Comentario - \"Partidos y Sistemas de Partidos\" de Giovanni Sartori. Prof: Rivera Otero. PDF

Title Comentario - \"Partidos y Sistemas de Partidos\" de Giovanni Sartori. Prof: Rivera Otero.
Author Gonzalo Arévalo Stoyka
Course Ciencia Política I : Actores
Institution Universidade de Santiago de Compostela
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Comentario de Partidos y Sistemas de Partidos de Giovanni Sartori. Lectura obligatoria de la asignatura con Rivera Otero....


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PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS GIOVANNI SARTORI

COMENTARIO DE LA LECTURA Y EL PENSAMIENTO DEL AUTOR EN RELACIÓN CON EL PENSAMIENTO DE ROBERT MICHELS Y MAURICE DUVERGER

Gonzalo Arévalo Iglesias

1

Índice: 1- Presentación de la obra................................................................................Pg.3 2-Resumen pormenorizado..............................................................................Pg.3 -Parte 1: El motivo, ¿Por qué hay partidos?...........................................................Pg.4 ·Capítulo 1: El partido como parte......................................................................Pg.4 ·Capítulo 2: El partido como un todo..................................................................Pg.6 ·Capítulo 3: El marco preliminar........................................................................Pg. 7 ·Capítulo 4: El partido por dentro........................................................................Pg.8 -Parte 2: Sistemas de partidos..............................................................................Pg.10 ·Capítulo 5: El criterio numérico.......................................................................Pg.10 ·Capítulo 6: Sistemas competitivos....................................................................Pg.11 ·Capítulo 7: Sistemas no competitivos...............................................................Pg.12 ·Capítulo 8: Comunidades políticas fluídas y cuasi partidos............................Pg. 13 ·Capítulo 9: El marco global..............................................................................Pg.14 ·Capítulo 10: Competencia espacial...................................................................Pg.16

3- Comparación con la obra de Michels y Duverger.............................Pg.18

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1 – Presentación de la obra

Esta obra es un ensayo centrado en el análisis de (como su nombre indica) los Partidos y los Sistemas de Partidos, en el que Sartori incorpora como perspectiva innovadora la hipótesis de que la novedad de la política moderna radica en su carácter activo y movilizador. Giovanni Sartori (Florencia, 1924), destaca como politólogo en el campo del estudio comparativo. En 1946 se licenció en Ciencias Sociales en la Universidad de Florencia . Impulsó la creación de la primera Facultad de Ciencia Política de Italia, y fundó en 1971 la Rivista Italiana di Scienza Politica. Ha ejercido como profesor de Ciencia Política en las universidades de Florencia, Columbia y Stanford (actualmente). Ha sido premiado con el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2005) y el Premio Karl Deutsch de la IPSA (1996). Así mismo, ha obtenido el doctorado Honoris Causa por parte de las universidades de Guadalajara (México), la Universidad Nacional Autónoma de México, la Georgetown University, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad del Salvador. Su obra abarca distintas vertientes de la Ciencia Política, como los sistemas de partidos o la teoría democrática. Además su obra muestra una clara preocupación por definir y clarificar conceptos, por lo que ha aportado mucho en este campo. Algunas de sus obras destacadas son “Elementos de teoría política”, “Teoría de la democracia”, “La democracia después del comunismo” o la presente obra, “Partidos y Sistemas de Partidos”. La obra fue publicada originalmente por “Cambridge University Press” en 1976, bajo el título de “Parties and Party System – A Framework for Analysis”. Sartori toma como principal influencia al escribir la obra de Maurice Duverger, sobre la cual realiza una crítica. Otros autores destacables a los que Sartori cita y rebate son Michels, Burke y, durante el último capítulo, Anthony Downs (de hecho, este capítulo gira casi exclusivamente en torno a la obra de Downs). El libro se estructura en dos partes. La primera trata sobre la razón de la existencia de los partidos y por qué son necesarios, mientras que la segunda se centra en el estudio y clasificación de los sistemas de partidos. Las partes están divididas en 10 capítulos (4 la primera y 6 la segunda) que a continuación comentaremos más detalladamente.

2- Resumen Pormenorizado La edición española comienza con una introducción en la que el propio Sartori explica la intención y división del libro. Es destacable el énfasis que Sartori pone en el carácter teórico y no empírico del libro. Sartori explica la división del libro en dos partes, de las cuales la primera constituye “una racionalización de cómo y por qué existen los partidos, de su finalidad, y del peligro de confiar una política a sus partes” y la segunda trata de los sistemas de partidos , de las “propiedades que resultan de las interacciones de sus unidades” y es, en gran medida, una tipología de los tipos de sistemas de partidos. 3 Además, Sartori explica al lector la razón de que no se haya llegado a publicar un segundo volumen

de su obra (le sustrajeron el manuscrito de su coche) y los aspectos que este primer volumen no llega a tocar (los tipos de partidos, su organización y sus funciones, así como la relación que se da entre el sistema de partidos y el sistema político como un todo. A continuación de la introducción se específica el significado de una serie de siglas que se corresponden con títulos de revistas citadas a lo largo de la obra.

Parte 1. El motivo: ¿Por qué hay partidos? Como ya hemos explicado, la primera parte trata de los motivos que dan lugar a la existencia de los partidos. Esta parte se encuentra dividida en 4 capítulos:

Capítulo 1. El partido como parte. 1.1)

De la facción al partido.

Sartori comienza su obra haciendo especial incapié en la distinción y clarificación de los términos “facción” y “partido”. Según Sartori, el término “partido” comenzó a utilizarse gradualmente para sustituír al término “facción”, que estaba connotado negativamente. Con el término “partido” se asume que estos no son forzosamente un mal para el bien común. Desde la época romana hasta prácticamente el S.XIX resulta imposible encontrar un autor que no identifique el término “facción” como algo odioso. Sartori realiza un estudio de los factores etimológicos y semánticos que exlican la diferencia connotativa que se da entre ambos términos. Sartori dice que aunque ambos términos van ligados a lo largo de todo el S.XVIII, encontramos que, mientras el término “facciónn” se aplica a un grupo concreto, el término “partido” se aplica a una partición analítica, y no un concepto concreto. Sin embargo, esta distinción se hace inexistente en el mundo real. A continuación Sartori cita las concepciones que una serie de autores relevantes han tenido sobre ambos términos. Tras las lecturas de Maquiavelo, Montesquieu y Voltaire, la primera lectura resaltable sobre este asunto es la de Bolingbroke. Para este autor, los partidos son un mal político y las facciones los peores de todos los partidos. Además, el gobierno de uno lleva necesariamente al gobierno de la otra. Pero lo fundamental de esta lectura es que establece que los partidos dividen al pueblo “por principios”, mientras que las facciones lo hacen por “intereses personales”. Bolingbroke excluye de esta connotación negativa ligada a la facción al tipo de “Partido País”, que no es otra cosa que “la nación que habla y actúa en el discurso y la conducta de determinados hombres”. El siguiente en ocuparse de este tema es Hume. Hume comparte el odio de Bolingbroke por las facciones, pero es más flexible a la hora de ocuparse de los partidos. Admite que “quizá no sea viable abolir todas las distinciones de partidos, y ni siquiera sea deseable para un gobierno libre. A continuación nos encontramos con la concepción burkiana. Para Burke, los partidos son los medios necesarios para poner en ejecución planes en base a unos principios comunes. Burke distingue con claridad facciones y partidos. Mientras que las primeras buscan obtener puestos y emolumentos, los otros buscan el poder para aplicar sus principios. Durante la Revolución Francesa, pensadores como Danton o Robespierre declararon que la pluralidad de partidos no generaba más que el interés personal, por lo que sólo era necesario UN partido (el suyo propio). Los Padres Fundadores de los EEUU hablaban también de facciones en un tono claramente condenativo, y de forma prácticamente equivalente a los partidos. 4

En 1815, el pensador francés B.Constant reconocería que “no cabe excluír a las facciones de una organización política, cuando de lo que se trata es de conservar las ventajas de la libertad, (…) por ende, debemos esforzarnos para que las facciones sean lo más inofensivas posible”. Tuvo que pasar casi medio siglo para que los partidos, tal y como Burke los había definido, eliminaran a las facciones y llegasen a existir en el mundo de habla inglesa. 1.2)

El pluralismo

Sartori dice que la transición de la facción al partido se basa en la aceptación de la diversidad y el pluralismo, y conceptualiza el término “pluralismo” en 3 niveles: Cultural, social y político. Para Sartori, la base de la democracia no radica en el consenso, sino en el disenso. Sin embargo, admite que es posible que los partidos deban ser precedidos por la unidad para poder ser una subdivisión compatible con la unidad y no una división que la perturbe. En cuanto a la relación del pluralismo con la “regla de la mayoría”, el pluralismo no es sino la base del principio limitado de la mayoría, es decir, de la seguridad de que la mayoría respete los derechos de la minoría. Sartori insiste también en la necesidad de separar religión y política para lograr la tolerancia y con ella el pluralismo. El autor explica que el pluralismo consiste en asociaciones múltiples, voluntarias y no exclusivas, y que debe existir un estado desarollado de articulación y/o fragmentación entre los grupos. Por último, Sartori define el pluralismo de partidos como la existencia de más de un partido que toma como base el pluralismo. 1.3)

Gobierno responsable y gobierno que responde.

En funciónde su relación con el gobierno distinguimos: -Partidos que quedan fuera de la esfera de gobierno y no intervienen (vínculos entre un pueblo y un gobierno sin acceso real a la toma de decisiones). -Partidos que funcionan dentro del ámbito del gobierno pero no gobiernan. -Partidos que gobiernan. Sartori cita el inicio en Inglaterra en el S. XVIII de la práctica del “gobierno responsable”, que consiste en que los ministros son responsables ante el Parlamento y, por extensión ante el pueblo. Esta es la forma en que un partido parlamentario aristocrático de grupo interno se convierte en un partido electoral, de grupo externo y orientado democráticamente. La ampliación del sufragio juega un papel crucial en esta cuestión ya que al introducirse nuevos votantes no corrompibles los partidos aristocráticos deben más al Parlamento y han de buscar votos, lo cual se traduce en una mayor atención a las quejas del pueblo. Cuando se dan este tipo de elecciones, los partidos se ven obligados a “solidificarse”, y ya no están unidos sólo por principios, sino también por las ventajas electorales de estabilizarse. Es en este momento cuando los protopartidos llegan a ser partidos en sí mismos, es decir, divisiones del país en general. Sartori dice que esto es lo que implica Duverger cuando dice que “los partidos propiamente dichos no tienen más de un siglo”. La “solidificación” de los partidos es lo que Sartori denomina un “elemento de retroacción”. Otro elemento de retroacción es la conversión del gobierno responsable en un “gobierno que responde”. La diferencia radica en que mientras el gobierno responsable se limita a comportarse de forma responsable y competente, el gobierno que responde accede a lo que se le pide. Solamente se puede hablar de Partido Democrático cuando se deja de incidir en la responsabilidad y se insiste en la capacidad de responder. Uniendo estos hilos tenemos el partido político moderno, así como el sistema de partidos como requisito estructural del sistema político. 5

De todos modos, aunque el sufragio universal modifica el sistema de partidos, no es un requisito fundamental para su establecimiento. Sartori identifica un orden no reversible en este proceso: 1) Gobierno responsable. 2) “Realidad” de las elecciones. 3) Establecimiento de los partidos como subsistema → Sistema de Partidos. 1.4)

Una racionalización.

Sartori comienza este apartado concluyendo que los partidos NO son facciones, y diferenciándolos en base a que “los partidos no son un mal, son necesarios” y “las facciones son un mal que sencillamente existe”. Define los partidos en base a diversos aspectos: -Los partidos son instrumentos para lograr beneficios colectivos. -Los partidos vinculan al pueblo al gobierno (son conductos de expresión). -Un partido es una parte de un todo que trata de servir a los fines del todo (gobiernan en aras del todo). Además, identifica las siguientes funciones de los partidos: -Representativa: Hace la función de voz del pueblo. -Expresiva: ·Son cintas de transmisión hacia arriba de las denuncias y quejas. ·Transmiten exigencias respaldadas por una presión (aquí Sartori menciona la concepción de Schattsehneider, que dice que “El único tipo de organización que puede traducir en hechos la idea del gobierno de la mayoría es el partido político”). ·No sólo expresan, sino que también canalizan. Configuran y manipulan la opinión. ·Un sistema de partidos se presta a la expresión hacia arriba mucho más que a la expresión hacia abajo. Llegados al fin del primer capítulo, Sartori concluye: “Un sistema de partidos es un sistema pluralista de “partes” que “expresan” vigorosamente la opinión de los gobernados”.

Capítulo 2. El partido como un todo. 2.1)

La no existencia de partidos contra el unipartidismo.

Sartori inicia este capítulo hablando de un nuevo concepto: El partido único. El autor comienza diciendo que “los Estados de partido único no se manifestaron hasta después de la 1ª Guerra Mundial”. A continuación explica que el término “sistema unipartidista” parece una contricción de términos a la luz de lo anteriormente explicado. Si se entienden los partidos como partes del sistema, si un partido es un todo, no es un partido, si no un “pseudopartido”, y no un todo, sino un “pseudotodo”. Llegados a este punto Sartori se pregunta: ¿Tienen algo en común los sistemas unipartidistas y los pluripartidistas? Identifica los estados soviético, nazi y fascista italiano como los primeros sistemas unipartidistas. Sartori los define como “partidos de élite” (en viva contraposición con Duverger, que los había calificado anteriormente de “partidos de masas”). Según Sartori, el “partido único” exhibe las características de la totalidad, en el sentido de que rechaza la idea de que un todo sea el resultado de una interacción competitiva entre varias partes, tanto en el Estado como en el interior del propio partido. Por esto, el “partido único” no es un todo real, sino parcial, que que es un todo que carece de partes. 6

En cuanto a la no existencia de partidos,Sartori identifica dos casos posibles: -Estados sin partidos (que nunca los han tenido). -Estados antipartidos (que los tenían pero los han suprimido). Cuanto más moderna y desarollada esté la sociedad, más cede el antipartidismo al unipartidismo. En definitiva: El Estado unipartidista es la solución que sustituye al pluralismo cuando este falla en las sociedades desarolladas políticamente. El antecedente decisivo es la aparición de una sociedad pluralizada, en la uqe la ausencia de partidos no podría canalizar las inquietduas políticas y la única alternativa viable al pluarlismo es el unipartidismo. En conclusión, el partido único es un mecanismo de canalización. 2.2)

El sistema de Estados-Partidos.

Cuando se pasa del pluralismo al unipartidismo cambia el carácter del sistema, pero el partido como tal mantiene las técnicas y estructura de organización que tenía anteriormente. El monopartido no puede producir un sistema de partidos, pero sí se puede percibir cada partido como un sistema independiente, es decir, el partido como sistema. ¿A qué unidad sistemática pertenece, pues, el partido único? Según Sartori, acostumbra a utilizarse el término de Estado-Partido, ya que al no ser una parte del mismo, el partido único puede identificarse con el Estado. En conclusión, las comunidades políticas unipartidistas carecen claramente de un sistema de partidos precísamente porque son sistemas de Estado-Partido, que no permiten la autonomía de subsistemas. En estos sistemas la canalización del partido sirve al Estado, no a la sociedad. Es decir, que si bien la sociedad configura el sistema de partidos, en el caso del Estado-Partido es este el que configura la sociedad. 2.3)

El pluralismo unipartidista.

Llegados a este punto, Sartori se pregunta si es posible la democracia sin más de un partido. El centro de la pregunta de Sartori es si los conflictos y divisiones internos de un partido pueden ser un sucedáneo de la competencia entre partidos. Sartori cita aquí a Duverger, según el cual “en la medida en que las facciones se desarrollan libremente dentro de el partido único, el pluralismo renace dentro del partido. Puede concebirse por lo tanto que un partido único coincida con cierta democracia política”. Sartori rebate a Duverger argumentando que, por definición, un sistema unipartidista autocratiza el poder, mientras que uno plural lo democratiza. Por lo tanto, la conclusión es que NO puede darse democracia cuando hablamos de unipartidismo. Sartori critica claramente lo dicho por Duverger cuando dice que “la tésis de Duverger no explica la diferencia de unidades, con lo cual entra en la lista de falacias de salto unitario”. A continuación Sartori pasa al estudio del sistema de partido único. Según Sartori, el sistema de partido único carece de lo que hace democrática a una poliarquía: Competencia electoral y elecciones libres. Con esta reflexión concluye elsegundo capítulo.

Capítulo 3. El marco preliminar. 3.1)

Canalización, comunicación, expansión.

La tercera función de los partidos (junto con las de expresión y canalización) es la de comunicación. Puede decirse que todos los sistemas políticos tienen comunicación política, pero la comunicación política no siempre constituye una corriente bidireccional: mientras que los sistemas de partidos 7

están ideados para una comunicación ascendente, los de Estado-Partido lo están para una descendente. 3.2)

La definición mínima

Sartori critica en Duverger la ausencia de una definición clara del término “Partido”. El autor define los partidos de la siguiente manera: “Un partido es cualquier grupo político identificado por una etiqueta oficial que presenta a las elecciones, y puede sacar en elecciones (libres o no) candidatos a cargos públicos”. 3.3)

Visión general.

Sartori dice que no podemos establecer una teoría de los partidos y sistemas de partidos a menos que establezcamos lo que NO es un partido y PARA QUÉ son los partidos. Procede, pues, comenzar por la base: Por qué nacieron los partidos y qué es lo que nació con ese nombre.

Capítulo 4. El partido por dentro. 4.1)

Fracciones, facciones y tendencias.

Sartori ve el partido como un sistema político en miniatura. Identifica dos cuestiones cruciales al a hora de investigar los partidos por dentro. La primera es la de la democracia interna, que se inicia con la “Ley de hierro de la oligarquía” de Michels. El autor identifica a Duverger como el primero en crear un criterio de organización, llevando el estudio de los partidos a la esfera general de la teoría de las organizaciones. La otra cuestión es la del partido como sistema (sus subunidades), en la que Sartori se centra en este capítulo. Ante la inexistencia de un término adecuado para designar a las subunidades de los partidos, Sartori propone el término “fracción”; utiliza también el término “tendencia” para referirse a las subunidades más difusas frente a las más delimitadas y visibles. Los diferentes tipos de tendencias influyen...


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