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“EL EXTRANJERO”, ALBERT CAMUS

1. RESUMEN

PRIMERA PARTE

Meursault es un joven de Argel, que trabaja en una oficina, y lleva una vida bastante monótona. Cuando recibe la noticia de que su madre ha fallecido, se ve obligado a pedir dos días libres en el trabajo para acudir al entierro. Tiene entonces que desplazarse hasta el asilo donde su madre pasó los últimos años de su vida. Los trabajadores del asilo y de la funeraria quedan sorprendidos por la actitud del joven, a quien parece no haberle afectado demasiado la pérdida de su madre. Durante el acto, sus pensamientos se centran únicamente en el cansancio, en las altas temperaturas que lo abruman, y en su deseo de que todo finalice lo antes posible para volver a la ciudad.

A su vuelta, Meursault reanuda su vida con absoluta normalidad. De hecho, comienza una relación con María, una antigua compañera de trabajo que le atraía desde hacía algún tiempo. Su vida es simple, nada ambiciosa. Se resume en acudir al trabajo, almorzar en el mismo restaurante de siempre, y volver a casa a dormir. Excepcionalmente iba con María a la playa, o quedaba con su amigo Manuel para ir al cine.

En definitiva, Meursault es un hombre apático, más bien solitario, y sin ningún tipo de propósito en la vida. No obstante, se muestra satisfecho con la vida que lleva, y no muestra mayor interés en cambiarla. Así lo demuestra cuando su jefe le propone un traslado a París, así como cuando María le propone matrimonio, actuando con absoluta apatía ante ambas proposiciones. Respecto a sus vecinos, Meursault mantiene la misma indiferencia que con el resto de personas que le rodean. Simplemente le une a ellos una relación de cordialidad, sin interesarle lo más mínimo sus vidas ni sus problemas. Sin embargo, cuando volvía una noche del trabajo, su vecino Raimundo, que tenía fama de proxeneta en todo el barrio, le invita a cenar y le pide un favor. Necesita que le redacte una carta en la que se dirige a su ex amante, a la que guarda rencor por un engaño y desea castigar. A pesar de que Meursault conoce el propósito de Raimundo, accede y redacta la carta.

Como consecuencia de esta carta, la joven acude a casa de Raimundo, y éste cumple entonces su venganza, agrediéndola gravemente. Los gritos de la joven llaman la atención de los vecinos, que alertan a la Policía. Raimundo queda citado para comparecer en comisaría, y de nuevo solicita ayuda a Meursault para que declare como testigo a su favor. Nuevamente, Meursault, dejando patente la indiferencia que le caracteriza, accede sin más.

Aunque dicha comparecencia quedó únicamente en una advertencia para Raimundo, el hermano de la joven agredida, no satisfecho con la ausencia de castigo por parte de la Justicia, persigue, acompañado por un grupo de árabes, a Raimundo y a Meursault hasta la playa, donde éstos pasaban un día de domingo. Tiene entonces lugar una reyerta, en la que Raimundo resulta herido, y Meursault se ve de nuevo involucrado, siendo el autor de cuatro disparos que acabaron con la vida de uno de los árabes.

SEGUNDA PARTE Meursault es arrestado e ingresa en prisión. Durante la instrucción, que dura once meses, se muestra nuevamente apático y con poco interés por defender su inocencia. Da la sensación de que asume los cargos y su condición de criminal, sin mostrar el más mínimo arrepentimiento, lo cual desconcierta, a la vez que enerva, al propio juez instructor. Durante todo ese tiempo sólo recibió una visita y una carta de María, que al no ser su mujer, no tenía permiso para visitarlo con más frecuencia. Por lo demás, Meursault se acostumbra con relativa facilidad a la vida en la cárcel. Sigue mostrando la misma indiferencia y conformismo que le caracterizan. Cuando llega el verano, se abre el juicio, que duró varios días. A él acudieron como testigos algunos vecinos del señor Meursault, María, e incluso el director y el portero del asilo donde residía su madre, los cuáles fueron interrogados sobre la actitud pasiva e indiferente que mantuvo el señor Meursault durante el entierro de su madre. Todas las declaraciones fueron conformando la visión de Meursault como la de un criminal sin escrúpulos, que encerró a su madre en un asilo, no lloró ni sintió su pérdida y luego mató a un hombre de forma cruel. Todo ello, unido a la rapidez con la que Meursault reanudó su vida normal tras la muerte de su madre, el comienzo de su relación con María, así como su amistad con su vecino Raimundo, el cual no gozaba de buena fama en el barrio, sirven de base al jurado para entender que el acusado es un hombre sin moral, y en cualquier caso, culpable de asesinato premeditado. Como consecuencia, en la lectura del fallo se le condena a pena de muerte. Tras la sentencia, el señor Meursault vuelve a la cárcel, donde pasa el resto del verano esperando el día de su ejecución, de la cual sólo podría salvarlo una apelación resuelta favorablemente. Mientras tanto, reflexiona en su celda acerca de la vida y de la muerte.

2. ANÁLISIS DE LA OBRA Y COMENTARIO CRÍTICO Mediante esta obra, y a través del personaje del señor Meursault, Albert Camus ofrece una dura crítica sobre el hombre de su época, carente de valores y sin ningún sentimiento de pertenencia a una comunidad. De esta forma describe un prototipo de individuo apático, inconscientemente egoísta, al que no importan en absoluto las personas que le rodean. Se limita a vivir por inercia. Disfruta de su vida rutinaria, y concibe cualquier acontecimiento excepcional como meros hechos que alteran esa rutina, y que por tanto, le resultan molestos. El propósito de esta obra es lanzar una denuncia de la sociedad de mediados de siglo XX, inmersa en las Guerras Mundiales, y que antepone sus intereses a los del ciudadano de a pie. Como consecuencia, tal y como había previsto acertadamente el autor, el ciudadano occidental de la postguerra se caracteriza por su indiferencia frente a la sociedad que le rodea, y de la cual se siente excluido. Así pretende reflejarlo el autor en el título original de la obra, L’Étranger, que debemos interpretar más bien como “extraño”, en lugar de como “extranjero”. En cualquier caso, el título hace referencia a un individuo que vive en una realidad y un entorno con el que no se siente identificado, le parece absurdo, y por tanto, no participa en él. El protagonista de la obra personifica a la perfección ese prototipo de individuo gris, sin ambición, sin metas en la vida, que reacciona de la misma forma ante una proposición de matrimonio, ante la muerte de un familiar querido o ante la oferta de un traslado laboral. Ese aislamiento que caracteriza la vida de Meursault, ese encierro de la persona en sí misma, está relacionado con la ausencia de creencias religiosas, y la desconfianza absoluta en otras posibles fuerzas externas. El protagonista, al igual que por el resto de aspectos de la vida, muestra absoluta indiferencia por la religión. Así lo demuestra cuando rehúsa en varias ocasiones reunirse con el capellán después de conocer su condena de muerte. Meursault asume la muerte como el hecho con el que todo concluye, rechazando cualquier posibilidad de que exista “un más allá” cuyo acceso exigiría su arrepentimiento y el perdón de sus pecados. Es por ello que considera absurdo desperdiciar el tiempo que le queda en la cárcel reflexionando acerca de Dios, y así se lo hace saber al capellán. Es así como Albert Camus despliega en su obra sus propios dilemas existencialistas, creando personajes con los que se siente totalmente identificados. Así se puede deducir de algunas declaraciones que hizo a lo largo de su vida:

"Soy un hombre desilusionado y exhausto. He perdido la fe, he perdido la esperanza. Es imposible vivir una vida sin sentido". Tras estas declaraciones, y después de haber leído la obra, podemos concluir que el protagonista es un fiel reflejo de la personalidad del autor, al que aturden los mismos problemas e inquietudes....