Tema 6) Periodo Helenístico PDF

Title Tema 6) Periodo Helenístico
Course Arqueología Griega y Helenística
Institution Universidad de Málaga
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Arqueología griega y helenística

Tema 7) El arte del periodo helenístico

La ciudad en el Mundo Griego. 1. Actividad constructiva bajo los tiranos. 2. Génesis de la ciudad ideal en el siglo V a.C. 3. Expansión del modelo urbano griego en el Helenismo. Funciones de la ciudad A. Defensivas B. Político-administrativas/religiosas C. Económicas Elementos religiosos o elementos sociales y étnicos en la fundación de la ciudad.

Poleis (ciudades Estado) Kôпe Astú Orden Ley Divinidad

La ciudad es el espacio protegido por los dioses, a partir de la muralla ya no ejercen su protección. Las poleis que tienden al pasado suelen contener dentro una acrópolis, que es un lugar en alto donde suele situarse la casa del gobernante y el templo religioso más antiguo (reminiscencia del pasado). Con forme se va acercando el helenismo las poleis ya no suelen tener acrópolis en su interior. Son ciudades de tipo mixto, con zonas llanas y lugares elevados. Las ciudades helenísticas que buscan la proyección económica del espacio, suelen situarse cercanas al mar.

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Otro tipo de ciudades son las colonias que se sitúan en zonas llanas de cultivo (en la Magna Grecia, sur de la Península Itálica). Con terrenos agrícolas muy ricos para estas actividades. Los edificios característicos de estas poleis son: el Bouleterion (donde se reunía la boulé, asamblea de ciudadanos); el Eclesiasterion (donde se reunía la ekklesía, asamblea democrática ateniense); el Archivo; el Ágora; el Teatro; el Gimnasio; la Palestra. Los monarcas helenísticos serán los grandes mecenas de la época, y a quienes se deben las mayores construcciones de las poleis. La competencia entre ciudades por ser la más monumental hace que las poleis de esta época sean más impactantes desde el punto de vista visual y monumental. Algunas ciudades nacen al abrigo de un santuario religioso (como ocurre en Delfos), ya que tienen muchas personas a cargo de esos templos, lo que acumula una población bastante significativa a su alrededor, formando así importantes núcleos urbanos. El teatro se consolida tanto, como una parte fundamental de la vida de los griegos que se aplica en la cotidianeidad y en la construcción de edificios. Esta teatralidad se puede observar en muchos edificios, también en la elección de los emplazamientos espectaculares donde se levantaron esos templos. La mayoría de los lugares de culto eran sagrados antes de que los templos se empezasen a construir. Siguen usando el orden dórico (aunque ya casi se había abandonado) para realizar templos encajados en la formación rocosa, se usan columnatas, escaleras, rampas, puertas monumentales, etc… Templo de Atenea en Lindos, el más espectacular de los templos helenísticos. La acrópolis de Lindos es ya de por sí bastante imponente como estructura geológica, con su forma de proa de barco proyectada hacia el mar. En un punto elevado al sudeste de esta acrópolis se erigió un nuevo templo (330 a.C.) en sustitución de un santuario más antiguo del periodo arcaico. Poco después (en el siglo II a.C.) el emplazamiento del templo fue realzado mediante la ordenación arquitectónica de acrópolis que impedía la visión inmediata del templo que la coronaba y obligaba al visitante a ascender varias escalinatas y atravesar varias puertas monumentales antes de poder vislumbrarlo. Al subir a la acrópolis primero se encontraba una ancha estoa dórica (87 m de longitud) con dos alas perpendiculares. Pasando por el centro de ella una ancha escalinata que subían hasta unos propíleos que al exterior, hacia el lado de la escalinata, tenían la forma de una estoa dórica con alas más pequeñas, y al interior, una vez traspuestas sus puertas, de un patio porticado delante del templo. El templo de Atenea en sí (dórico, tetrástilo) no presenta un particular interés, es el conjunto arquitectónico completo lo que lo hace una obra arquitectónica singular. 2

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Asclepios de Cos, en este gran santuario había una serie ascendente de terrazas, adornadas con pórticos, escalinatas, templos, altares y fuentes, dispuestas al parecer con la intención de que los visitantes (principalmente los enfermos que acudieran al dios para buscar alivio en sus dolencias) fueran pasando de manera casi ritual, por niveles cada vez más elevados (tanto en sentido literal como metafórico) de intensidad espiritual. La terraza inferior (finales s. IV principios del s. III) se componía simplemente de un propileo, una estoa en forma de V y una fuente cubierta. Aquí los suplicantes del dios se purificaban con el agua sagrada. En la terraza intermedia que contenía los tesoros y ofrendas (s. III) había un templo jónico (280 a.C.) situado a la izquierda tenía enfrente un altar (dispuesto en una edificación parecida a la del Altar de Zeus y Atenea de Pérgamo). A final del s. III se construyó una pequeña estoa en el lado izquierdo de la terraza. Por último se edificó la terraza superior (160 a.C.) coronada con un nuevo templo dórico de Asclepio rodeada por otro pórtico con forma de V. en su amplia terraza se sembró un jardín de cipreses. Era en los pórticos de esta terraza donde los devotos dormían y esperaban la visita milagrosa del dios con su poder curativo.

Asclepios de Cos

Pérgamo Es la más grandiosa aplicación de esta disposición ascendente helenística, con puertas y pórticos como telones que van conduciendo de una revelación a otra, se trata de la ciudad de Pérgamo, gran rival de Alejandría. Ciudad importante del mundo helenístico situada en una montaña. Eumenes II y Átalo II fueron monarcas de la ciudad que levantaron numerosas construcciones unidas entre ellas por una serie de túneles y rampas que los comunicaba entre sí. A las partes monumentales de la ciudad se les dio un emplazamiento espectacular en la falda del meridional de la ciudadela (los lados norte, este y oeste eran demasiado 3

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abruptos para construir en ellos), a lo largo de una cuesta, desde la puerta más baja hasta la cima de la acrópolis, de unos 275 m. Los artistas que trazaron los monumentos de esta pendiente parece que los concibieron en ascensión no sólo física, sino simbólica, con los edificios dedicados a asuntos mundanos en la parte inferior, los relacionados con la educación y el desarrollo intelectual en la zona intermedia, y los que representaban los poderes divinos y los supremos frutos culturales en la cima. Así pues, cuando se atravesaba la gran puerta meridional, se pasaba en primer lugar al ágora inferior, donde se compraban y vendían las cosas de la vida material, y luego se seguía un camino que subía, a través de varios túneles de entrada abovedados, a un conjunto de tres gimnasios: uno para niños (hasta de 14 años), otro para efebos (entre 15-17 años), y un último gimnasio para jóvenes (a partir de 18 años). Hay que recordar que los gimnasios no eran simplemente instalaciones para el ejercicio físico, sino escuelas donde se enseñaba a leer escribir, y luego aritmética, geometría, literatura, música y otras materias. Justamente por encima del gimnasio superior, aparecían los primeros santuarios de divinidades importantes (pero no supremas) de Pérgamo: Hera y Deméter, como anticipo de la ciudadela. Todas las edificaciones pertenecen a la época de Eumenes II y Átalo II. Por encima de ellas se seguía un camino en curva que conducía a un área porticada en el borde de la acrópolis llamada el ‘ágora superior’ (s. III a.C.) que originalmente era un ágora puramente comercial, pero que una vez materializado el gran proyecto de Eumenes parece que se fue dedicando cada vez más a usos legales y políticos. Desde aquí, subiendo otros trece metros, se llegaba al oeste, a la terraza del monumento supremo de la vertiente olímpica de la región pergamea, el gran Altar de Zeus y Atenea; y al este, al principal santuario de la religión del Estado, el Témenos del culto al gobernante. Un pórtico y otros 26 metros de terreno ascendente separaban al visitante de la última revelación espectacular de un culto pergameo, el venerable santuario de Atenea con el templo más antiguo de la ciudad, construido por Filetero. Pegada al costado septentrional de su recinto, estaba la gran biblioteca de Eumenes, que, con su estatua colosal de Atenea Parténope, funcionaba como una especie de sanctasantórum de la cultura y el intelecto. Detrás de la biblioteca, al este y al norte, en su mayor parte oculta a la vista, estaba la morada de los Atálidas y los edificios que albergaban los distintos servicios, los cuarteles de la guardia del palacio y un arsenal.

Pérgamo

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Arqueología griega y helenística Altar de Zeus y Atenea en Pérgamo

El Altar de Zeus y Atenea, gestado por Eumenes II (179-159 a.C. fue su reinado, aunque seguramente en esta gestación intervinieron filósofos y teólogos). A él se accede por la parte oriental, es una gran estructura con forma de U para albergar el altar. En el zócalo jónico del altar se despliega una Gigantomaquia en relieve. Zeus y Atenea junto con otros dioses luchando contra gigantes. Las esculturas que decoraron el Altar fueron descubiertas en 1878-86 por una expedición alemana. Este monumento fue empezado probablemente en 180 a.C. a raíz de las victorias de Eumenes sobre Ponto y Bitina y la fundación del festival de las Niceforia. La estructura que encerraba el altar propiamente dicho constaba de un patio levantado sobre una alta plataforma, rodeado por una columnata jónica, y con acceso por una amplia escalinata desde el oeste. Las dimensiones del edificio eran 36’44 m los lados este y oeste y 34’20 m los lados norte y sur. Estaba construido sobre una terraza de la acrópolis de Pérgamo, al sur del templo de Atenea y a un nivel más bajo. A esta terraza se accedía por un propileo desde el este, de forma, que al entrar, lo primero que se veía era la espalda del edificio, justamente por debajo de la columnata. El friso que rodeaba el edificio representa la batalla de los dioses y los gigantes (Gigantomaquia). En el friso este aparecen Zeus y Atenea cada uno mirando hacia un lado (dioses Pontos), en segundo lugar la lucha acontece alrededor de la diosa Nix (diosa de la noche y la oscuridad), y en tercer lugar alrededor de la diosa Gea-Urano (diosa de la Tierra). Los gigantes eran una raza monstruosa de guerreros nacidos de Gea (Tierra) y Urano (Cielo), deidades principales de la generación más antigua de dioses cuyo puesto había sido usurpado por Zeus y los Olímpicos. Los gigantes seguramente hayan de relacionarse en la historia religiosa griega con los cultos prehelenísticos, y su derrota por los Olímpicos era quizá un antiguo recuerdo, y también un símbolo, del establecimiento de los valores e instituciones fundamentales de la cultura griega. De aquí que fuera un tema popular entre quienes, como los atálidas, se veían a sí mismos como los guardianes de la civilización griega. Las dimensiones de este friso eran algo totalmente novedoso; el friso mide 2’3 m de altura, y unos 120 m de largo. Se conservan 84 figuras (según se recompongan los fragmentos) sin contar los animales, y el número original debió de rondar las 100. En el caveto (moldura decorativa cóncava con perfil de cuarto de círculo) que corre sobre los dentículos del friso que corona el entablamento los escultores inscribieron el nombre de cada dios; asimismo en la moldura que corre bajo el friso escultórico se inscribieron los nombres de los gigantes (excepto por la parte contigua a la escalinata). Los ropajes de de los dioses están representados como si un fuerte viento los agitara, y cuando no se pegan contra el cuerpo ondulan al viento. Toda pausa ha sido suprimida y el escenario retumba en tempestuosas explosiones orquestales. Animales y apéndices de animales que son atributos de los dioses contribuyen a este efecto. El águila de Zeus desciende feroz sobre el brazo cubierto de piel de un gigante cuyas patas de serpiente se retuercen en círculo y se alzan para luchar; el rayo de Zeus, todavía ardiendo, traspasa la pierna de un gigante que agoniza; las alas batientes de Nike, que llega para coronar a Atenea, compiten con las de un 5

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gigante a quien Atenea está liquidando; la serpiente de Atenea envuelve al gigante y le muerde en el pecho; el perro de Artemisa muerde a un gigante en la nuca, mientras las piernas reptiles de éste golpean a Hécate; leones atacan a gigantes, gigantes de cabeza de león luchan con los dioses; los caballos de Helios se vuelven contra un gigante; Tritón representado como un hipocampo, pisotea a un enemigo. A contracorriente del tumulto que vemos por todas partes, hay un rasgo fuerte y deliberadamente clasista: los rostros de los dioses, especialmente los de los Olímpicos muestran una serenidad imperturbable; la majestuosidad de los divinos se muestra impermeable al asalto apasionado de las fuerzas terrenales (la calma y la frialdad filosófica frente a las pasiones de los demás). En el tercer momento de la escuela de Pérgamo se acaba el friso trasero del Altar. Fue un bajorrelieve realizado durante el reinado de Átalo III (138-133 a.C.) con la escuela pergamea en franca decadencia.

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En el otro lado de la Acrópolis, un edificio consagrado a todos los dioses del panteón griego. En la parte central la biblioteca y el teatro (centro de sabiduría y poder). En la parte superior el Palacio de los Atálidas (monarcas) que desde la parte más alta controla la ciudad (el monarca es la principal divinidad viva). Junto al palacio un espacio militar que alberga a la guardia real. Lindando con el teatro el Templo de Atenea Polias.

Hermógenes de Alabanda Hermógenes de Alabanda (arquitecto siglo II a.C; gran reformador de la arquitectura religiosa griega) revolucionó la planta de los edificios religiosos helenísticos intentando integrar a los fieles en el propio edificio. Templo de Zeus Sosípolis en Magnesia del Meandro (siglo II a.C.). Proporción 2-2-1 pronaos y cella del mismo tamaño, el opistodomo la mitad. Edificio próstilo y tetrástilo con el intercolumnio de las dos columnas centrales más ancho que el resto para dejar

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ver a la divinidad desde fuera. Orden jónico aplas entablamento, molduras de tipo ática en la cella.

el

Templo de Ar sia del Meandro (sig importante d 2-1. Pseudodíptero (no tiene la hilera interior). Octáctilo (8x15), dístilo in antis con el intercolumnio central más ancho. Orden jónico con volutas poco desarrolladas y aplastadas (150-130 a.C.).

planta Templo Artemis Leukophryene

Templo de Zeus Sosíspolis (Hermógenes)

Planta del Templo de Zeus Sosíspolis (Hermógenes) frontal Templo Artemis Leukophryene

Templo de Artemis en Sardes en Asia Menor (fue empezado en 300 a.C). Su forma original constaba de una sola cella con un pronaos y un opistodomo, sobre un amplio podio abierto. Entre 175-150 a.C.se añadió una columnata jónica pseudodíptera (se reservó el espacio para dos filas de columnas pero sólo se construyó una). Pseudodíptero, con el intercolumnio central más abierto. Templo jónico de capitel aplastado.

planta Templo de Artemis en Sardes

Templo de Zeus Olímpico en Atenas u Olimpeo. Fue proyectado para ser dórico (acabó siendo corintio). Únicamente una cella, octáctilo, tríptero en los frentes y díptero en los laterales (se empezó a levantar en el siglo VI a.C. por Pisístrato y sus hijos) en el 175 a.C. Antíoco Epifanes retomó su construcción, pero las dimensiones del templo eran tales (104 columnas de 16’89 m de altura) que no pudo acabarse de construir durante el reinado de Antíoco, fue en 132 d.C. cuando el templo se terminó (época de Adriano). Su arquitecto oficial fue Cosutio (arquitecto romano que trabajaba en Grecia). 7

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Templo de Zeus Olímpico en Atenas u Olimpeo Templo de Zeus Olímpico en Atenas u Olimpeo

Arsíneo de Samotracia (289-281 a.C.) era una construcción circular con un techo cónico que le daba el aspecto exterior de un tholos del tipo difundido en Grecia en el siglo IV a.C. Se levantó con el respaldo de Arsínoe I, que entonces era la mujer de Lisímaco. Anillos de columnas, una cámara interior circular (propia de un tholos del siglo IV), un espacio libre relativamente grande sin soportes interiores que lo interrumpieran. El edificio tiene unos 20 m de diámetro. Decorando el tercio superior de la cara interior del espeso tambor del edificio había una especie de galería simulada de semicolumnas corintias unidas por un bajo parapeto adornado con símbolos rituales en relieve, como bucráneos (representaciones de cráneos de toros sacrificales), cuencos de ofrendas y guirnaldas. Los muros de mármol que quedaban por encima del parapeto y entre las columnas parece que estaban abiertos a intervalos por ventanas. Al exterior del edificio, unas pilastras unidas por un parapeto y un entablamento dórico se correspondían con el interior.

Templo de Apolo en Dídima Los arquitectos helenísticos complacieron los gustos teatrales de la época manipulando los interiores de los edificios para crear vistas y espacios inesperados, sorprendentes y a la vez misteriosos. El ejemplo más llamativo es el gran templo oracular de Apolo en Dídima, justo al sur de Mileto, el más característicamente helenístico, así como el más importante de todos los templos de la época. El templo de Dídima culminaba, añadiéndole un ingrediente de dramatismo, la tendencia a variar y enriquecer los interiores de los templos, y a crear en ellos un clima sobrecogedor, tendencia que tiene su origen en el interior del templo de Apolo en Basas. El templo helenístico de Dídima fue empezado hacia el 300 a.C. prolongándose las obras hasta época romana. Sustituyó a un templo arcaico que había existido en el mismo lugar u que había sido destruido por los persas en el 494 a.C. Los arquitectos parece que fueron Peonio de Éfeso y Dafnis de Mileto. El templo era jónico y fue proyectado en dimensiones grandiosas. La columnata jónica era díptera decástila en los frentes y 21 en los costados, además, dentro de la pronaos 8

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había otras 12 columnas más, lo que daba a la entrada del templo la apariencia de un bosque. Sus basas estaban ricamente decoradas con molduras y ornamentos. El efecto total era de una suntuosidad impresionante. Al atravesar el centro de la pronaos se llegaba ante una inmensa puerta que estaría pensada como una especie de escenario, el lugar donde los profetas de Apolo anunciarían sus oráculos. Para entrar al templo había que atravesar dos túneles abovedados y descendientes situados a ambos lados de la puerta, creando una atmósfera de misterio. En los templos las bóvedas eran absolutamente insólitas, y cabe preguntarse si su intención no sería la de evocar la cueva oracular. Descendiendo por esos túneles se llegaba hasta un nivel más bajo donde no se encontraba la cella, sino un gran patio abierto (hípetro) bordeado por enormes pilastras y en el otro extremo del patio, había un según do templo tetrástilo, pequeño y de aspecto tradicional. Esta era la verdadera capilla oracular de Apolo, rodeada de laureles sagrados y un manantial de agua sagrada. Tres puertas daban paso al aditón, donde se anunciaban los oráculos. Separando las 3 puertas había 2 semicolumas y dentro del aditón 2 columnas corintias exentas. Las columnas corintias se habían convertido en una forma arquitectónica bastante habitual en los interiores. Su tamaño daba un efecto dramático típicamente helenístico. Desde cada uno de los lados menores del aditón salían unas escaleras que llevaban a los tejados del templo. No se sabe la función de esas escaleras, se alude a ellas como "laberintos" en inscripciones. Este motivo parece haberse convertido en un símbolo del misterio religioso en el periodo

helenístico, un símbolo de la inescrutabilidad de la voluntad divina que solo la adivinación y la revelación podían desentrañar.

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Ruinas del Templo de Apolo en Dídima...


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