha llamado Estoicismo. Su principio es que la conciencia es esencia pensante, que algo sólo tiene esencialidad para ella en cuanto la conciencia se comporte hacia ello como esencia pensante. La expansión de la vida su singularización y entreveramiento son el objeto contra el que actúan el deseo y el trabajo. Aunque para esta autoconciencia la esencia no sea ni otro distinto de ella ni la abstracción pura del yo ha retornado inmediatamente dentro de sí. La libertad de la autoconciencia es indiferente frente a la existencia natural, por lo que ha dejado igualmente libre a ésta y la reflexión es una reflexión doble. El escepticismo es la realización de aquello de lo que el estoicismo es sólo el concepto…y la experiencia efectiva de lo que es la libertad del pensamiento. Es evidente que el estoicismo corresponde al concepto de conciencia autónoma que aparecía como relación de señorío y servidumbre, el escepticismo corresponde a la realización de dicha relación en cuanto orientación negativa hacia el ser otro, en cuanto deseo y trabajo. El movimiento dialéctico en cuanto negativo le aparece a la conciencia primero como algo a lo que ella ha sido entregado, que no es gracias a ella. En cuanto escepticismo, ese movimiento es un momento de la autoconciencia. La conciencia escéptica en la mutación de todo lo que quiere hace la experiencia de su propia libertad como otorgada y conservada por ella misma En el escepticismo, la conciencia se experimenta como una conciencia que se contradice dentro de sí misma. La autoconciencia es la libertad simple de ella misma: en el escepticismo, esa libertad se realiza, anula el otro lado de la existencia determinada.

Se trata de una lucha contra un enemigo tal que la victoria es más bien un sucumbir, haber alcanzado lo uno es más bien perderlo en su contrario. La conciencia de la vida no son más que el dolor por ese existir y ese hacer. Pero esta elevación es ella misma esta conciencia. Pero en la experiencia de este movimiento descubre la conciencia justamente este brotar de la singularidad en lo inmutable, y de lo inmutable EN la singularidad. La singularidad en general llega a ser para ella en la esencia inmutable, la suya llega a ser en esa esencia. En virtud de esto, ella misma brota a sus propios ojos como contrapuesta a la esencia inmutable. Pero para la conciencia, lo inmutable tiene por sí mismo la singularidad. Ella se encuentra a sí misma como esto singular en lo inmutable. También la conciencia inmutable guarda dentro de su configuración misma el carácter y el fundamento del ser escindido y del ser para ´si frente a la conciencia singular. En virtud de la configuración d lo inmutable, el momento del más allá no solo ha permanecido, sino que incluso se ha consolidado. El movimiento en el que la conciencia inesencial se afana por alcanzar este ser uno, es un movimiento triple, conforme a la triple relación que habrá de tener con su más allá configurado. Lo conciencia desdichada, aunque no posea esta presencia, al mismo tiempo, está por encima del pensar puro. El retorno del ánimo hacia dentro de sí mismo ha de tomarse de tal manera que éste se tenga así como única realidad efectiva. Es el ánimo puro el que se ha encontrado a sí y está saciado dentro de sí. La conciencia desdichada sólo se encuentra como deseante y como trabajando. Al no tener esa certeza para sí misma su interior sigue siendo la certeza rota de sí. La realidad efectiva hacia la que se vuelven el deseo y el trabajo no le es ya a esta conciencia algo en sí nulo que ella haya de suprimir y consumir. Si la conciencia fuera para sí conciencia autónoma y la realidad efectiva le fuera a ella nula en y para sí, llegaría en el trabajo y en el disfrute al sentimiento de su autonomía por ser ella misma la que cancela la realidad efectiva. El extremo de la realidad efectiva es cancelado por el extremo activo. Solo puede ser cancelada porque su esencia inmutable la cancela a ella misma y lo repelido se lo abandona a la actividad. La fuerza activa aparece como el poder en el que se disuelve la realidad efectiva. A través de estos momentos de abandonar la decisión propia se quita la conciencia de la libertad interior y exterior, de la realidad efectiva en cuanto su ser- para sí: tiene la certeza de haberse despojado, en verdad, de su yo, y el haber hecho de su autoconciencia inmediata una cosa, un ser objetual. Para la conciencia misma, la actividad y su actividad efectivamente real, siguen siendo una actividad miserable, y su disfrute sigue siendo el dolor, y el haber sido cancelados estos, en el significado positivo, sigue siento un más allá....


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