Poemas PDF

Title Poemas
Author Emily Castellanos
Course Redacción General
Institution Universidad Nacional Autónoma de Honduras
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Poemas ...


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Alejandra Pizarnik Cuadernillo de poemas Redacción General EO-025 II PAC 201 Clementina Suárez Combate Yo soy un poeta, un ejército de poetas. Y hoy quiero escribir un poema, un poema silbatos un poema fusiles. Para pegarlos en las puertas, en las celdas de las prisiones en los muros de las escuelas. Hoy quiero construir y destruir, levantar en andamios la esperanza. Despertar al niño, arcángel de las espadas, ser relámpago, trueno, con estatura de héroe para talar, arrasar, las podridas raíces de mi pueblo.

Mucho más allá ¿ Y si nos vamos anticipando de sonrisa en sonrisa hasta la última esperanza? ¿Y qué? ¿Y qué me das a mí, a mí que he perdido mi nombre, el nombre que me era dulce sustancia en épocas remotas, cuando yo no era yo sino una niña engañada por su sangre? ¿A qué , a qué este deshacerme, este desangrarme, este desplumarme, este desequilibrarme si mi realidad retrocede como empujada por una ametralladora y de pronto se lanza a correr, aunque igual la alcanzan, hasta que cae a mis pies como un ave muerta? Quisiera hablar de la vida . Pues esto es la vida, este aullido, este clavarse las uñas en el pecho, este arrancarse la cabellera a puñados , este escupirse a los propios ojos, sólo por decir, sólo por ver si se puede decir: "¿es que yo soy? ¿ verdad que sí ? ¿no es verdad que yo existo y no soy la pesadilla de una bestia?". Y con las manos embarradas golpeamos a las puertas del amor.

Y con la conciencia cubierta de sucios y hermosos velos, pedimos por Dios. Y con las sienes restallantes de imbécil soberbia tomamos de la cintura a la vida y pateamos de soslayo a la muerte. Pues esto es lo que hacemos. Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa hasta la última esperanza. Safo Beso vivo Tantos hombres besé, siempre en rastreo del beso intemporal, definitivo, que a un tiempo fuera tímido y lascivo, de desvanecimiento y de deseo. De ese beso que fuera ronroneo, y relámpago, y trueno, beso vivo ya frontal y directo, ya evasivo, lanzada, ráfaga, revoloteo. Con qué voracidad busqué el prodigio que eternizara al menos un vestigio de lo que tanto quise conocer. Besé a tantos, de tantos fui besada, mas ni uno solo me dejó marcada la piel y el alma como tú, mujer.

Gabriela Mistral Balada Él pasó con otra; yo le vi pasar. Siempre dulce el viento y el camino en paz. ¡Y estos ojos míseros le vieron pasar! Él va amando a otra por la tierra en flor. Ha abierto el espino; pasa una canción. ¡Y él va amando a otra por la tierra en flor! El besó a la otra a orillas del mar; resbaló en las olas la luna de azahar. ¡Y no untó mi sangre la extensión del mar! El irá con otra por la eternidad. Habrá cielos dulces. (Dios quiera callar.) ¡Y él irá con otra por la eternidad!

Juana Pavón Mi hombre Ideal Preferiría que mi hombre tuviera por nombre Fernando, Felipe o Federico con la F de felicidad no forzada con esa letra de fidelidad y no de futuro precisamente. No me importaría el color de sus ojos ya fuesen verdes, negros o azules que brillaran para mí que su mirada me penetrara toda que fuera más alto y más grande que yo Que no fuera gordo Ni estúpido que odie el futbol y la política vernácula No me importaría q fuera bien donado o mal donado que fuera encantador y generoso. Me agradaría que mi hombre se bañara una vez al día y tres veces diarias si viviera en Choluteca Estaría orgullosa de que mi hombre tuviera las manos grandes y limpias que su pasión fueran la música el cine, el guaro y los libros.

No permitiría que le mirase las nalgas a otra mujer y mucho menos a otro hombre. Me gustaría que se levante temprano a cocinar y que enseguida lave los platos. Que no ronque ni se aviente aires cuando duerma conmigo que sepa leer y escribir que no piense en su madre cada vez que le doy de mamar. Que me mire directamente a los ojos que no me mienta ¡Que NO me grite! que no sea chismoso como sus amigos Que me eleve a más de cinco orgasmos que trabaje, que platique conmigo que me ponga atención cuando ya estoy hastiada de todo que no me compare con nadie que recuerde que soy única que no le importe mi ciclo menstrual Y que tenga siempre en mente que sigo siendo mujer aun con mi menopausia Que no entre en contrariedades cuando le descubro un condón en su mesa de trabajo que asista a la catedral

de vez en cuando no para orar, sino para pedirle perdón al Altísimo por todo lo injusto y grosero que ha sido conmigo Que analice, que razone que piense que todavía existo No me gustaría que mi hombre fuera periodista, diputado ni cobarde que me diga de vez en cuando no sos tan fea, tenes unas manos bellas y sentirlo tierno y amoroso cuando reposa sus manos en mi pecho Que me deje soñar y sentir que me deje ser libre para amar a un Carlos, a un Roberto, a un gato que me respete como yo lo respetaría que comprenda que la culminación del amor es todo eso Quiero que mi hombre no critique mis ansias de fumar y beber que no me recuerde al día siguiente después de una borrachera los cagadales que hice que me devuelva los veinte lempiras que le preste ayer ¡que no me joda! que cante en el baño sin gastar tanta agua que duerma desnudo

si no está en San Marcos de Colon Que ame a todas las mujeres que no sea soberbio petulante o mentecato que no meta las nalgas cada vez que esta bravo que no le miente la madre a mi madre muerta. Que no vea el reloj cada vez que quiero decirle algo importante que se de cuenta que me gusta más verlo vestido de jeans y tenis a lo gringo que con ese saco y esa corbata Que sea el primero en aplaudir cuando interpreto el poema que a él más le gusta y que aplauda más fuerte cuando sea testigo de una acción mía digna y valiente. Me gustaría que mi hombre tuviera un lunar en el pecho y no en la espalda, que diga que son las tres y quince exactos y no 316 que se transforme en un gladiador de músculos y coraje para defenderme de los cobardes que se atrevan a golpearme que no me diga que le gusta más el color

del cielo sabiendo que su jardín está sembrado de rosas rojas. Que le guste mi poesía pura sin metáforas incoherentes sin frases rebuscadas ni sintaxis estúpidas Que lo que más le agrade sea lo que yo siento y que no se le ocurra nunca humillarme y despreciarme Yo quiero un hombre así que sea bueno, honesto tierno, inteligente, viril, amoroso.... y que trabaje de todo esto y aquello Quiero que mi hombre tenga en cuenta que cuando estamos juntos él es el hombre y yo la mujer!

Elogio al infierno de una dama Bukowski Algunos perros que duermen a la noche deben soñar con huesos y yo recuerdo tus huesos en la carne o mejor en ese vestido verde oscuro y esos zapatos de tacón alto negros y brillantes, siempre puteabas cuando estabas borracha, tu pelo se resbalaba de tu oreja querías explotar de lo que te atrapaba: recuerdos podridos de un pasado podrido, y al final escapaste muriendo, dejándome con el presente podrido. hace 28 años que estás muerta y sin embargo te recuerdo mejor que a cualquiera de las otras fuiste la única que comprendió la futilidad del arreglo con la vida. las demás sólo estaban incómodas con segmentos triviales, criticaban absurdamente lo pequeñito: Jane, te asesinaron por saber demasiado. vaya un trago por tus huesos con los que este viejo perro sueña todavía.

Gustavo Campos 27 cada mujer que besé era una ola devuelta de tus labios y me obstiné en besarlas a todas como si de verdad besara, y me sintiera amado, y besé a todas las mujeres, virtuosas y rameras, pagano ante la debilidad, en ellas el sabor de tus labios se había diluido, a gotas besé tus labios, a micras los besé, con cada mujer besada sentí más cerca tu presencia, iba muy rápido, y amaba, besaba a todas, a las bocas pájaros que volaban, a las bocas peces que me hundían, a las bocas desamparadas, y a las bocas agrias, besé a madres milenarias, y besé a tu ascendencia y descendencia, a la mujer del este, a la mujer del sur, tan cálida como la del norte, a la mujer oeste la besé cabalgando rápido entre las llanuras del pasado, pero también la besé en los prados y en auto por las calles, el futuro había llegado, de beso en beso, había llegado, las besé a todas, y hubo bocas perezosas que besé de día y de noche; bajo el agua, en la orquídea y en los campos bifurcados,

besé a las que parecían relámpagos, a las que, eternas, me mostraron una dosis de tus labios, las besé, y no sólo besé sus bocas, también besé sus páginas, sus huecos, sus moradas, besé todas las partes donde Dios se consagró en Dios, las besé a todas, a manera de avalancha, besé su ahogo, su espasmo y su espinazo, besé sus ojos y olfateé sus párpados, las besé en todas partes; por momentos tu cuerpo florecía en un instante, pero seguí extraviándote, y mi boca arrasó con cada cuerpo, una Armagedón de besos para hallar a la única mujer que no besé y por quien besé a todas.

Gonzalo Rojas

La loba Unos meses la sangre se vistió con tu hermosa figura de muchacha, con tu pelo torrencial, y el sonido de tu risa unos meses me hizo llorar las ásperas espinas de la tristeza. El mundo se me empezó a morir como un niño en la noche, y yo mismo era un niño con mis años a cuestas por las calles, un ángel ciego, terrestre, oscuro, con mi pecado adentro, con tu belleza cruel, y la justicia sacándome los ojos por haberte mirado. Y tú volabas libre, con tu peso ligero sobre el mar, oh mi diosa, segura, perfumada, porque no eras culpable de haber nacido hermosa, y la alegría salía por tu boca como vertiente pura de marfil, y bailabas con tus pasos felices de loba, y en el vértigo del día, otra muchacha que salía de ti, como otra maravilla de lo maravilloso, me escribía una carta profundamente triste, porque estábamos lejos, y decías que me amabas. Pero los meses vuelan como vuelan los días, como vuelan en un vuelo sin fin las tempestades, pues nadie sabe nada de nada, y es confuso todo lo que elegimos hasta que nos quedamos solos, definitivos, completamente solos. Quédate ahí, muchacha. Párate ahí, en el giro

del baile, como entonces, cuando te vi venir, mi rara estrella. Quiero seguirte viendo muchos años, venir impalpable, profunda, girante, así, perfecta, con tu negro vestido y tu pañuelo verde, y esa cintura, amor, y esa cintura. Quédate ahí. Tal vez te conviertas en aire o en luz, pero te digo que subirás con éste y no con otro: con éste que ahora te habla de vivir para siempre tú subirás al sol, tú volverás con él y no con otro, una tarde de junio, cada trescientos años, a la orilla del mar, eterna, eternamente con él y no con otro.

y por dentro nos dice no es posible el perdón a estas alturas.

Rigoberto Paredes Memorial Uno vuelve al lugar donde dejó su vida cuando todo tenía la misma edad del alba deja caer sus pasos sobre pasos que ya no nos resisten mira el reloj del pueblo y están las mismas horas que urgieron nuestra infancia alguien nos besa dulce una mejilla y en la otra sentimos los golpes del olvido y no hay madre que diga te esperábamos siempre ni padre que nos cobre a regaños la ausencia en manso oleaje el tiempo nos devuelve al origen está aquella la casa la criatura llorando por bocado y el patio con abuelos esperando la muerte a todas horas uno vuelve y no hay perro que alegre su cola por nosotros no hay quien diga siquiera es duro este lugar por qué volviste sólo antiguas preguntas y lo mismo terrible la iglesia y sus mendigos el espanto y sus jueces el silencio y su estirpe faltándole el respeto a las estatuas (el mundo apenas nuestro qué jodida) la rabia no es igual crece sin tregua está fiera-en acecho

Giovanni Rodríguez Melancolía inútil VI Hasta aquí los ojos de este hombre viejo que he sido casi todas las mañanas de mi vida. Que ninguna luz se afiance a mis párpados para volverlos agua. Respiro por el tacto, me arrastro y busco la escalera con las manos para aferrarme a la memoria de los pasos de otros. No seré más ese explorador de signos antiguos y olvidados, no comulgaré un día más con la tristeza. Si alguna vez la vida me prodigó otra vida, fue cuando mis ojos vieron otros ojos y en ellos el tiempo ya no era un frágil destello equivocado.

César Vallejo

Nicanor Parra

LOS PASOS LEJANOS

Cartas a una desconocida

Mi padre duerme. Su semblante augusto figura un apacible corazón; está ahora tan dulce... si hay algo en él de amargo, seré yo.

Cuando pasen los años, cuando pasen los años y el aire haya cavado un foso entre tu alma y la mía; cuando pasen los años y yo sólo sea un hombre que amó, un ser que se detuvo un instante frente a tus labios, un pobre hombre cansado de andar por los jardines, ¿dónde estarás tú? ¡Dónde estarás, oh hija de mis besos!

Hay soledad en el hogar; se reza; y no hay noticias de los hijos hoy. Mi padre se despierta, ausculta la huida a Egipto, el restañante adiós. Está ahora tan cerca; si hay algo en él de lejos, seré yo. Y mi madre pasea allá en los huertos, saboreando un sabor ya sin sabor. Está ahora tan suave, tan ala, tan salida, tan amor. Hay soledad en el hogar sin bulla, sin noticias, sin verde, sin niñez. Y si hay algo quebrado en esta tarde, y que baja y que cruje, son dos viejos caminos blancos, curvos. Por ellos va mi corazón a pie.

José María Fonollosa West 32nd Street No quiso comprender que había acabado. Se cansa hasta la rosa de ser rosa. Se cansa la botella de su vino. Esperaba en la calle cada noche que saliese al balcón y la llamase. Entonces traje a casa otra mujer. La sacaron del río un mediodía cuando el sol sudoroso caminaba

pegándose a la sombra de las casas. Tumbado en la colina vi su entierro. Y me sentí tan leve y descansado como esa nube ociosa de la tarde.

Leopoldo María Panero A mi Madre Escucha en las noches cómo se rasga la seda y cae sin ruido la taza de té al suelo como una magia tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos y un manojo de flores llevas en la mano para esperar a la Muerte que cae de su corcel, herida por un caballero que la apresa con sus labios brillantes y llora por las noches pensando que le amabas, y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas y hablemos quedamente para que nadie nos escuche ven, escúchame hablemos de nuestros muebles tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con empuñadura en forma de pato y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra y ahora que el poema expira te digo como un niño, ven he construido una diadema (sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)

Mario Benedet Táctica y Estrategia

Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé cómo ni sé con qué pretexto pero quedarme en vos mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos mi estrategia es en cambio más profunda y más simple mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé

con qué pretexto por fin me necesites.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

Pablo Neruda Poema XX PUEDO escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos". El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Gonzalo Rojas

¿Qué se ama cuando se ama?

Lope de Vega

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes, o este sol colorado que es mi sangre furiosa cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

Soneto de Amor

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo, repartido en estrellas de hermosura, en particular fugaces de eternidad visible?

no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una, a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño;

Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso;

creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe.

he de llorar por ti. Habrá de recordarte la luz de un día.

Marco Antonio Madrid

Guillaume Apollinaire Cuarto poema secreto

“Una herida más honda que la soledad” Por estas huellas que el tiempo va dejando en la memoria. Por los caminos como ríos donde naufragara lo mejor de nuestros días. Por la soledad de esa luz a la cual se acostumbraron nuestros ojos, y la proximidad a la palabra y el fuego que con ella construimos. Por las tardes atadas al silencio de esas planicies donde las sombras escampan al rumor de unos labios y las rocas se alzan hacia la luz definitiva y fugaz. Por los lugares comunes al sol y a la lluvia y el aroma que aún ostenta el recuerdo. Por los rostros ya cansados y las voces que regresan para hablarnos de estaciones ya vencidas. Por la mismísima tierra plantada de magnolias y tristeza. Por los besos, mujer, por los besos en abril y la piel que acariciaste ignorando su ceniza. Por el mar y los adioses y el corazón como un navío en la corriente inexorable. Por todo ello

" Mi boca tendrá ardores de averno, mi boca será para ti un infierno de dulzura, los ángeles de mi boca reinarán en tu corazón, mi boca será crucificada y tu boca será el madero horizontal de la cruz, pero qué boca será el madero vertical de esta cruz. Oh boca vertical de mi amor, los soldados de mi boca tomarán al asalto tus entrañas, los sacerdotes de mi boca incensarán tu belleza en su templo, tu cuerpo se agitará como una región durante un terremoto, tus ojos entonces se cargarán de todo el amor que se ha reunido en las miradas de toda la humanidad desde que existe. Amor mío mi boca será un ejército contra ti, un ejército lleno de desatinos, que cambia lo mismo que un mago sabe cambiar sus metamorfosis, pues mi boca se dirige también a tu oído y ante todo mi boca te dirá amor, desde lejos te lo murmura y mil jerarquías angélicas

que te preparan una paradisíaca dulzura en él se agitan, y mi boca es también la Orden que te convierte en mi esclava, y me da tu boca Madeleine, tu boca que beso Madeleine. "

Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante el altar, como yo te he querido...,desengáñate, nadie así te amará .
...


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