Tema 6 - Ole ole, los caracoles PDF

Title Tema 6 - Ole ole, los caracoles
Course La Educación Primaria en el sistema educativo
Institution Universidad de Córdoba España
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Ole ole, los caracoles...


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Bloque VI Gestión y disciplina democrática de centro y de aula La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) puso a disposición de los docentes un teléfono para atender sus demandas y peticiones. A pesar de que la mayor parte de los casos se concentran en la ESO, el 31% de estos casos pertenecían a educación Primaria Obligatoria que alertaban de falta de recursos y formación para responder a esta alarmante situación que altera, considerablemente, su actividad educativa y, con ello, su satisfacción como docentes. En este sentido, es obligatorio modelar los principios de la educación tradicional para permitir la formación inicial y permanente de los docentes en materia de gestión de las normas y la disciplina desde una perspectiva compartida, inclusiva y democrática.

Tema 6 ¿Qué es la disciplina y cómo gestionarla en la escuela primaria? 1. Concepto Proviene del latín “discipulus” que significa „enseñar o comprender, imponer un orden necesario para poder llevar a cabo un aprendizaje‟. En general, es el conjunto de estrategias educativas que se ponen en práctica en una institución escolar al servicio del desarrollo del alumnado para alcanzar su integración social de forma responsable, crítica y cívica. La disciplina, por tanto, se asocia con el desarrollo de las competencias cívicas y sociales del alumnado: •

Socialización o capacidad para vivir en sociedad haciendo uso de las habilidades sociales y de comunicación que permitan la integración sana dentro del grupo.



Madurez en la toma de decisiones y responsabilización de sus consecuencias.



Desarrollo de la conciencia a la hora de valorar nuestros comportamientos y su repercusión sobre los demás.



Seguridad emocional, tanto propia como ajena.



Potenciación del pensamiento crítico para aceptar la diferencia y reconocer alternativas diferentes a las propias.

Entre todas las teorías existentes sobre la disciplina escolar destacaremos dos. -Disciplina como sinónimo de control Se caracteriza por otorgar el protagonismo de la disciplina al control, fundamentalmente externo, del comportamiento de los escolares en el aula, entendiéndolo como fin en sí mismo e imprescindible para el aprendizaje.

Actualmente parece superada esta idea del control de forma externa, rígida e inamovible, y se defiende que este control tiene sentido en el marco del conjunto de condiciones necesarias para el proceso de aprendizaje de las alumnas y alumnos en el aula; un control más centrado en las tareas que solo en el comportamiento de los individuos. Sin embargo, existen estudios etnográficos que corroboran que sigue siendo práctica habitual identificar la finalidad de la disciplina con el control del comportamiento individual por sí mismo. -Disciplina como instrumento de formación Es un medio para potenciar la formación del alumnado, es decir, dependiendo de la forma de afrontar la gestión de la disciplina, se potencia o no el desarrollo y el aprendizaje de alumnado, fundamentalmente, en el ámbito del desarrollo social y moral. Esto fue defendido por Kohlberg con la construcción del criterio moral. Señalaba que la disciplina debía ser facilitadora y estimuladora del aprendizaje, la socialización y/o el desarrollo moral. Se describe la disciplina con 4 objetivos generales en el desarrollo del alumnado: socialización, madurez, desarrollo de la conciencia y seguridad emocional. Asimismo, permite la potenciación del pensamiento crítico del alumnado frente a las convenciones sociales, buscando implícitamente el cambio social. A pesar de las diferencias mencionadas sobre la finalidad de la disciplina, tienen unos patrones en común: 1. Necesidad. Ambas consideran imprescindible, aunque no suficiente, un orden en el aula para poder establecer los procesos de enseñanza y aprendizaje. 2. Carácter instrumental. En ambas sirve para conseguir un fin, ya sea el control del comportamiento del alumnado o su formación. Es decir, la disciplina es concebida como un medio para lograr otro fin. 3. Complejidad del proceso. Son necesarias fases: establecimiento de normas, conocimiento de estas y consecuencias para la creación de una dinámica disciplinar. 4. Gestión a través de consecuencias: castigos y premios. La disciplina se regula mediante los efectos, positivos o negativos, espontáneos o creados, que se derivan del comportamiento del alumnado.

1.1 Gestión de la convivencia en la escuela primaria Es importante señalar la asimetría de poder existente entre el docente y el alumnado debido a su rol en el aula. Además, el docente puede adoptar 3 roles ante su grupo de alumnas y alumnos en función del uso que haga de su poder:   

Profesor autoritario Profesor democrático Profesor laissez-faire (dejan hacer/dejan pasar)

-Autoritario Es el modelo educativo tradicional. Realiza un control no participativo, excesivo y autocrático. En este tipo de docente predomina la vigilancia sobre la formación y el aprendizaje y la obediencia ciega frente al diálogo abierto y la colaboración. -Democrático Aunque es necesario un grado mínimo de control externo para la socialización, la maduración de la personalidad, el desarrollo de la conciencia, el aprendizaje y la seguridad emocional de los escolares, se defiende que son necesarios vínculos amistosos y realistas entre el profesor y su alumnado. Debe potenciar la autodisciplina, la asunción consciente y voluntaria por parte del alumnado de las normas que favorecen la convivencia. Concretamente, debe procurar:    

Estimular la confianza del alumnado. Respetar a su alumnado, sus intereses, necesidades y opiniones. Potenciar el desarrollo personal en función de la madurez del alumnado. Utilizar el diálogo como base de la convivencia.

-Laissez-faire Se caracteriza por la ausencia de normas y controles. En contraposición a este, algunas investigaciones muestran que incluso el alumnado consideran que los profesores deben saber gestionar el control del aula y que el „dejar hacer‟ puede causar inseguridad. Importancia del alumnado en la elaboración de las normas Queda definida en las palabras de Ortega (1998): “la disciplina se refiere al sistema de normas que una organización se proporciona a sí misma y a la obligatoriedad, o no, de que cada miembro del grupo social cumpla con determinadas obligaciones. Para que sea posible, los alumnos deben participar en la elaboración de las normas”.

En definitiva, no se trata de un nuevo reto educativo ya que la disciplina siempre ha sido gestionada, aunque fuera de manera implícita, por el profesorado. Tradicionalmente se presentaba como un estilo disciplinario autoritario que mantenía el control del comportamiento mediante el abuso de la autoridad de los docentes que ponían en práctica lo que se conoce como un modelo punitivo y sancionador. En estas condiciones, se podía enseñar sin que se presentaran grandes problemas de disciplina. Sin embargo, el desarrollo emocional, moral y social de los escolares no se tenía en cuenta. De esto aprendimos a dar afecto, voz y participación al alumnado, pero, sin embargo, están apareciendo problemas de indisciplina porque, en ocasiones, hemos perdido el sentido de la disciplina al confundir la autoridad con la amistad. El reto está en decidir y poner en práctica un estilo de disciplina adecuado a las circunstancias.

2.1 Gestión democrática de la convivencia Los nuevos modelos educativos se basan en la adecuación de las herramientas disciplinarias para la promoción de la convivencia y el bienestar común a partir de los valores propios de un sistema social democrático. Esta gestión parte del consenso y de la negociación para que el grupo y la comunidad se impliquen. Además del aumento de la participación de todos los agentes de la comunidad educativa y el establecimiento de canales de comunicación, cumplimiento y respeto de las decisiones y de las normas que se convierte en un reto profesional de los equipos de gestión de los centros. -Niveles de concreción Es importante reconocer que la gestión de la disciplina no es una tarea solitaria del profesor dentro de su clase, sino que ha de participar el grupo de docentes, junto con las familias, y asumirlo como una tarea común. 

Aula. El profesorado junto al alumnado elaboran las normas que van a definir su forma de convivir durante el curso. Abordar esa tarea a través de una asamblea puede ser una opción positiva. En ella se ha de explicar por qué esa norma es importante, qué consecuencias positivas y negativas tiene, qué nos hace sentir a cada uno de nosotros el no respetarla, etc. Se seleccionarán aquellas que hayan sido consideradas más importantes para mejorar la vida dentro del aula.



A nivel de centro. Elaboración conjunta del Reglamento de Organización y Funcionamiento del centro y el Plan de Convivencia, su exposición y revisión pública; la participación en las comisiones de convivencia; la creación de figuras como el delegado de madres y padres; la exposición de las normas del centro y de las consecuencias de su incumplimiento; la mejora de los canales de comunicación con las familias, etc. Para mejorar la disciplina dentro del centro es preciso actuar en tres líneas fundamentales: la elaboración de normas ajustadas, el establecimiento de las sanciones educativas y el seguimiento de su adecuación y efectividad. Debería establecerse un equipo de trabajo coordinado por el orientador que se encargara de mostrar apoyo al profesorado en esta materia y que coordinara la labor conjunta y facilitara su seguimiento.

-Gestión democrática de las normas Establecer normas y consecuencias en relación con la indisciplina y la disruptividad es el principal enfoque para el manejo y la gestión del aula. Su establecimiento mediante el consenso es una estrategia que disminuye la violencia verbal del alumnado hacia sus compañeros y hacia el profesorado y violencia del profesorado hacia su alumnado en mayor medida que la mera difusión de normas y sanciones entre los estudiantes.

Otro elemento que se relaciona con una mayor participación y rendimiento académico y con niveles menores de disruptividad, agresión y violencia es la equidad percibida (aplicación de las normas por igual y sin favoritismos). Por ello, también las consecuencias han de ser claras, así como establecerse qué personas las van a ejecutar. -Ideas clave Se resumen en estos 5 puntos: 1. 2. 3. 4. 5.

Equidad percibida de las normas por parte del alumnado. No deben ser muchas. Todos/as deben participar en su elaboración. Oportunas y contextualizadas Todos/as deben conocer las consecuencias de no cumplirlas y deben aplicarse de verdad.

2.2 Las normas Son muy importantes para la convivencia, así como las convenciones y hábitos que hay que respetar, pero debemos preguntarnos cuáles y cuántas, y cómo deben ser. Para ello, tendremos en cuenta unas recomendaciones que las hagan justas y necesarias: • Pocas. Exponer un listado demasiado amplio puede provocar un efecto negativo de rechazo y dar lugar a que ni siquiera se lean. • Específicas. La utilización de unas normas insuficientes podría provocar la falta de acuerdo en determinadas circunstancias que no quedarán del todo claras. • Claras. Tendrán que estar redactadas de forma sencilla y, por supuesto, adaptadas a la edad del alumnado y acompañadas de sonidos o imágenes cuando sea necesario. • Contextualizadas. Debemos tener en cuenta la relevancia social de las normas, que sean útiles y que estén adaptadas a las nuevas realidades. Para que el alumnado asuma una norma es necesario que la comprenda, que le vea utilidad.

¿Cómo presentar las normas de aula? Su elaboración y presentación debe realizarse en tutoría y hacer hincapié en su cumplimiento y seguimiento en todos los momentos, espacios y asignaturas de la escuela. En primer lugar, deben ser decididas y presentadas desde el primer momento, en los primeros días de clase. Ello ayudará a los estudiantes a tener claras las medidas que regulan la convivencia en el aula y asegurar su seguimiento evitando la corrección.

Deben estar justificadas, es necesario argumentar la necesidad de las normas como medio para garantizar el bienestar de todos dentro de la clase. Para ello, puede recurrirse a juegos de rol o ejemplos de la vida diaria. Deben estar basadas en unos objetivos comunes: la convivencia y la cultura de paz. Se realizará una puesta en común para consensuar qué queremos conseguir con las normas de clase. A partir de ello, se formulará un listado del que se seleccionarán las apoyadas por la mayoría. Deben establecerse las consecuencias derivadas del incumplimiento de las normas, que buscarán siempre el aprendizaje más que el castigo. Estas serán graduales, es decir, coherentes con la gravedad del comportamiento incorrecto del alumnado.

Reconocimientos Juegan un papel importante a la hora de motivar al alumnado a mantener un buen comportamiento, al igual que promueven e incitan a sus compañeros a imitarlo y seguirlo para conseguir esa aceptación y reconocimiento social. El poder negativo de los prejuicios y las etiquetas afecta de manera directa sobre el comportamiento de los más pequeños. Por ello, es fundamental evitarlos hacia los estudiantes más „revoltosos‟ y valorar públicamente sus cambios y el desarrollo de buenos comportamientos. Cuando los estudiantes entienden que gracias al seguimiento de las normas consiguen admiración por parte de sus compañeros y docentes, su comportamiento caminará hacia la defensa de las normas y la motivación por desarrollar comportamientos adecuados, lo que generará una atmósfera positiva. Si los estudiantes deciden seguir las normas, debemos recompensarles y felicitarles públicamente. Esto ayudará a impulsar y motivar al alumnado a continuar con su buen comportamiento e ir mejorando día a día. Cuando el comportamiento no es el adecuado, se deben establecer las consecuencias establecidas y consensuadas derivadas de su incumplimiento. Es fundamental que los castigos no sean severos ni provoquen un alteren física o psicológicamente a los estudiantes y hay que dejar claro que son algo que han elegido ellos y, por ello, debemos actuar de manera calmada, rápida e inmediata al comportamiento inadecuado para que los escolares asocien el castigo a ese comportamiento.

Factores que disminuyen la eficacia normativa Además de los ya mencionados, el éxito de las normas está condicionado por estos factores sin cuya existencia, el proyecto disminuye su eficacia o incluso la pierde: 

Contradicción entre la proactividad de la propuesta y la actitud reactiva de quien la aplica: se pide a un alumno que reflexione sobre su mal comportamiento y que piense en cómo evitarlo, mejorarlo y corregirlo. El docente se reunirá brevemente con él para ayudarle a pensar, aclarar lo sucedido y llegar a entenderse. Si, finalmente, no lo cita para hablar, se ha hecho un uso inadecuado, incluso contraindicado, del recurso.



Falta de coherencia y firmeza en la aplicación: digo, pero no hago. Si saben que un determinado comportamiento acarrea una determinada consecuencia, hay que hacer lo que se ha anunciado, incluso aunque se trate de alguien que habitualmente respeta las normas.



Disminución de la perseverancia: digo, pero no hago siempre. Si observamos conductas que hemos seleccionado para extinguir, hemos de aplicar las consecuencias siempre. De lo contrario algunos alumnos suelen provocar situaciones de juego o de prueba para ver si hoy se aplica o no la normativa.



Falta de rigor –que no rigidez– a la hora de aplicar la propuesta. A veces, las normas no se siguen tal y como estaban establecidas o son seguidas de manera diferente según quién la ejecute. Este hecho crea confusión entre el alumnado y puede hacer que la norma pierda validez y rigurosidad.

Factores que aumentan la eficacia normativa



Consenso en la elaboración de las normas. Colaborar en la elaboración de las normas permite sumar causas: porque es necesario y positivo para mí, y para todos mis compañeros.



Un nivel bajo de conflictividad del grupo. Cuanto menor es el nivel de conflictividad, más fácil y rápido resulta obtener resultados positivos.



La aplicación desde el comienzo de curso. Es preferible que se tomen las decisiones necesarias antes de comenzar las clases, porque así podemos generar desde el principio rutinas positivas.



Justificación y asimilación de las normas. Compartir los objetivos y la necesidad de las normas desarrollará la motivación para su seguimiento.

Ejemplos: Norma  permanecer sentados Necesidad -ir al baño -bajar persianas, coger material, tirar cosas a la papelera… -cuando sea preciso moverse

Razones -mantener el orden de la clase para que el profesorado y los compañeros trabajen sin molestarles

Consecuencias -recordar la norma con un gesto sin parar la clase -comunicación a la familia -quedarse sin recreo

Norma  respetar el turno de palabra Necesidad -no interrumpir -esperar que finalice la explicación para preguntar -pedir el turno levantando la mano y esperar con calma

Razones -somos muchas personas en clase y debemos respetar a los demás -es una falta de respeto

Consecuencias -si alguien corta sin darse cuenta, gesto de advertencia -si interrumpe a sabiendas, perder el turno en esa actividad -perder turno toda la clase

2.3 Cómo abordarlos problemas de la disciplina en la escuela A pesar del establecimiento de las normas de aula, es inevitable la existencia se situaciones de indisciplina que precisan de la intervención de los docentes. El profesorado tiene la responsabilidad de mantener una actitud positiva hacia el comportamiento negativo de su alumnado, asumiendo este como un reto profesional a superar más que como un conflicto. El estilo educativo más efectivo y adecuado para la gestión de la convivencia en el aula es aquel que basa su tarea educativa en estos tres principios: a. La atención y el control de la clase: reflexiona sobre sus características personales para conducir la clase, planifica sus clases y domina la materia. Existen una serie de mecanismos que ayudan a captar la atención del alumnado. Entre ellos, destacan: • Inicio puntual y rápido de la clase sin ralentizarla con otras tareas. • Asegurar la atención de todos/as sin excepción y no empezar hasta que esta no esté garantizada. • Advertir de manera individual al alumnado distraído por su nombre.

•Detectar y neutralizar el efecto de elementos distractores. • Comenzar la clase con actividades que la favorecen: preguntas breves sobre lo tratado en la clase anterior. • Cuidar la ubicación. • Cumplir y hacer cumplir las normas hasta ser interiorizadas. • Alternar diferentes formas de presentación de los contenidos: lecturas, proyecciones, etc. Además de captar la atención, es fundamental que se mantenga. En este sentido, es importante tener en cuenta algunas consideraciones: • Mejorar el nivel atencional de la clase. Asumir como normal los altibajos durante la jornada lectiva, pero estos se pueden atenuar. • Diversificar los elementos atencionales: planificar diferentes líneas de atención de la clase, no solo hacia el profesorado o la tarea. • Incrementar la atención positiva frente a la negativa. • Mantener alto índice de actividad del alumnado con variedad de tareas. • Cambios en la ubicación de la clase.

b. El clima de aula: mantiene una relación de confianza con su alumnado y basa las relaciones en la colaboración y el respeto. Las condiciones ambientales del aula permiten crear unas relaciones personales acogedoras y un clima favorecedor del trabajo necesarios para el mejor aprendizaje. Para construir un clima de clase adecuado, es necesario atender a una serie de medidas: 1. Establecer límites en la primera semana del curso y mantenerlos. 2. Disponer de normas efectivas de convivencia que regulen los comportamientos más frecuentes. 3. Mantener una relación de confianza con el alumn...


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