Tema 4. El yo social - Apuntes 4 PDF

Title Tema 4. El yo social - Apuntes 4
Author Andrea González Veloso
Course Psicología Social II
Institution Universidad de Salamanca
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Tema 4. El yo social - Apuntes 4...


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El yo social. Autoconcepto e identidad.

1. Autoconcepto. Hace referencia a lo que las personas piensan sobre sí mismas, que es fundamental para entender nuestro comportamiento y determina nuestra forma de reaccionar y de relacionarnos. El ser humano, a diferencia de otros animales tiene la capacidad para pensar y concebir ideas sobre sí mismo. Además, se le atribuye a sí mismo mucha importancia, lo que se puede observar con la creación de los Derechos Humanos. Con el cambio económico, social e intelectual que tuvo lugar a partir del s.XVI, las sociedades se volvieron más móviles y las personas comenzaron a cambiar la manera de pensar acerca de ellas mismas, es decir, cambiaron su autoconcepto, el cual comenzó a tomar relevancia e importancia con el paso de los años. La psicología social ha discutido acerca de si el yo es un fenómeno individual o colectivo, pero actualmente considera que es un fenómeno individual y que los grupos están formados por individuos que interactúan entre sí en vez de por individuos que tienen un sentido colectivo de identidad compartida. El autoconcepto puede medirse de diferentes maneras, donde destaca el test de TEC. 1.1. ¿Qué condiciona nuestro autoconcepto? El autoconcepto es la opinión que tiene una persona sobre sí misma y que lleva asociado un juicio. No es lo mismo que la autoestima, sin embargo, está relacionado con ella. El autoconcepto se encuentra influenciado y determinado por seis factores: 

Los papeles que adoptamos: Cuando nos incorporamos a un nuevo rol, en un principio pensamos más acerca de nosotros mismos, por ejemplo, el caso de una persona que llega nueva a la universidad, esta se hará preguntas como ‘¿estaré a la altura?’, es decir, nosotros somos conscientes de los aspectos que este conlleva hasta que poco a poco vamos asumiéndolo y acostumbrándonos, momento en el que dejamos de pensar en nosotros mismos. El ejemplo más relevante es el experimento de Zimbardo de la prisión de Stanford, en el que introdujo a los sujetos en una cárcel simulada y les asignó los papeles de guardianes y presos sin explicarles las implicaciones de dicho papel. Pese a la falta de indicaciones, los guardias se comportaron de manera autoritaria y los presos de manera sumisa. Su conducta se debió a su situación. Este experimento puso de manifiesto la importancia delos roles y la conducta de personas buenas en malas situaciones.











Las identificaciones sociales que formamos: La valoración social de nuestra propia identidad, influye en nuestro de autoconcepto. Por tanto, los grupos sociales a los que pertenecemos o no pertenecemos condicionarán lo que pensamos sobre nosotros mismos, como ideales políticos, ideales culturales… Las comparaciones que hacemos con los demás : Valoramos de una manera u otra lo que somos y lo que tenemos en función de lo que vemos en aquellos que nos rodean. Por ejemplo, La paradoja del Bronce, en la cual quien gana una medalla de bronce está más satisfecho que quién ha ganado la de plata, ya que mientras que el primero se compara con quien no ha ganado nada, el segundo se compara con el oro. Diferenciamos así las comparaciones ascendentes, donde nos comparamos con alguien mejor que nosotros, y las descendientes, donde nos comparamos con alguien peor. Nuestros éxitos y fracasos: comprender las tareas y realizarlas correctamente refuerza los aspectos positivos de nuestro autoconcepto y nos motiva (ejercemos un mayor esfuerzo y un mayor trabajo), mientras que la experiencia de fracaso nos desmotiva y facilita el volver a fracasar. La manera en la que otras personas nos juzgan : Otras personas pueden ser como un espejo en que vemos reflejado nuestro yo especular. No nos condiciona cómo nos ven los demás sino como creemos que nos ven, esto fue descrito por Cooley y Mead, quien lo plasmó en su obra Espíritu, persona y sociedad. La cultura de la que formamos parte: La cultura es un importante factor que influirá en nuestro autoconcepto. Por ejemplo, no es igual la imagen que tiene de sí misma una mujer en el estado islámico a una mujer en cualquier estado europeo, o una mujer del s. XVII que en el s.XIX.

2. Implicaciones motivacionales del yo. Los seres humanos nos caracterizamos por la presencia de un impulso o necesidad de poseer una imagen mejorada de nosotros mismos. En relación con estos, nos afectan 3 efectos relacionados con nuestra propia imagen y nuestras propias capacidades y logros:  Efectos por encima de la media: El ser humano tiende a considerarse a sí mismo mejor que la media de la población en aquellos aspectos socialmente valorados de manera positiva. De esta manera existe una tendencia a desarrollar un autoconcepto positivo. La excepción de esta regla la encontramos en personas con baja autoestima o principio de depresión.  Ilusión de control: Provoca que las personas consideremos y creamos que de alguna manera podemos controlar aquello que nos sucede con más intensidad de lo que es posible e incluso en situaciones azarosas. Aparece en personas que se desenvuelven bien y, al igual que la anterior su excepción se da en personas con problemas emocionales, donde se ven implicados estados de ánimo como la depresión.



Optimismo no realista: El ser humano tiende a mostrarse optimista con respecto al futuro incluso en situaciones difíciles. Nos es necesario para enfrentarnos a desafíos cotidianos y su excepción implica dificultades en el estado anímico de las personas.

Estos tres sesgos suelen ser presentados de manera habitual en personas con un estado correcto de salud mental. 3. Autoconciencia. La atención del ser humano puede centrarse en sí mismo o en factores externos a él. Cuando nuestra atención se centra en nosotros mismos estamos haciendo uso de nuestra autoconciencia. Al hacer uso de nuestra autoconciencia objetiva, establecemos comparaciones entre cómo somos y cómo nos gustaría ser, intentando por ello asemejarnos más a lo segundo y cumpliendo de más las normas sociales. Esto es difícil puesto que supone una gran incomodidad, pero nos permite intentar superar nuestros defectos. Según Carver y Scheirer la autoconciencia puede darse sobre 2 tipos de yo:  

Autoconciencia subjetiva: habilidad de un organismo para diferenciarse de sí mismo, de su entorno físico y social. Yo soy algo aparte de los demás. Autoconciencia objetiva: capacidad de un organismo para ser el objeto de su propia atención, estar consciente de su propio estado mental, saber que sabe y recordar qué recuerda. No pensamos en nosotros mismos como pensamos del resto de realidades. Tomamos conciencia de cómo somos y nos comparamos con unos estándares, con lo que deberíamos ser

La autoconciencia puede verse potenciada en determinadas situaciones y ante determinados estímulos (factores ambientales). Una de las cosas que más aumentan la autoconciencia es el hecho de vernos reflejados en un espejo. La autoconciencia tiene grandes efectos en el comportamiento. Esto se ha demostrado a través de experimentos que muestran la estrecha relación entre estos dos factores. Por ejemplo, en un experimento en que se utilizaron espejos en que los alumnos se veían reflejados durante un examen se consiguió reducir un 70% las trampas, puesto que al aumentar la autoconciencia, disminuyó el comportamiento antinormativo. 3.1. Disminución de la autoconciencia. Una elevada conciencia objetiva puede ser estresante, las personas pueden buscar evitar esto de manera consciente e inconsciente. De la misma manera que existen factores que pueden potenciar la autoconciencia, como los espejos, también existen algunos que pueden provocar que disminuya. Existen entre todos ellos dos procesos relevantes:





Desindividuación: estado psicológico de disminución de la autoevaluación y el bloqueo de la autoconciencia que provoca conductas antinormativas o normativas bajo el amparo del grupo. Su autoconciencia se diluye en el grupo y se produce la facilitación social, el desplazamiento de las normas y la difusión de la responsabilidad. Erich Fromm, en su obra El miedo a la libertad habló de la manera en que delegamos nuestras responsabilidades en el grupo perdiendo así nuestra libertad y nuestro individualismo. Estado de flujo: supone una disminución de la autoconciencia de forma positiva. Tiene relación con la creatividad. Consiste en estados de concentración, disfrute y satisfacción absolutos, provocando estados similares en las personas. Nos inhibe de todo lo demás, sin estar pendientes de nada, no nos preocupan los resultados, perdemos la perspectiva del tiempo, no nos distraemos y nos olvidamos de pensar en nosotros mismos. En su obra Fluir, una psicología de la felicidad trató el tema de la creatividad y los estados de flujo. Al entrevistar a personas felices en su trabajo comprobó que lo realizaban porque era enormemente gratificante en sí mismo y que este estado las personas se olvidaban de pensar en sí mismas, es decir, perdían la autoconciencia.

4. Un yo o varios. El yo que recuerda y el que lo experimenta. A menudo confundimos la vivencia de una situación con el recuerdo que tenemos de la misma, es decir, no es lo mismo la persona cuando experimenta algo que cuando lo recuerda. Por ejemplo, no se siente lo mismo cuando se está de viaje que cuando se recuerda este. Kahneman estudió el ‘yo que experimenta’ y el ‘yo que recuerda’ en situaciones negativas. Los pacientes eran sometidos a una colonoscopia, un proceso desagradable y doloroso. En grupo A fue sometido a esta situación durante 8 minutos con un alivio repentino, mientras que el grupo B fue sometido a 30 minutos bajo un alivio gradual, donde cada 60 segundos se le pedía al paciente que graduase el nivel de sufrimiento. Finalizado el proceso, pidieron a los pacientes que realizasen una evaluación global del sufrimiento padecido. Los resultados: la evolución global a posteriori (el recuerdo de la experiencia) no coincidía con el sufrimiento registrado mientras se estaba padeciendo. De hecho, el grupo B al terminar la experiencia de manera gradual, valoraron la experiencia como menos dolorosa. En el recuerdo del dolor padecido hay 2 valores:  

El sufrimiento global es un promedio entre el dolor máximo y la manera en que finaliza la prueba. La duración es poco relevante....


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